DRAGONS.

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La primera prueba había sido asombrosa, para ser honesto nunca me cansaba de ver dragones. Había ido incontables veces a Rumania a visitar a Charlie, y aunque amaba a pasar tiempo con mi hermano, también me gustaba observar a los dragones. Eran tan inmensos e incomprendidos y era por eso que daban tanto miedo, pero esa faceta que hacía que temiéramos de ellos era lo que los hacía hermosos.

Aun así, de que la prueba era prácticamente de algo que me apasionaba, no me había podido concentrar: había un par de ojos color cielo que no dejaban de rondar por mi mente.

Pasamos al Gran Comedor a una cena que habían preparado en Hogwarts para los familiares, que no tuvieran prisa en irse, convivieran con sus hijos. Mi madre no perdió la oportunidad de pasar tiempo con los gemelos, Ron, Ginny y Harry. Pude observar de lejos que la familia del chico de Hufflepuff que también competía en el torneo se encontraba en su mesa, por lo que nosotros nos acercamos a la de Gryffindor.

Para mí desgracia, o suerte, justo enfrente de mi familia se encontraba la mesa de las serpientes. No veía a nadie con esa cara angelical ni ese hermoso cabello castaño por ahí, pero si pude ver como el chico Malfoy fruncía el ceño al verme tan entretenido mirando su mesa. En cualquier otra situación le hubiera mantenido la mirada en señal de advertencia, pero ahora me interesaba encontrar a la hija del Sr. Theodore Nott.

Había escuchado el apellido  Nott desde hace algunos años, ellos formaban parte de ''Los Sagrados Veintiocho'' como nosotros.  Básicamente se trataba de un directorio, que habia sido creada por un ridículo, donde se nombraban exclusivamente  las familias mágicas consideradas ''verdaderamente puras'', es decir que aun mantenían el linaje de la sangre. 

A pesar de que nosotros fuimos incluidos en ese asqueroso directorio mágico, terminamos siendo traidores de sangre por no aceptar su discriminación absurda hacia los mestizos o muggles.

Charlaba con Ron y Charlie cuando vi pasar justo delante de la puerta del Gran Comedor a la chica Nott, pero ella no entro a este, paso de largo hacia el pasillo que daba a las mazmorras. Salí rápidamente con la excusa de ir al baño, pero vigilando que ninguno de mis hermanos me estuviera siguiendo.

No era muy tarde pero al tener el día libre los estudiantes de Hogwarts no estaban estancados en los pasillos, como regularmente pasaba. Sonreí al recordar todos mis momentos en este castillo viejo: Cuando llegue con mi hermano mayor Charlie, la decisión del sombrero y mi paso por Gryffindor , mi primer beso, mis noches siendo prefecto pero todo eso termino cuando sentí una varita en mi espalda.

-¿Me estabas siguiendo?- La fría voz de Regina Nott retumbo en el silencioso pasillo, no había gritado pero en su voz era clara y fuerte, detectaba un poco de indiferencia.

-Tienes una costumbre extraña de querer atacar todo el tiempo- Bufé sin girar pero sentí como bajaba su varita y se apartaba de mi. 

-Y tú de meterte en donde no te llaman- La chica estaba justo  enfrente de mí,  note que su piel pálida casi brillaba a la luz de la luna que se adentraba al pasillo gracias a los ventanales. 

-Pensé que eras más grande- Levante una ceja mirándola de arriba abajo y ella solo negó con su cabeza, mentiría si dijera que no me sorprendí al verla con su bufanda de Slytherin

-No sé qué haces siguiéndome Weasley, pero no te recomiendo que sigas haciéndolo- Frunció el ceño pero no pude evitar reír por su expresión. Era mucho más baja que yo y aún así se veía decidida a patearme el trasero, me gustaba eso.

-Nadie te estaba siguiendo niña- Musité con una gran sonrisa.

-Te sentí desde que pase por el gran comedor Weasley, ¿Qué quieres?- La castaña arqueó su ceja derecha. 

-Saludarte- Vi como una enorme sonrisa aparecía en su rostro, pero solo fue para burlarse de mi ''confesión'' rodando los ojos... Nuevamente.

-¿Quién te envió? ¿Tus hermanos gemelos quieren hacerle una broma a una Slytherin indefensa?- Levanto los dedos haciendo énfasis en la última frase haciéndome sonreír genuinamente.

-Nadie me envió niña tonta, ¿Cómo te fue después del mundial?- Tome un mechón que caía sobre su rostro y lo puse detrás de su oreja haciendo que se sorprendiera, ella solo volteo hacia otro lado alejándose levemente de mi.  

Le sonreí escondiendo mis manos dentro de los bolsillos de mis pantalones... esperando su respuesta. 

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To be so lonely || Bill Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora