Mi lugar favorito - Juan Pablo Villamil

.14. tercera temporada

Observe mi taza de café, había sido una noche pésima para mí. ¿Qué era lo que estaba sucediendo? Ansiaba a mi familia nuevamente, sin problemas. Que mi hija volviera a casa, que Villa dejara de ser atormentado por Gabriela y Ludmila y que Mat siguiera siendo Mat. Suspire y me frote los ojos con fuerza, estaba cansada.

Escuche que alguien ingresaba a la cocina, era lunes y al menos hoy ludmila se iba de casa como otra semana más. Ella me observo seria y yo simplemente continúe tomando en silencio el café.

- Que sea la última vez que me mandas – murmuro la niña – tú no eres mi madre

- Gracias a dios – susurré y seguí con lo que hacia

Sentía la mirada de la niña sobre mí, sentía que me colmaba la paciencia con tan solo su cercanía. Digna hija de Gabriela, ¿Qué era lo que había heredado de villa? No tenía absolutamente nada.

- ¿Qué es lo que vio papa en ti? – murmuro, eleve mis ojos hacia ella. No dejaba de observarme con ¿asco? – digo, no tienes nada interesante

- ¿tengo que tener algo? – pregunte curiosa

- Todo lo que tiene mi mama – hablo con orgullo

- Ajam – asentí con una sonrisa divertida, volví a mi taza de café porque lo que menos quería era seguir escuchando lo que decía - claro

- Sabías que por tu culpa crecí sin él, ¿verdad? – mi rostro se transformó completamente, la volví a observar – tú tienes la culpa que no pueda relacionarme con mis hermanos y que mi papa ni siquiera me quiera, por tu culpa el me abandono y no me quiso

- Espera, Ludmila – la detuve antes de colapsar totalmente – Villa iba a hacerse cargo de ti, estando o no conmigo – hablé con seriedad

- Entonces ¿Por qué hizo un análisis de paternidad? Si se iba a hacer cargo de mi igual – movió sus hombros - ¿Por qué abandono a mi mama?

Me quede en silencio frente a sus preguntas, yo sabía la verdad. Él lo había hecho por nosotros, porque me quería con él y yo no fui capaz de llegar a un sano acuerdo con Gabriela por nosotros. Trague saliva y suspire cerrando mis ojos intentando no llorar porque sí, me sentía totalmente culpable de que ella haya perdido tanto tiempo lejos de él.

- Dime mara, si no fue por ti ¿Por qué nos abandonó?

La observé fijamente a los ojos, la niña tenía una mirada muy cruel y este era el miedo, la culpa, que nunca quise sentir.

- Mi papa quería a mi mama, ¿lo sabias? – trague saliva, eso era en un pasado antes de mi – pero, apareciste tú y esa niña

- Esa niña es su hija – defendí a cata, con mi hija no se metería nadie – ¿o esa parte tu madre no te lo ha dicho?

- No me interesa – movió sus hombros – al fin y al cabo, todo esto que sucede es tu culpa – me observo con seriedad – tú y solo tú, tienes la culpa de lo que sucede aquí

- Ludmila – suspire intentando disminuir mi dolor

- Si tu no hubieras interferido entre mis padres, quizás yo estaría bien creciendo al lado de papa junto con mis hermanos – comento – hasta seguro Catalina no lo odiaría y estaría aquí y no quien sabe donde

- Ludmila

Me quede tildada por unos minutos intentando procesar lo que había dicho aquella niña.

- Mamita – sentí que tomaban de mi rostro – mami, estoy aquí

Sentí mi rostro húmedo, me encontraba llorando sin piedad.

- Vámonos de aquí

Cuando me di cuenta me encontraba caminando con cata a mi lado, fuera de casa. Ella me ayudo a ingresar al auto de Isaza. No sabía que estaba sucediendo, ni porque todo a mi alrededor se caía. Sentí que cata me abrazaba por los hombros para que descansara mi cabeza sobre su hombro.