.18. segunda temporada

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- Buenos días mi amor – me acerque a su cuna, ella estaba despierta parada más bien intentando salir de ahí – ¿vamos a desayunar?

- Chi – sonrió arrugando su nariz

Bese su mejilla y camine fuera de la habitación para chocar con Villa que también salía del cuarto en donde dormía, ambos nos observamos fijamente a los ojos y sentí ese cosquilleo, ese escalofrío hermoso que sentía cuando sus ojos me observaban.

- Papi – cata se tiro sobre el

- Hola arañita – murmuro. Su tono de voz y su rostro reflejaban tristeza, la tomo en sus brazos y beso su mejilla – buenos días

- Am, íbamos a desayunar – comente con el mismo tono

- Sí, yo también – comento y me observo apretando sus labios con fuerza al finalizar

Bajamos las escaleras y fuimos directamente a la cocina donde ni mi padre, ni paulina se encontraban ahí. Villa puso a Cata en su silla y yo me dispuse a preparar el desayuno para los tres.

Ambos nos sentamos en silencio, había algo extraño en el ambiente, pero tampoco iba a terminarlo. Sentía la mirada de villa sobre mi pero no intentaba por nada del mundo hacer contacto visual.

Mi teléfono sonó rompiendo con el clímax que cada vez que los minutos pasaban se hacían eternos, no hablar con él me parecía lo más cruel que existía, pero no había nada más que decir.

- Hola – sonreí levemente cuando atendí

- Buen día Mara – Miguel del otro lado se encontraba con mucha energía – espero que no esté molestando a esta hora

- Tranquilo solo estoy desayunando con mi hija – murmure, note que villa me observo con desilusión

- Me alegra entonces – sentí mucha tranquilidad en sus palabras, aunque amaba más que a las palabras las dijera el hombre que tenía en frente – llamaba para invitarte a almorzar, si quieres puedes venir con la pequeña – su voz se tornó entusiasmada y mi vista fue hacia villa que se encontraba con cata jugando con las galletas – me encantaría conocerla

- Am – murmure – creo que no va a ser posible que Cata vaya

Al escuchar lo último villa volteo a verme con seriedad.

- Como quieras, a mí no me molesta en absoluto – volvió a decir Miguel – me gustan los niños, pero ¿te parece encontrarnos en el café a las doce?

- Me parece – sonreí bajando la mirada al suelo – nos vemos a esa hora entonces, adiós

Deje el teléfono a un lado y continúe con mi desayuno tranquilamente, villa no dejaba de mirarme.

- ¿Qué?

- ¿saldrás? – pregunto curioso

- Si, iré a almorzar con Miguel – comente llevándome la tostada a la boca

El frunció el ceño y negó bajando su mirada a su café.

- ¿de dónde salió? – murmuro - digo, ¿Dónde lo conociste? – su voz se tornó calma por un momento y me observo intrigante

Suspire y decidí contarle la verdad, al menos prefería que se enterara por mí y no por otras personas.

- Lo conocí en el puente – murmure – tire al rio el anillo que me diste – eleve mi vista de forma temerosa, su rostro mostraba dolor – y el justo pasaba por ahí y lo vio, me hizo un comentario que al principio me asusto y luego me hizo reír – recordé el momento y sonreí

- ¿te gusta?

Parecíamos amigos, de esos cuando nos conocimos, pero no quería hablar con el sobre esto.

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora