Mi lugar favorito - Juan Pablo Villamil

.30. segunda temporada

Toque el timbre de mi antigua casa y espere a que me abriera la puerta. Abrió los ojos con sorpresa y luego frunció el ceño confundido.

- Hola – hice una mueca de sonrisa e ingresé a mi antiguo departamento

- ¿Qué traes ahí? – señalo mi pequeña maleta

- Ropa mía y de cata – murmure subiendo las escaleras

- Me voy una semana y cuando vuelvo hay más drama ¿Qué es esto? ¿una novela? – hablo molesto

Al llegar a planta alta voltee a verlo y me acerque a abrazarlo con fuerza, lo había extrañado. Cuando me separe lo observe fijamente.

- ¿puedes cortarte el pelo?

- ¿Por qué? ¿para qué? – se acomodó la melena extraña que caía por su rostro

- Pareces el sagrado corazón de Jesús, ¿realizas milagros? – comente y camine a tirarme en el sillón

- Depende – me acompaño tirándose a mi lado - ¿Qué es lo que deseas?

- Haz desaparecer a Gabriela – comente con una sonrisa

- Ya quisiera yo hacerlo – suspiro – bueno ¿y ahora qué?

- Quiso irse de aquí y separar a villa de su hijo – comente observando la ventana – porque está conmigo

- ¿no se cansa? – murmuro molesto

- Y la golpeé – confesé

- ¿Qué hiciste qué? – su voz se tornó sorpresiva y voltee a verlo, en su rostro comenzaba a formarse una pequeña sonrisa

- No te rías – suplique

- Pero es que – dijo sin entender intentando contenerse

- Ya – golpee su brazo – ella sabía que perdí a mi hijo – susurre – y se burlo

Note que Isaza perdía de a poco la sonrisa y fruncía el rostro enojado

- Y no me quedo más remedio que darle una cachetada – confesé – me sentí bien, si era eso lo que te preocupaba

- Es una arpía – murmuro

- Lo sé – asentí

- Aun no entiendo que fue lo que le gusto a Villa de ella

- Buena pregunta, ¿tú crees que de mí también está enamorado como lo estaba de ella? – suspire

El me abrazo por los hombros y se quedó pensativo.

- Esta estúpido por ti desde que te vio – confeso – lo digo con conocimiento de causa y lo que paso con ella hace poco fue un estúpido desliz de su pasado, necesitaba cerrar sus heridas y comprenderse, pero que te amaba aun estando en esa etapa, es verdad – me observo de reojo – además con la única mujer que quiso tener hijos es contigo y por quien iría a Francia a perder la poca dignidad que tiene desde que nació – reí frente a eso a lo que me acompaño – esta mucho peor por ti que por sus anteriores novias

- ¿tuvo más? – hable indignada

- ¿esta celosa? – frunció el ceño divertido

- No – negué rápidamente, pero el continuo con esa mirada – bueno, solo un poco

- Como que usted nunca tuvo un novio – volvió su vista al frente

- De hecho, él fue mi primer novio – confesé – nunca quise nada con nadie o más bien, nada serio con nadie, hasta que apareció el

- Estoy impresionado – comento

Suspire, ya lo extrañaba, pero era mejor estar así.

- Nos separamos – murmure - lo logro, Gabriela lo logro. Pensé que íbamos a estar juntos hasta viejitos