¡Bienvenidas a un segundo libro de one-shots de estos bellos personajes!
Al igual que el anterior, aquí encontrarán de todo, incluso algunas segundas partes de one-shots del primer libró, además trataré de escribir one-shots "dinámicos" (más adelant...
Antes de empezar quiero aclarar que, por lo que estuve investigando Portugal no tiene aún un nombre humano, así que yo decidí ponerle uno: Andre. Bien, aclarado esto, ¡empecemos!
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~Miedo~
-¿Aun sigues enojada?-preguntó él castaño.
-¿Tú que crees?-preguntó sarcástica la sirena de cabellos c/c, la cual se encontraba en un barril lleno de agua.
No era la primera vez que a ella le pasaba esto; por alguna extraña razón del destino, Andre, el capitán de un barco pirata, siempre la atrapaba; aunque últimamente ya se había vuelto una costumbre. Sin embargo, jamás le hacia daño, sólo la metía en un barril con agua porque sabía que ella detestaba estar en su forma humana.
-Vamos, no es tan malo -dijo él.
-¡Claro que si!-exclamo ella molesta -Este lugar es demasiado pequeño e incómodo -bufó molesta -Y así quieres que me case contigo...-susurro molesta.
-¡¿Si te consigo algo más grande para meterte te casarás conmigo?!-preguntó emocionado, se veía bastante ilusionado.
-No -contesto ella cortante.
-¡Eres cruel, T/N!-.
En su segundo encuentro, el portugués le había propuesto matrimonio, lo cual la sirena rechazo y aún seguía en esa postura.
-Andre...-suspiro hondo -Dudo mucho que lo nuestro funcione -hablo con seriedad -Sabes perfectamente que somos de mundos muy diferente-.
-Pero aún así te amo -se acerco a ella, se puso de rodillas y se recargo en el barril -Y no sabes cuanto-.
-No puedes amar a alguien que sólo has visto cinco veces -aclaro -Ni siquiera me conoces-se cruzo de brazos.
-No te gusta lo dulce -enumero con sus dedos -Odias convertirte en humana por que se te dificulta caminar, tus animales marino favorito son los cangrejos y las medusas, te gusta recorrer el mar y...tienes miedo que te pase lo mismo que a otras sirenas que se enamoraron de humanos -concluyo. Ella se quedó callada, tal vez si la conocía un poco, sin embargo, él tenía razón, T/N tenía miedo.
-Sólo me quieres por mi apariencia....-susurro ella mientras le daba la espalda.
-No es así -reclamo él -Me gusta todo de ti: tu apariencia y tu carácter -aclaro -Y se que tú sientes lo mismo por mi -acaricio un mechón de su cabello.
-¡Claro que no!-reclamo ella -Bueno... no niego que seas atractivo, lindo, tierno y amable...¡pero eso no quiere decir que me gustes!-.
«Es igual que Arthur...». El ojiverde suspiro hondo.
-Tienes miedo, ¿verdad?-.
T/N se giró a él con dificultad, lo miro a los ojos para luego suspirar.
-He escuchado varias historias sobre sirenas que se enamoran de humanos y ese amor termina mal -hablo -La más famosa es sobre una sirena que salió al exterior por que se enamoró de un príncipe al cual ella rescato antes de que muriera ahogado, sin embargo, aquél humano la rechazó y se casó con una humana. La sirena con el corazón roto se lanzó al mar y se convirtió en espuma de mar -.
-Eso quiere decir que murió, ¿no?-preguntó él.
-Así es -contesto -También hay casos donde las sirenas son engañadas por los humanos; nadie sabe que es lo que les hacen pero no debe ser nada bueno -concluyo. Se veía triste. Andre entendía aquella inquietudes, sin embargo no sabía como hacer para que ella entendiera que él nunca la lastimaría; tenía que hacerle ver que sus sentimientos por ella eran puros.
Sin esperarlo al castaño dejo un beso en la frente de ella, quien se sonrojo un poco ante aquel gesto pero la hizo sonreír.
-Mañana se cumple una semana desde que te tengo aquí -comento él -Así que mañana en la noche te liberaré-.
-¿En serio?-lo miro con los ojos abiertos, se veía un hermoso brillo en ellos.
-Así son las cosas, ¿no?. Pasas una semana junto a mi y yo te liberó -dijo él mientras acariciaba su cabeza -No quiero tenerte junto a mi a la fuerza -comento el mientras le sonreía levemente. T/N acarició con su mano el rostro contrario de una forma cariño.
-No te vas a rendir, ¿verdad?-preguntó ella.
-No -contesto él -No hasta que veas que mis sentimientos por ti son reales y hasta que tú aceptes los que tú tienes por mi -le sonrió.
-Bobo -junto su frente con la de él -¿Y si para eso tienes que esperar cien años?-.
-Esperare el tiempo posible, si es necesario, esperaré hasta en mis próximas vidas-.
-No tienes remedio, tonto -rió bajo. Ambos se miraban mientras se sonreían.
-Amas a este tonto -.
-Tal vez...-.
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