.24. segunda temporada

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- ¿te quedaras aquí? – susurro en mi oído Isaza

Lo observe de reojo, tenía una sonrisa pícara en el rostro.

- Quita esa cara – hable entre dientes

- Ay Mara – me abrazo por los hombros aun con esa sonrisa intacta – me siento satisfecho

- ¿con que? – fruncí el ceño

- Con todo – movió sus hombros

- Eres extraño – murmure con una sonrisa

- Soy tu mejor amigo – se alago

Sonreí y lo abracé con fuerza por la cintura.

- Eres un ser humano terrible – comente divertida – entre Alfred y tú, no se quién es peor

- Alfred – hablo rápidamente y me separe un poco para verlo a los ojos – él dice que eres una lombriz con pechos, yo al menos te trato como una doctora desquiciada

- Te odio – me aleje de él golpeando su brazo

- Luego hablaremos – me dijo serio

- ¿Hablar de qué?

Villa se metía en la conversación con curiosidad, cruzo sus brazos esperando una respuesta

- Nada que lo incumba a usted – comento Isaza

- Antes éramos pareja de hogar – hablo sentimental Villa

- ¿ahora me lo reconoce Papo? Mejor me voy porque esto es muy fuerte para mi corazón

Ambos reímos viendo como salía de la casa seguido por los demás que nos saludaban antes de salir. Cuando vimos que todos desaparecieron cerramos la puerta y nos observamos con diversión, Isaza siempre podía ser un poco más especial. Por unos minutos nos quedamos así, extrañaba sus ojos verdes, observarlos así y que no me diera miedo caer otra vez.

- Creo que tenemos que terminar de ordenar todo – murmure, el asintió sin perderme de vista

Nos pusimos a terminar de ordenar lo que faltaba en silencio, era agradable como siempre. Me parecía familiar la situación. Suspire una vez que termine de lavar, el terminaba de acomodar las sillas en su lugar. Me quede parada observándolo por unos minutos, en silencio aún. No podía hablar no me salían las palabras.

Él se acercó a mí y puso las manos en los bolsillos, hizo una mueca de sonrisa con tranquilidad. Iba a hablar, pero escuchamos a cata llorar. Ambos subimos rápidamente a su habitación.

- ¿Qué paso arañita? – murmuro villa tomándola en sus brazos, la abrazo con fuerza y beso su coronilla

- Papi – lloraba y lo abrazaba por el cuello

- Ya mi amor, ya – murmuro y comenzó a caminar por la habitación – papa está aquí, tranquila

Villa me observo por un momento y le señale que iba a la habitación, este solo asintió. Camine hacia el cuarto, era extraño volver, pero necesitaba estar aquí. Prendí la luz y pude notar que en la pared aún se encontraba nuestro cuadro, jamás lo quito y yo lancé su anillo al rio. Que mal me sentía ahora. Volvi a apagarla, entraba bastante luz de la calle y a lo mejor estar asi era mejor para aclarar mis pensamientos una vez mas. 

Me senté en la cama y me quedé así por un largo tiempo. Me quedo en la mente lo que había visto, cata lo necesitaba tanto como yo y no me había dado cuenta de eso hasta que se fue. ¿En que estaba pensando cuando le dije que me quedaría en Paris y no volvería? Me quité mis zapatos y me senté indiecito.

Escuche la puerta abrirse, el ingresaba lentamente y se sentaba a mi lado.

- Ya se durmió nuevamente, al parecer tuvo una pesadilla – yo solo sonreí levemente y volví mi vista al suelo - Tengo una curiosidad – murmuro sentía su mirada sobre mí, lo observe de reojo aun con la leve sonrisa en el rostro recordando sus curiosidades sobre mi - ¿Qué te hizo cambiar de opinión?

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora