CAPÍTULO 15: MASAJES

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Caroline y Jin ingresan a su cuarto riéndose a no dar más, les llegaba a doler el estómago de tanto reír por la reacción que tu habías tenido frente a la broma de ellos.

Ca: ahh...no lo supero, es que viste su cara cuando me acerque a Jimin- dice riendo más fuerte.

Jin: si, jajajaja... te quería matar con sus ojos- de pronto se pone serio- ¡OYE! - le alza la voz.

Ca: ¿Qué? – dice sorprendida.

Jin: tocaste a otro hombre - dice tratando de lucir molesto y cruzando sus brazos.

Ca: y tú a Otro mujer-así que no reclames, estamos a par.

Caroline lo agarra del cuello del poleron y lo atrae Hacia ella para besarlo.

Jin: no es lo mismo, yo le toque la cara y tu... Mmmm...

Jin no alcanza a terminar de reclama cuando Caroline ya lo había agarrado nuevamente del poleron y lo estaba besando, Caroline solo lo soltó para recuperar el aliento.

Jin: no creas que me olvidare de eso con unos simples besos.

Ca: bueno allá tú- le dice desafiante pero coquetamente y hace con la mano un gesto como diciéndole que no le importa.

Caroline se da Media vuelta y se va caminando a la cama, mientras comienza a sacarse la ropa coquetamente, primero se saca la polera y queda solo con sostén, luego comienza a sacarse el pantalón lentamente, después se saca el sostén dándole la espalda a Jin y mirándolo por sobre su hombro para finalmente colocarse su camisa de dormir. Jin no para de observarla en ningún momento, ella lo nota y saca una crema de su bolso, y comienza a ponerse crema en sus piernas, comienza desde sus pies hasta la rodilla, y luego desde las rodillas hasta la ingle, después desde sus manos hasta su cuello, en ningún momento le quita la mirada a Jin quien está sentado observándola detenidamente desde el pequeño sofá que hay en la habitación, Caroline continua colocándose crema pero ahora pasa su mano desde el cuello y baja por el escote hasta sus senos, a la distancia ella nota los ojos intensos de Jin y como este traga saliva, Caroline se para de la cama y camina hacia él.

Ca: ¿y se te quito la tontería bobito? – le dice tiernamente mientras se sienta sobre sus piernas y pasa sus manos por detrás de su cuello para hacerle cariño y darle un tierno beso.

Jin la observa y sonríe, Caroline tiene tanto poder sobre él que con solo tocarle la cabeza lo vuelve loco, el aprovecha que la tiene sobre él y se levanta del sillón y la lleva a la cama en brazos mientras le da pequeños y tiernos besos.

Jin; mmm... quizás, ¿pero sabes cómo estaría seguro de que se me quito todo? –dice coquetamente.

Ca: ¿Cómo? – pregunta dulcemente, mientras Jin la coloca sobre la cama.

Jin: con un masaje- le guiña el ojo.

Ca: pues no se diga más- se ríe dulcemente.

Jin está de pie frente a la cama, Caroline se inca en esta y le comienza a sacar el poleron, luego le saca la polera, cuando este queda con su torso desnudo ella le da pequeños besitos por su abdomen, pecho, cuello y en sus labios, luego le desabrocha el pantalón y se los saca. Ahora Jin está solo en ropa interior, Caroline lo atrae hacia la cama y lo tumba boca abajo, se sienta sobre él y le comienza a masajear su cuello con sus manos, luego continua por sus grandes hombros, después continua bajando por su ancha espalda y le da pequeños besitos en ella, se mantiene un buen rato en la espalda, aplica todas las técnicas que maneja en masajes, desde sus manos, dedos, nudillos, codos, palmadas, golpecitos y calor producto de la fricción de sus manos, Jin queda maravillado nunca se imaginó que ella fuera buena haciendo masajes, el solo se lo pidió para juguetear un poco pero de verdad lo estaba disfrutando y se estaba relajando totalmente, luego Caroline comenzó a masajear desde sus tobillos hasta los glúteos, le hizo un masaje de drenado linfático y luego de relajación, Caroline noto la respiración paulatina de él, sabía que estaba relajado en profundidad, luego masajeo suavemente los brazos y termino por masajear su nuca y cabeza, Jin se relajó tanto que se quedó dormido por un rato, Caroline lo observaba y se maravillaba de lo dulce y bello que se veía dormido, lo tapo con una manta y siguió observándolo por un rato.

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