.48. Final

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2 años después

- Hola – asome mi cabeza con una sonrisa

- Al fin apareces – bromeo Moncho

Ingrese a la habitación y guarde mis manos en los bolsillos deteniéndome junto a Simón.

- Si, tuve que hacer un par de cosas antes – comente – ¿aún no sale del baño?

- No – Martin hablo sentado en el escritorio – creo que entro en estado de crisis – murmuro - ¿se lo imaginaban de esta manera?

Los tres reímos en sonoro. Me acerque al baño y toque esperando que se dignara a abrir la puerta, pero creo que fue en vano.

- Ya sal – ordene – no puedes quedarte ahí por siempre

Abrió la puerta mirando al suelo, esperaba que dijera algo, pero simplemente se quedó en la misma posición.

- Oh vamos, ¿te encuentras asustado? – bromeo Moncho

- No es eso – comento Isaza – es que me voy a casar

- Te casaras con Ana – agrego Martin

- Si – asintió obvio – lo sé, me casare con el amor de mi vida

Pronuncio lo último y se quedó pensando por unos minutos, ni siquiera se había terminado de arreglar. Solo estaba con la camisa puesta y sus medias hasta las rodillas, me daba vergüenza de tan solo verlo. Apreté mis labios para no reírme de tan solo verlo salir del baño.

- Me casare con el amor de mi vida – susurro nuevamente y note que su sonrisa apareció

- Si – asentí haciéndolo entrar en razón – pero ese casamiento no se hará si no te apuras

- Y no creo que quieras ir de esa manera – lo señalo Moncho

El solo se observó a sí mismo y termino por darse cuenta de la situación.

- Espero que esto no los perturbe – comento un poco apenado

- Ya lo hizo – hable con afirmación

El solo me fulmino con su mirada pero luego termino por reírse, se veía feliz aunque algo asustado por la situación. Jamás voy a olvidar el momento en que le pidió la mano a Ana y pensando que le diría que no comenzó a hacer una escena emocional hasta que escucho bien la respuesta. Desde ese entonces aun no era consciente de lo que iba a suceder dentro de dos horas.

Ayudamos a alistarlo, se veía lindo, como un muñeco de torta. Me puse detrás de el para observarlo mientras se miraba con todo orgullo frente al espejo.

- ¿Cómo me veo? – sonrió

- Bien – sonreí

El volteo a verme con una sonrisa y palmeo mi hombro.

- ¿tu estas bien?

- Si, ¿Por qué lo pregunta? – puse mis manos en los bolsillos

- No lo sé – movió sus hombros – te encuentras extraño

Reí bajando mi mirada al suelo. Tenía un presentimiento muy grande pero no quería decirlo aún. Volví mi vista hacia él, moví mis cejas divertido.

- Tan solo no preguntes por mí, preocúpate por ti ahora y por no entrar en pánico cuando estés en el altar – bromee

Él iba a decirme algo, pero Moncho ingreso a la habitación haciendo que nuestra conversación terminara.

- Es hora – sonrió

- Bien, creo que ya no poder salir contigo – camine hacia la puerta

- Que me case no significa que no pueda tomar contigo

Mi lugar favorito - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora