Seize the day

1_Escape.

CAPÍTULO 1:
                  *Escape*

Gena:
Los primeros rayos de sol en la mañana de San Diego me despertaron de un sobre salto, pequeñas gotas de sudor caían de mi sien y el corazón oprimido  no me dejaba respirar con facilidad, había estado teniendo una horrible pesadilla, donde algo me tiraba hacia atrás con fuerza y me alejaba de Brian cada vez más.

¿Y si esa pesadilla se volviera realidad?, negué con la cabeza, “fue solo una pesadilla Gena” me dije a mi misma, tranquilizándome.
Hacía tres días que me encontraba instalada en mi apartamento, después de haber huido como una rata de Long Beach. Me levante y me dirigí directo al baño, necesitaba  darme una ducha.

Al salir, encendí mi celular, tenía 15 llamadas perdidas de Brian y más de 30 mensajes suyos, hiperventile y lo volví a apagar sin siquiera leerlos, podía imaginarme lo que decían esos mensajes, cosas como: ¿Dónde estás?, ¿Por qué te fuiste? ¿No piensas volver? Te extraño, da señales de vida y así sucesivamente. 

Eso es con lo que he tenido que lidiar estos días, sin contar con el acoso de mi madre queriendo saberlo todo, Brian se había dirigido a casa de mis padres después de lo ocurrido, preguntado por mi paradero y fue así que mi madre supuso que me encontraría aquí, pero por suerte no le comento nada a Brian.

Nadie sabía que me encontraba aquí excepto ella y Gerard,  quien me vio llegar empapada y echa un manojo de nervios, el me ayudó a calmarme y me contuvo el día que decidí dejar a mi novio en la ciudad vecina.

Varias veces han tocado el timbre de apartamento, pero al ver que se trataba de alguno de los chicos decidía no contestar, Alice y Lily habían venido más de dos veces el día de ayer y Jimmy junto con Melanie también. 

Necesitaba estar sola, procesar todo esto, el casamiento simplemente no era algo que me agradaba mucho, nunca ni siquiera había pensado sobre ello, para mí, los papeles eran cosa de posesión sobre alguien, y tampoco lo creía algo necesario, pensaba que, si amabas a alguien, bastaba con pasar tus días al lado de esa persona y nada más, ¿para que un estúpido papelito que te diga que es tuyo? Al fin y al cabo solo hace falta que tu lo sientas tuyo para que lo sea, si no lo siente así, de nada servirá un papel.

—¡Que tontería!— proteste en voz alta.

—¡¡Cariño! , llegué, te traje las cosas que me has pedido cielo— Escuche a mi madre decir desde mi habitación, le había dado un juego de llaves para que pudiera entrar cuando ella quisiera, estos días me había sido de gran ayuda pese a su interrogatorio, salí de la cama y la recibí con un beso en la mejilla.

Especias y sales para la tina, velas aromáticas,  cremas corporales, cremas para el cabello, mi amado perfume de Nina Ricci, algo de comida, dulces,  genial, me había traído todo lo que le pedí.

—Gracias mamá, ya estaba necesitando de estas cosas— dije  vertiendo una de mis cremas en mis manos y pasándola por mis brazos. Olía a rosas, si, ese olor que a Brian tanto le gustaba y que por cierto siempre la había usado, me encantaba esta crema, no solo por su exquisita fragancia si no por lo bien que le hacía a mi piel, dejándola súper humectada y suave.

—Hija, ¿no vas a contarme que fue lo que pasó?—

—Mamá no quiero hablar de eso—

—Pero es que no lo entiendo, ese chico Brian no para de llamar a casa y tú estas aquí, escondida hace 3 días, como si fueras una delincuente, quiero ayudarte hija, pero yo ya no se que inventarle a ese pobre muchacho—

—Pobre muchacho, ¿desde cuando es un “pobre muchacho” para ti?— Le pregunté irónica — Aún recuerdo tus palabras diciéndole rufián, cretino, pobre diablo y demás cosas que le decías a Brian— Agregue.