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Narrado por Mara Bonnaire

Laura me llevaba del brazo, ambas caminábamos por el pasillo del hospital. Aunque quería volver a mi cama, tenía que hacerme esos malditos estudios. Ni siquiera podía respirar bien pero no podía asustar a mis amigos así que llevaba en la mano el inhalador por cualquier situación extraña.

- Mara – sonrió el Dr. Aguirre, intente con todas mis fuerzas retribuirle la sonrisa, pero no pude - ¿está bien? – frunció el ceño y note que su mirada fue a mi amiga para luego volver a mí – bien, creo que debemos empezar por los análisis que faltan – murmuro

Asentí sin emitir palabra. Me llevo a las siguientes evaluaciones, intentaba poner todo de mi para cooperar de manera energética pero no había expresión en mi rostro. No sentía nada dentro de mí.

- Espérame aquí, Mara – el Dr. Aguirre me dejo sentada en una de las habitaciones junto con Laura – iré a buscar tus resultados

Note que desapareció y escuche el suspiro de Laura.

- Mar – me llamo, pero mi mirada se centró en un punto fijo de la habitación – háblame, por favor – suplico, en estos días no había emitido palabra. Me sentía muerta – dime que puedo hacer para que te sientas mejor

Inhale y exhale, lentamente voltee a verla. Se había sentado a mi lado. Su mirada transmitía pena, era lo que más detestaba de las personas. Sentir esa mirada de "pobre niña, que débil. Me da pena que se encuentre así", pero sabía que era eso lo que podían pensar ahora de mí.

- ¿puedes hacer que vuelva? – susurre – creo que no lo ame lo suficiente y por eso se fue

- No – negó y arreglo mi cabello con tristeza – lo amaste con locura, lo amaste como solamente tú puedes hacerlo – escuche un suspiro – fue el, el que no supo qué hacer con tanto amor que le diste y prefirió actuar como un cobarde, no supo cómo ser un hombre para corresponderte

Observe nuevamente al frente, no sabía que era a esta altura. No le quedaba ningún adjetivo calificativo, ninguno que describiera el nivel de crueldad que había manejado conmigo.

- Iré a buscar un poco de agua, ¿quieres algo?

Negué levemente, ella beso mi mejilla y salió de la habitación. Nuevamente mis ojos comenzaron a ponerse rojos, quería volver a llorar. Me sentía agotada.

- Hola

Mis ojos fueron a la puerta, esa voz tan energéticamente cruel se había presentado para tan solo irritarme.

- Mara – sonrió la rubia ingresando a la habitación - ¿Cómo te encuentras?

- ¿Qué haces aquí Carla? – hable molesta

- Vine a hacerme unos estudios, ya sabes de rutina – conto sin más - ¿y tú?

- También – susurré, nuevamente volví a observar un punto fijo de la habitación

- Y ¿Cómo vas con Juan Pablo?

Rápidamente al escuchar su nombre hizo que la observara fijamente, ella se encontraba sonriendo y podía jurar que su sonrisa era con total maldad. Trague saliva.

- No – negué bajando la mirada – no estamos más juntos

- Oh, que lastima

Volví a observarla, ella aún conservaba la sonrisa intacta. Fruncí el ceño molesta.

- Es una lástima – se acercó a mí – pero ya vez, son hombres – movió sus hombros – un día te dicen que te quieren y al otro te dejan por quien sabe – comento sin mas

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora