¡Bienvenidas a un segundo libro de one-shots de estos bellos personajes!
Al igual que el anterior, aquí encontrarán de todo, incluso algunas segundas partes de one-shots del primer libró, además trataré de escribir one-shots "dinámicos" (más adelant...
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Me encontraba caminando por las calles solitarias, aunque aún era primavera sentís frío. Me gustaba salir a caminar de noche para relajarme de mis deberes escolares. Pase por un puente donde abajo estaba un río algo profundo, posiblemente ese lugar hubiera pasado desapercibido como tantas otras veces si no hubiera visto una persona arriba del pequeño muro que mercaba los extremos del puente.
Era una chica de cabello c/c, traía puesto un uniforme escolar y usaba tenis, no podía ver su rostro pero parecía que miraba hacia el fondo del río. Alarmado corrí hacia ella y la tome del brazo, cosa que la sorprendió he hizo que se girará a verme; tenía unos hermosos ojos c/c sin embargo estos se veían cansados y tristes, aún así era una chica muy linda.
-Por favor no saltes, estás pasando por un mal momento pero está no es la solución, piense un poco las cosas pero primero baje de ahí por favor -hable nervioso y preocupado. La chica arqueó una de sus cejas y luego soltó una risa, gesto que me confundió.
-No iba a saltar -hablo, su voz también era linda -Solo me quedé perdida en mis pensamientos mientras miraba la luna reflejada en el agua -explico.
-Esta bien, sea como sea por favor baje de ahí, puede ser peligroso.
Ella asintió y con cuidado bajo quedando frente a mi, me sonreía levemente mientras que yo solo la miraba, no podía dejar de hacerlo.
-Eres alguien muy amable -dijo ella sin borrar su sonrisa.
-Gracias supongo... ¿está bien señorita?
-Si, no se preocupe, ya se lo dije solo me perdí en mis pensamientos.
-Comprendo -suspire -Es muy tarde para que una señorita esté en la calle, ¿vive lejos? Si quiere yo podría acompañarla a su casa y...
-Descuide -me interrumpió -Vivi a dos calles de aquí así que no se preocupe -dio media vuelta pero antes comenzar a caminar giro su cabeza hacia mi y está vez me sonrió ampliamente -Que tengas buena noche.
-Igualmente señorita...
La observé caminar sin decir, parecía alguien delicada más no débil y también parecía ser amable.
Por alguna extraña razón sentí como si mi corazón se lo hubiera quedado ella.
