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- Ey

Abrí mis ojos y reaccionando vi que Ana se encontraba a mi lado. Hace una semana que nos habían dicho que Mara estaba bien, fuera de peligro, pero aun no despertaba y eso me estaba preocupando demasiado.

- Hola

Me reincorpore en la silla, me limpie el rostro y nuevamente volví a observar a Mara, ya no tenía los aparatos molestos, ni siquiera el respirador. Ya podía hacerlo sin ayuda.

- ¿algún cambio? – ella tomo asiento frente a mí, yo solo negué. Acaricio su mano y note que sus ojos se comenzaron a poner rojos

- Tengo miedo Ana – confesé, ella me observo – tengo mucho miedo, de verdad

- Ya va a despertar – intento darme ánimos

- No tiene nada – comente – según los médicos esta fuera de peligro pero

- Quizás esta muy cansada villa – la observo – Todo esto la supero y se está recuperando lentamente

- Pero ¿Por qué no abre los ojos? – susurre – si quiere recuperarse puede hacerlo pero aquí – recosté mi cabeza en mi mano observando a Mara

- No hará lo que tú quieras – me reprocho – ella siempre hizo lo que quiso y lo sabes

- Pero ahora es molesto Ana – me defendí – me estoy enojando con ella

Hace una semana que no salía de aquí, solo iba a tomar un baño y a cambiarme de ropa, pero nuevamente volvía. Día y noche me quedaba junto a ella, ya me había hecho amigo de todas las enfermeras que ingresaban a la habitación y hasta a veces me traían comida para que no tuviera que salir de aquí y no me muriera por desnutrición.

Ella solo me observo con pena y yo solo apreté mis labios con fuerza.

- Creo que deberías de salir a tomar aire – sugirió

Negué rápidamente

- Ve Villa – volvió a tirar esa idea – estaré aquí con ella

- No te ofendas, pero prefiero cuidarla yo – murmure

- Eres un verdadero cabeza dura – se molestó – te juro que cuando Mara despierte le diré que no saliste de aquí y que no hacías caso a nadie

- ¿y crees que eso la molestara? – la observe serio

- ¿tú que crees? – murmuro observándome de forma fija – tu sabes bien Juan Pablo, la conoces más que yo

Ella pondría el grito en el cielo si me viera aquí y en este estado.

- Ni siquiera vas a ensayar, faltas a las entrevistas importantes – comento aún más molesta - ¿crees que Mara te dejara pasar todas esas faltas que te haces a ti mismo? Hace una semana no sales de aquí

Suspire con angustia, cansado de esta situación.

- Vete a tomar un café, ¿sí? – sonrió – Alfred también quiere entrar a verla

- ¿La cuidaras? – murmure con desconfianza

- La cuide cuando la destruiste – trague saliva frente a eso – lejos de hacerte sentir mal, tu sabes que es verdad

Asentí y me levante de aquella silla que había sido mi cama en estos días, me acerque a ella y bese su coronilla de forma prolongada. Salí de la habitación y caminé por los pasillos de aquel lugar desolado. Crucé la calle y entrando al local pedí un café.

Voltee buscando un lugar para sentarme, entre la multitud había un solo lugar disponible. Sonreí con tristeza caminando hacia la mesa en donde nos habíamos sentado a conversar por primera vez.

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora