.2. segunda temporada

1.6K 98 88
                                    

Tome asiento en aquel café, no sabía que carajos estaba haciendo, pero necesitaba cerrar esto. Me había dolido tanto su traición y que también se haya ido como si nada hubiera pasado que me merecía, al menos, las respuestas a todas estas preguntas. Estaba nervioso, movía mi pierna sin parar mientras jugaba con la taza de café que tenía en frente, ¿era lo correcto o podía salir a correr ahora mismo?

- Hola

Eleve mi vista hacia ella, trague saliva cuando la tuve frente a frente. Me levante de la silla para al menos estar a su altura.

- Hola Gabriela – murmure serio

Ella se acercó a mí y dejo un beso en mi mejilla con una sonrisa de por medio.

- Te ves bien – comento, asentí y le indiqué el lugar frente a mí – y ¿Cómo has estado? – dijo una vez sentada

- Muy bien ¿y tú? – dije para luego tomar un poco de mi café

- Muy bien – sonrió – me recibí

- Oh – abrí mis ojos con sorpresa – me alegra por ti

- ¿de verdad? – me observo con la misma sonrisa

- Si – asentí siendo honesto

- Pensé que me odiarías, ¿sabes? Y que no me contestarías ese mensaje – bajo la vista a la mesa

- No te odio – asegure

Luego de que ella me lastimara de esa manera pensé que jamás encontraría a alguien, pero la vida o el destino me cruzaron con quien curo mis heridas, quien combatió contra mis demonios y me salvo con su sonrisa de niña y sus ojos mieles. Me había devuelto todo lo que había perdido cuando me lastimaron, me dio lo más valioso del mundo que era mi hija.

- ¿seguro? – tiro su mano para tomar la mía

- Seguro – sonreí - ¿Por qué te odiaría?

- Por lo que te hice, porque te lastime y no te lo merecías, porque te abandone – confeso – y me arrepiento de haberlo hecho

La observé con seriedad, vi como acariciaba de mi mano y se sintió extraño. No era como las de mara, pero tampoco se sentía mal. ¿Qué me estaba pasando?

- Está todo bien, Gabriela – quite mi mano de la suya

Ella pareció entender la incomodidad que estaba sintiendo en ese momento.

- Lo siento – murmuro arrepentida – pero, cuéntame de ti – sonrió - ¿Cómo se encuentran los chicos?, estuve viendo muy de cerca como avanzaron con la banda

Si ellos se enteraban dónde estaba y con quien, me golpearían hasta dejarme inconsciente.

- Si – asentí, cada vez nos iba mucho mejor y no me podía quejar – todo está muy bien – sonreí – tengo una hija – comente orgulloso

Ella se reincorporo en la silla luego de escuchar la última parte y su rostro comenzó a cambiar. Disminuyo su sonrisa lentamente.

- Vaya – murmuro - ¿están juntos con la madre?

- Si – asentí con una sonrisa bajando la mirada, también me encontraba orgulloso de eso

- Y ¿Cómo es ella?

Demasiadas preguntas para alguien que recién volvía a aparecer. Espere unos segundos hasta que el mesero desapareció. Ella bebió de su café y me observo expectante, esperaba una respuesta de mi parte.

- Es la mejor del mundo – pensé tan solo en su sonrisa, en sus ojos y en todo lo que me hacía sentir

- Vaya – hablo con sorpresa – también decías lo mismo de mi

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora