Prólogo

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- ¿Lista?- Pregunto el mayor. La niña asintió y entro a la casa.- Ves... Te dije que buscaría una casa bonita.

La niña no está de ánimo para hablar. Miraba cada habitación con curiosidad, pero sin mucho entusiasmo. La casa tenía varias habitaciones, un garaje y hasta un patio, lo que significaba que podían tener mascotas. Eso la alentaba un poco.

- ¿Qué te parece si hoy comemos pizza?- Propuso el padre.- Seguro en algún lugar venderán.

- Estamos en Japón papá. - Le recordó la niña de 8 años.

- ¿Y que? ¿Acaso crees que aquí no se hace pizza?- El hombre trataba por todos los medio animar a su pequeña hija.

El proceso seria difícil. Después de todo era una niña pequeña que había visto a su madre morir lentamente. Aún cuando la hubiera preparado por años para este final siempre sería doloroso.

- Aitana... - Hablo el hombre con suave voz. La niña que está el momento evitaba mirarle a los ojos corrió a abrazarle.- Ya verás que todo pasará. Ahora tendremos una nueva vida.

- No quiero olvidarla.... No quie...- Decía la niñas entre lágrimas mientras era consolada por su padre.

- Nunca la olvidaremos.- Decía mientras acariciaba el corto cabello de su hija, e intentaba no romper en llanto.- Pero... Pero mamá seguro querría que avanzaramos. ¿Verdad?- La niña asintió.- Nunca la olvidaremos, pero tenemos que seguir adelante, paso a paso. ¿Ok?- Continuaba el hombre.- Ya llegamos a una nueva casa. Yo tendré trabajo nuevo y tu escuela nueva. Nuevos amigos. Podemos tener una mascota, o quizás dos...

-¿Tendre mamá nueva?- Interrumpió la niña.

- ¿Qué?

- ¿Que si tendré mamá otra vez? Otra mamá...

- ¿Quieres otra mamá?

- Mamá me dijo que si nos hacía felices si... Pero...

- Entiendo...- Dijo el hombre intentando sonreír. - Lo de la mamá nueva lo veremos más adelante. Mucho más adelante.

Aitana y su padre, Sasuke, había llegado ese día a Japón para recomenzar sus vidas. Sasuke era médico y no tenía problemas para conseguir trabajo. Al ser japonés de nacimiento tuvo todo un poco más fácil, incluso se reencontró con viejos amigos. En cuanto a Aitana... Bueno para ella fue más difícil, pero tenía a su padre y era todo lo que necesitaba.
Dos años después de haber llegado a Japón, descubrió que su padre tenía novia. Una señora muy bonita de cabello negro que vivía en un edificio. Su padre sonreía con ella, así que no se inmiscuyo, esperando pacientemente a que su padre le contara en el momento adecuado. Sin embargo no podía evitar seguir a su padre cuando lo veía a la distancia junto a aquella mujer.

- ¡Oye!... - Escucho que alguien la llamaba. Al girarse vio a un chico de cabello negro por los hombros. - ¿Por qué sigues a mi madre?

Bonita manera para empezar a ser familia ¿verdad?

Si...lo se...un prólogo algo triste. Pero prometo que lo iré mejorando. Espero que a pesar de eso les haya gustado... Si ese es el caso no olviden votar y comentar. Hasta la próxima.

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