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- ¿Dónde estaban?

Ana nos observaba con el ceño fruncido una vez que llegamos. Mostré mi café en mano, aun no lo terminaba, e hice una mueca de sonrisa para que viera que todo estaba bien.

- Si supieran con quien lo encontré... - golpeo mi hombro orgulloso, fruncí el ceño molesto.

- ¿con quién? - Isaza prestaba atención al chisme de Simón.

- Con la doctora. - Comento orgulloso nuevamente, moviendo sus cejas.

- ¿con mi prima? - pregunto Ana con sorpresa.

- Solo estábamos tomando un café. - comente sin mas, no queria decir que era algo más.

Isaza comenzó a reírse  y negó observando el suelo, hubiese preferido que me ayudara un poco mas.

- ¡Ay! - sonrió Ana, emocionada - Es hermosa, divina, un sol. - comento orgullosa a lo cual los tres nos observamos con algo de confusión, era especial.

- A veces me asustas, ¿Se lo dije? - enarque una de mis cejas.

- ¿te asusto?, Espera a que hable con ella y le diga que se te acaban de iluminar tus ojitos verdes cuando la nombre. - sonrió con malicia.

- ¡Auch perro, eso dolió! - hablo por fin Isaza y no para ayudarme, si no, para afirmar lo que su novia decía.

- Chistosa. - murmure y tome mi café.

Ella solo movió sus cejas divertida y termine por reírme de de ocurrencias. Ana era mi aliada si de amor se trataba, ella siempre escuchaba mis penas. Era mi mejor amiga.

- ¡Hola!

Eleve mi vista rápidamente al escuchar su voz. Me estaba preocupando por mi mismo, por reaccionar así. Ella se encontraba sonriendo y eso era muy bueno para mí.

- Martin ya puede volver a su casa.

- Eso es muy bueno. - comento Isaza emocionado - ¿puede hacer vida normal?

- ¡Claro que si!- asintió con su sonrisa intacta, y yo simplemente, me quede observándola un poco más - bien... los debo dejar, debo seguir trabajando.

Mara me observo fijamente. Sus marrones claros eran dulces como la miel y yo solo quería eso un poco más. Me regalo una pequeña sonrisa de niña y se alejó de nosotros a paso apresurado. Volví a la realidad luego de unos minutos al perderla de vista y note a mis amigos observandone con una sonrisa bastante provocadora.

- Ni una palabra. - murmure entre dientes y volví a tomar de mi café.

- Eres tan tierno, Villamil. -  Ana pellizco mi mejilla.

(...)

- ¡Ya estoy bien!

Comento Martín algo irritado mientras Ana lo abraza del cuello y besaba su mejilla.

- Amor... que lo dejaras sin aire. - Isaza se metía en la conversación.

- Ya apareció don celos - bromeo simón.

- Perdona, pero tu hermano morirá asfixiado por mi novia y no dejare que la lleven a la cárcel por hacerlo. - aclaro con seriedad.

- Gracias, mi amor. - sonrió Ana con ternura observándolo.

- ¡Escuchen! deberíamos de salir a festejar que estoy bien. - comentó el mas chico de los cinco.

Todos reímos, Martin ya iba a hacer de las suyas en tan poco tiempo de reposo. Ni una cirugía podría con su vitalidad y su pasión por las fiestas.

- Y deberíamos de invitarla a mi doctora a festejar. - comento seguro.

- ¡Me parece una excelente idea! - hablo Ana con emoción - ¡Mara! - grito y ella simplemente volteo.

Caminamos hacia ella, en grupo. Mara nos observaba con demasiada curiosidad.

- ¡Hola!- sonrió - Que bueno que ya te vas. - se dirigió a Martín.

- No sé si eso es porque es insoportable o porque no hace falta que siga estando aqui. - cuestiono en broma Isaza a lo que ella solo rio levemente

- Gracias. - Martin se acercó a ella y la abrazo.

Ana solo me observo cuando voltee mi mirada hacia otro lado. ¿Qué era esto que sentía dentro de mi a tan solo horas de conocerla?

- De nada, es parte de mi trabajo. - murmuro la castaña con tranquilidad.

- Quería invitarte a salir.

Simón abrió los ojos y me observo también. ¿hoy era el día para verme con la misma expresión de sorpresa o qué?

- !Vaya! Que directo resultó ser, Vargas. - comento Mara en broma.

- No, no, no es en forma de cita. - Martin se tornó rojo - Es decir, quería invitarte a salir con nosotros.

- ¡Me parece una excelente idea, primita! - Ana la rodeo con sus brazos.

- ¿son primas? - nuevamente Martin pregunto.

- ¿No ves el parecido? - frunció el ceño Ana.

- Pues lo único que noto es que la locura que tienes tu, no la tiene ella. - Simón señalo a Mara para dejar en claro la única diferencia que encontraba.

- Eso es lo que tú crees... - mara bromeo cruzandose se brazos, yo solo reí con ella

Nuevamente sus ojos mieles se clavaron en mí y la sensación de escalofríos por mi cuerpo se sintieron bien por primera vez.

- ¿Qué dices? - Ana pregunto nuevamente curiosa esperando su respuesta.

- hummm.... - ella comenzó a balbucear de forma nerviosa - si no les molesta...

- ¡Claro que no!  ¿Cómo va a molestar? - Isaza emocionado comento - Te divertirás.

- Nos vemos esta noche. - Ana beso su mejilla - Luego te hablo.

- Si, está bien...  - comento ella, mientras todos caminaban hacia la salida de aquel hospital - Espero que no te haya caído mal el café frio.

Volteé rápidamente y sonreí.

- Supongo que si me siento mal habrá un lugar de atención para mi...

- Procurare ser buena doctora. - agrando su sonrisa.

Y para mí el resto del día estaba hecho.

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora