Especial

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🎹🎻🎶

El peliazul iba caminando deprisa por los pasillos del instituto. Era su último año y quería mantener su responsabilidad intacta. Había despertado tarde. Recuerda haber llorado toda la noche sin saber por qué. Desde que cumplió los quince años no deja de llorar, haciendo de su vida algo cansada.

Cuando escucha un piano, o cuando mira las estrellas, siempre son cosas que los llevan al borde de las lágrimas.

En su caminar rápido no se da cuenta que el piso esta mojado y sin mas cae. Adolorido se queda sentado y mira la hora en el reloj de si muñeca, obviando la marca que tiene desde su nacimiento. Un pequeño lunar en forma de estrella, aunque para él solo es una mancha.

- ¿Estas bien?- escucha a alguien decir. Levanta la mirada y se encuentra a un chico teñido de rubio. En su imaginación alguien sería tan apuesto como el chico que tiene enfrente. Con esa expresión preocupada con esos ojos oscuros, y esos labios...

Detuvo sus pensamientos, cuando el chico le tendió la mano. Había imaginado que se sentiría besar los labios de ese chico. Es que eran tan lindos y delicados, quería morderlo. Se reprendió así mismo y tomó la mano del chico. Cuando sus manos se juntaron, él pudo visualizarse pelinegro y llorando. Sus ojos se conectaron con los del chico frente suyo, y las lágrimas descendieron por los ojitos ajenos.

- ¿Nos conocemos?- preguntó con curiosidad.

- No recuerdo haberte visto antes...- recibió una respuesta quebrada. Una pequeña sonrisa tímida se asomó por sus labios.
El chico soltó su mano y levantó los papeles que estaban aún el piso. Se los tendió al peliazul y se dió la vuelta para seguir caminando.

- Oye...- su voz salió apresurada. El rubio volvió a verlo- Yo... este, gracias por ayudarme, ¿podemos vernos mañana?

- Claro...- le sonrió tímido y se despidió sacudiendo su mano- Mañana a las cuatro en la cafetería junto al parque...- se fue con su rostro sonrojado dejando al peliazul con una sonrisa en su rostro. Emprendió su carrera de nuevo llegando un minuto antes que su profesor.

Cuando su mejor amigo le preguntó que le pasaba solo pudo sonreír. Las horas clase terminaron y se dirigieron al comedor escolar, una vez sentados y con sus platos de comida. Su mejor amigo lo escaneó de pies a cabeza.

- A mi no me engañas, JiMin- le dijo el pelirrosa.

- Solo conocí al amor de mi vida- le dijo con gracia y volvió a suspirar. Algo dentro de él le dijo que esa frase ya la había dicho antes.

- ¿Al fin vas a salir con alguien?- le preguntó estupefacto. JiMin era bien conocido porque siempre le huía a las relaciones, no aceptaba citas rápido, y muchos estaban colados por él. Sin embargo los ignoraba como siempre hacía con todos.

- Es que sus labios... y sus ojos... y su piel...- suspiró y miró por la ventana.- Nos veremos mañana...

- ¡¿Tan pronto?!- exclamó. Eso no se lo esperaba en ningún sentido.

- Así es NamJoon- le sonrió. Y siguió imaginando como sería el día de mañana. Seguro estarían nerviosos. Quizás podrían abrazarse...

Un pequeño alboroto llamó la atención de ambos. JiMin sonrió cuando detras de dos chicos venía el amor de su vida, los chicos del alboroto estaban tan ocupados en molestarse entre ellos e ignorando a su alrededor. Sonrió. Uno pelirrojo y el otro pelinegro.

- Acabo de conocer a mi crush...- la voz de NamJoon le hizo mirar a su amigo de nuevo. Frunció su ceño, esperando que no fuera el amor de su vida.

Citas de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora