Mi lugar favorito - Juan Pablo Villamil

.35. I . FINAL . segunda temporada

Narrado por Juan Pablo Villamil

Me observe en el espejo acomodándome el saco, me gustaba el traje. Era raro verme así de negro con camisa blanca y no de algún otro modelo, me gustaba. Pensaba que en la próxima entrega de premios lo podía usar para ser más elegante. Sonreí moviendo mis cejas divertido cuando Isaza se puso detrás de mí.

- Parece un deja vu – comente

- ¿Por qué lo dice? – rio levemente

- Recuerdo verte hace cuatro años así – voltee a verlo con una sonrisa –pero llorando en el baño

- Yo no lloraba – frunció el ceño confundido – solo estaba

- ¿asustado? – lo interrumpí

- Como que usted no lo está – hablo obvio

- Estoy asustado de caerme en la iglesia, no de casarme con Mara – aclare

- No puedo creer que esto esté por suceder al fin

- ¿no te lo esperabas? – fruncí el ceño divertido

- De hecho, siempre pensé que jamás te casarías – movió sus hombros – pero bueno, Mara sabe cómo lograr lo que quiere

- ¿perdón? – dije atónico

- Vamos Papo – palmeo mi brazo – tiene que admitir que lo embrujo como ninguna

Reí levemente y bajé mi mirada a mis zapatos lustrados, podía llegar a ver mi rostro en ellos.

- Supongo – agregue

- ¿supones? ¿De verdad? Creo que el primero en decirte que estarías como un estúpido por ella fue Moncho – rio – y debo de admitir que estoy orgulloso por esto

- ¿De verdad? – volví a observarlo

- Si – afirmo con seriedad – al fin voy a dejar de ser el mediador entre ustedes – rodo sus ojos

- Gracias

- ¿Qué? ¿Por qué? – frunció el ceño confundido

- Porque la cuidaste por mi cuando era un imbécil y sé que si me voy de este mundo vas a estar ahí con ella, junto con Ana – confesé

- Si, bueno – cruzo sus brazos y bajo su mirada al suelo tímido – mara es como Susana, mi pequeña hermana

- Lo sé – sonreí escuchándolo

- Y cata es mi ahijada – movió sus hombros, aun no me observaba

- También lo se

- Y tu eres mi hermano de la vida – elevo su vista hacia mí – tu eres mi familia y aunque te comportes como un inmaduro de vez en cuando, jamás voy a dejar que pierdas lo que te hace bien – sonrió – porque tanto Moncho, Marto, como yo sabemos lo que significan para ti y sabemos también que harías lo mismo por nosotros

- Ay ya, me harás llorar – bromee, ambos reímos – de todas formas, gracias por todo lo que hiciste y por lo que harás

- Creo que no deberías de agradecerme tanto – frunció el ceño divertido

- ¿Por qué?

- Permiso

Ambos llevamos la vista hacia la puerta, Moncho ingresaba a la habitación con Cata de la mano. Me arrodille frente a ella extendiendo los brazos con una sonrisa emocionada por verla. Estaba tan linda con un vestido color blanco con florcitas turquesas. Ella camino un poquito más rápido, de forma torpe, emocionada venia acercándose a mí.

- Hola mi pequeña arañita – la abrace con fuerza y bese su mejilla, me hinque del suelo con ella en mis brazos

- Papi – beso mi mejilla