Papá

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Una semana había transcurrido desde esa noche.
YoonGi ya no salía de la habitación.
Los chicos le habían preguntado a JiMin por él, sin embargo no les dijo mucho, solo que YoonGi había hecho un viaje por la academia y no estaría por varios días.

Hoy, se encontraba de nuevo en el hospital. En esa fría silla sentado solo. Sin embargo cuando estaba a punto de pasar, alguien tocó su hombro.

- JiMin... ya lo hablamos...- dijo triste y sin siquiera mirar, lo que dijo lo dijo por inercia, la única persona que estaría en ese lugar era su pareja y los padres del menor.

- YoonGi...- esa voz paralizó su cuerpo. No quería verlo. No lo necesitaba. Bueno, claro que sí, pero no en ese momento que se sentía débil. Sin embargo percibió algo de dolor en el timbre de voz de su progenitor.

- Papá...- dijo y se dió la vuelta- ¿Qué haces aquí?- le dijo brusco y miró las facciones del hombre de su infancia, de quien jugaba con él, y de quien lo abandonó.

- Te debo muchas explicaciones hijo...- le dijo el hombre apenado y avergonzado. Había hablado con la doctora que llevaba el caso de YoonGi, ya que era extraño que solo el menor presentara la anomalía, la doctora Park se lo hizo saber y tuvo que confesarle la verdad.

YoonGi le miró y notó la aflicción que embargaba a su padre. Suspiró y negó.

- Dime...- le dijo serio. No quería que su padre lo viera débil. Quería verse como alguien que puede cuidarse y ha salido adelante con todo.

- Primero... perdoname- le dijo y lo tomó por los hombros, como si estuviera desauciado. Al señor Min no le importó quebrarse frente a su hijo, lloró tanto por todas esas veces que se negó a apoyarlo, por esas veces en las que escuchó a su no-esposa, por negarse a darle un abrazo, por no ayudarle a conseguir sus sueños. Porque a pesar que sabía que YoonGi estudiaba a escondidas, él no hizo nada mas que cuidar que su no-esposa se diera cuenta. Él no quería internarlo, no. ¿Qué clase de padre sería?, él sabía que YoonGi tenía novio, él lo sabía, no supo donde se estaba quedando, pero él sabía de la relación que su único hijo tenía. Pero como padre debió hacer algo para ayudarle.

- Papá...- YoonGi lo sostuvo. No sabía que hacer, nunca había visto a su padre tan mal. Ni siquiera cuando lo diagnosticaron. Y ahora que después de casi cuatro meses vuelva a aparecer de esa forma le hacía querer llorar también.
Se dió que había llegado la hora de aclarar todas sus dudas.

....


Después que el llanto del señor Min se calmara, fueron a la cafetería del hospital. Se sentaron en una mesa que se encontraba escondida, y ordenaron algo para comer.

- YoonGi...- le llamó el señor Min- Hay muchas cosas que debo decirte, y quiero que estes calmado y tranquilo, que sepas que nada es tu culpa...

- Solo dime lo que quieras decirme, yo voy a estar bien...- le dijo y presionó un poco el vaso donde tenía su jugo.

- Hace unos veinte años casi- comenzó diciendo y miró la taza de su café- YuNa y yo tuvimos una discusión muy fuerte...- YoonGi se sorprendió cuando su padre llamó a su madre por su nombre- Han Woo no es tu hermano de sangre, YuNa ya lo tenía caundo yo la conocí, el pequeño no era ningún problema para mí, pero cuando quise tomar responsabilidad y el papel de padre, ella no lo permitió, cada vez que yo le llamaba la atención ella se molestaba y lo defendía, y terminabamos discutiendo sobre que no era su padre... llegó al punto que una noche, Woo entró a mi despacho, en la casa donde vivíamos en ese entonces, desordenó toda mi oficina y tiró su botella de agua a mi laptop, era un niño de seis años, lo tomé del brazo y le dije que no quería verlo dentro de nuevo, lo saqué y lo llevé con YuNa, ella al verme y que lo traía del brazo me miró con los ojos abiertos, el pequeño comenzó a llorar, bueno... entre tanto llanto el niño se quedó dormido, y YuNa y yo comenzamos a gritarnos fuerte, nunca nos habíamos gritado así...- suspiró y tomó un sorbo de su bebida, YoonGi estaba estupefacto, no sabía que pensar- Fui a la habitación, y tomé una maleta mía, eché toda mi ropa en ella y me fuí. Estaba cansado de discutir diario, así que solo me fuí, pasaron días, semanas, meses hasta que pasó un año, YuNa me llamó en varias ocasiones, sin embargo no quise contestarle, no quería verla llegar a mi trabajo tampoco e hice mi trabajo desde casa, vivía en un apartamento espacioso...- suspiró y miró a su hijo.

Citas de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora