.50. EXTRA

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Paris, Francia.

- Bonsoir mon amour

Reí arrugando mi nariz escuchándolo hablar francés. Era lo más tierno que había salido de su boca.

- Para solo saber algunas palabras las pronuncias bien – acaricie su mejilla

- Lo sé – asintió con orgullo - ¿quieres salir a caminar por la noche de Paris?

- Claro, preparo a Cata y vamos

- No – hablo rápidamente – solo tú y yo – fruncí el ceño – digamos que su abuelo se hará cargo de ella por un rato

- No dejare a mi hija sola – me levante de la cama cruzando mis brazos

- Oh vamos Mara no seas así con el - me imito y se acercó a mí para tomar mi cintura – es tu padre y quiere hacer las cosas bien

Lo observe con desconfianza

- Amor, tan solo dale la oportunidad de ser un abuelo presente como lo son mis padres – suplico

- Pero – murmure

- ¿Pero? No existe un pero – me hablo serio – entiendo que aún no puedas superar cosas de tu pasado, pero no dejare que le hagas eso a Cata y tampoco dejare que sigas por ese camino de lastimarte a ti misma, tienes que perdonarlo de una buena vez

Bufe enojada pero el tenía razón. Se acercó a mí y beso mis labios con ternura, no cambie aquella postura hasta que volvió a hacerlo.

- Vamos cambia esa cara porque no me molestara besarte nuevamente – sonrió – y hacerlo implicara perder la caminata nocturna y no quiero

Reí frente a eso y tomé de sus mejillas para besarlo tiernamente. Asentí sin decir una palabra más, el tomo de mi mano y ambos bajamos a la sala donde se encontraba mi padre con mi hija y su esposa.

- Mira quienes vienen ahí – murmuro Marco con una sonrisa

Cata solo volteo y sonrió caminando hacia nosotros de forma torpe.

- Bien – festejo villa poniéndose a su altura para poder agarrarla y alzarla. Beso su mejilla con amor - ¿Quién es la niña más hermosa del mundo? – pego su frente con la suya y ambos arrugaron su nariz con ternura, eran tan hermosos los dos juntos

Amaba saber que Cata tenía un padre como él y no como el mío, porque ella era un ser de luz que se merecía todo el amor del mundo.

- Mama – ella tiro sus manitos hacia mí y la tome con gusto

- ¿Qué estabas haciendo? – murmure con una sonrisa, ella acomodo su cabeza en mi hombro y escuche como todos murmuraron con ternura, la abrace con fuerza - ¿de verdad no puede venir con nosotros? – hice un puchero de esos que no se puede resistir

- No – hablo serio – y no me compraras de esa manera esta vez

- Por favor – suplique – mírala es tu hija

- Y la amo, es lo más hermoso que me diste en la vida, pero esta vez se quedara aquí por un rato – volvió a decir y me la quito de los brazos – te amo mi pequeña arañita – beso su mejilla y cata solo sonrió

Mi padre se acercó a tomarla con mucho amor y hasta me daba mucha ternura también verlo de esa manera, pero no me compraría tan fácil.

- Cuídala – lo amenace – porque si le sucede algo me conocerás

- Ya – murmuro villa tomando de mi mano y caminando hacia la puerta – vamos antes de que me arrepienta de dejarla – hablo divertido y yo solo hice fuerza para que eso suceda – camina – me ordeno, yo solo negué. Suspiro y se acercó a mí para tomarme de mis piernas y llevarme como un bebe

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora