Los días pasaban y cada vez se volvía mas aburrido...
Algo aburrido puede ser aun mas aburrido?, esa pregunta rondaba su mente constantemente y desde hace una semana se hacia esa pregunta una y otra vez...
Se encontraba tocando su piano, que hasta la fecha el consideraba su único amigo...
Estaba muy concentrado, sumergido en cada melodía que producía, realmente muy enfocado en cada nota, cada acorde, cada armonía....
Su ensueño era ese, estar con su piano todo el día, solo así olvidaba todo lo que le estaba sucediendo. Solo así podía escapar de la realidad que le toco vivir. Solo junto a su piano se sentía vivo...
No recuerda a que hora se sentó a tocar y cuando miró su teléfono vio que ya eran las diez de la noche, el tiempo parece ser inexistente cuando esta frente a su piano...
Decidió salir de su refugio en busca de su familia, pero ésta no se encontraba dentro de la estancia, recorrió las habitaciones y nada, se le hacia extraño, pero entendió todo cuando vio la nota sobre la mesita de centro en la sala...
"No nos esperes, fuimos a ver a tu abuela y no quisimos interrumpir en tu salón, además sabemos que no te gusta salir, la comida se encuentra en tu cuarto, no te acerques a la cocina.
Te queremos"
Arrojó la nota al basurero... ¿a él no le gustaba salir? ¿Él pidió vivir de ese modo?
No. No lo pidió...Sus lágrimas querían hacerse presentes de nuevo, pero esta vez se permitiría así mismo hacer algo...
Cocinaría para él, comería algo hecho por él...Luego de haberse dado la mejor comida que pudo elaborar, literal fue la mejor... había hecho algo, y con eso era suficiente...
Se dirigió a su espacio y decidió seguir tocando, esta noche daría un concierto a las estrellas...Hasta que las tonadas de un violín lo hicieron detenerse...