.19. tercera temporada

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- Tío

Llame la atención del tío Ricky, el volteo con sorpresa a verme

- Cata

- No le digas a mama que estoy aquí – suplique – quiero ver a papa

- Cata – el trago saliva y suspiro – no quiero que lo veas así

- Por favor, tío – mis ojos comenzaron a ponerse rojos – necesito verlo

El suspiro y asintió, comenzó a caminar, pero volteo rápidamente a verme.

- Quiero decirte algo antes – nerviosa lo observe atenta – tu papa por ahora no va a despertar

- Pero ¿me escuchara? – me había dolido tanto saber que él no iba a abrir sus ojos

- Él siempre te escucha, Cata - susurro y sonrió

Camine detrás de mi tío nerviosa, nunca había estado en este lugar y me parecía tan triste que él se encontrara en una sala tan fría y solitaria como era la parte de terapia. Mi tío me dio una vestimenta extraña para poder entrar, comenzó a reírse cuando termine de vestirme con el traje azul por lo grande que me quedaba y me señalo la habitación en donde mi papa se encontraba.

Abrí la puerta e ingresé lentamente. Me acerque a él y mis lágrimas comenzaron a caer. Tenía muchos cables y un respirador, tenía miedo de que estuviera muerto de lo tan quieto que se encontraba.

- Papito – murmure y me senté en la silla que había cerca de su cama – papi, soy cata – quería que se moviera, que hiciera algo – soy yo papa, tu pequeña arañita - mi corazón se estrujo con fuerza frente a esas dos palabras – siempre voy a ser tu arañita – confesé – el tío Ricky me dijo que tú me escuchas – tenía esa ilusión intacta – tu siempre me escuchas, papa. No me dejes aquí – suplique – perdóname, no te odio – me angustiaba el hecho de no escucharlo decir que me quería – papi por favor, me prometiste que no me dejarías nunca – suspire – te necesito conmigo, mat te necesita y mama – me detuve al recordar la escena del día anterior – mama se encuentra muy mal, se siente muy sola sin ti y yo también – susurre – papi, necesito que vuelvas – suplique – necesito contarte cosas y que explotes con tus crisis pero que también me abraces – tome de su mano, seguía siendo más grande que la mía y me recordé de pequeña cuando vivía pegada a el – Pa, tenemos que dar conciertos y cantar juntos – sonreí observando su mano – anda, despierta – suplique nuevamente – te necesito mucho, papa – me limpie los ojos – quédate conmigo, no te vayas

Lleve mi mano a su mejilla, a lo que quedaba de espacio en ella, ya que con aquel respirador gigante no podía acariciarlo con totalidad. Mis lágrimas caían sin cesar, quería que papa se despertara, que hiciera algo.

- Papito – grite emocionada – volviste

El comenzó a reír y se inclinó para que pudiera abrazarlo. Me levanto con él y me aferre a su cuello con fuerza. cada vez que se iba lo extrañaba y aunque amaba que cantara para muchas personas, siempre quería que se quedara mucho tiempo conmigo.

- Hola mi pequeña arañita – sonrió cuando lo observe - ¿me extrañaste?

- Si – acaricie sus mejillas y ambos pegamos nuestras frentes divertidos – te extrañe mucho papito – volví a abrazarlo con fuerza y apoye mi cabeza en su hombro – no te vayas tanto tiempo

- Siempre vuelvo, mi amor – beso mi cabeza

- No me dejes tanto tiempo sola – susurre

- Jamás te dejare sola arañita, tu eres mi bebe – confeso – mi pequeña arañita

Reí cuando mi cabeza trajo ese momento a mi cabeza, papa siempre volvía y siempre me abrazaba con más fuerza que antes, como si tuviera miedo de que me vaya. Me protegía con fuerza y yo lo trate tan mal, el tenía que saber que habían jugado con él y que jamás quise que esto sucediera.

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora