GRINGOTTS.

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Como si me hubiera tomado un Felix Felicis en el desayuno entre al gran y viejo edificio de Gringotts: extrañamente hoy me sentía llena de optimismo. La fachada del lugar se veía cada vez más deteriorada, pero al ingresar lugar se podía observar que a los duendes les gustaba la elegancia y además tenían un gusto impecable.

Por suerte se encontraba prácticamente vacío, por lo que mi hermano y yo pasamos sin el mínimo inconveniente a la bóveda familiar de los Nott. Minutos después ya estábamos justo frente a la bóveda 721 con un duende que nos esperaría afuera, fingiríamos tomar unos galeones y otras reliquias familiares pero buscaríamos arduamente los diarios viejos de mi madre.

No terminaba de entender como trabajaba la magia aquí en Gringotts, no había venido lo suficiente para comprender muchas cosas pero me sentí aliviada cuando pude entrar a la bóveda con mi pequeño bolso que tenía encantamiento de extensión indetectable sin ningún problema. Los duendes son conocidos por ser avaros, protectores y muy muy problemáticos por lo que estaba tratando de evitar cualquier mal entendido con ellos, me aterraban.

Bajo presión Theo se encontraba en la parte alta de la bóveda buscando entre los montones de cajas con piedras preciosas y joyería que le había pertenecido a generaciones completas de los Nott, por mi parte no había tenido éxito con el accio diario.

-Creo que tendremos más éxito la siguiente vez hermanita- Theo bajaba las pequeñas escaleras de la bóveda, solo asentí sin ganas a punto de pararme del piso pero mi mirada se fijó en un baúl color negro con un escudo que no alcanzaba a diferenciar, aunque estaba segura que no era el de la Familia Nott.

Prácticamente estaba escondido debajo de un mueble que contenía una cantidad inmensa de candelabros, vajilla y otros artefactos de oro. No parecía casualidad que no estuviera así que decidí tomarlo para averiguar que sería, a fin de cuentas si no tenía nada dentro solo lo utilizaría para guardar cualquier otra cosa.

Regresamos de la profundidad bajo tierra minutos después de haber conseguido los galeones que necesitábamos para el nuevo curso de Hogwarts, estábamos listos para salir cuando sorpresivamente vi entrar a William Weasley a Gringotts. A decir verdad hubiera pasado desapercibido por mí, mi mente iba pensando en el baúl encontrado, pero Theo me dio un codazo cuando a través de una ventana vimos acercarse la melena rebelde del pelirrojo.

-¿Qué hace aquí tu maestro favorito?- Mi hermano pequeño susurro en mi oído con una pizca de burla.

-Shhh calla, nos puede escuchar: no lo mires Theo- Le dije en voz baja, deseaba con todo mi ser desaparecer lo más rápido de ahí, solo una vez había estado en una situación junto con esos dos hombres y había sido lo suficientemente incomoda.

-¿No quieres saludarlo?- Me alzo las cejas y yo lo miré horrorizada. El optimismo que había tenido esta mañana parecía desaparecer lentamente mientras veía al pelirrojo acercarse a la puerta principal.- Profesor Weasley...

A pesar de mi negativa, Theodore decidió acercarse ''amablemente'' a saludar mi profesor de Aritmancia.. Que al mismo tiempo era mi novio. La cara de Bill fue de confusión al ver a mi hermano con la mano extendida hacia el: tenía las cejas juntadas en un ceño fruncido y la boca entreabierta.

-Theodore, Regina... ¿Qué hacen aquí?- Podía sentir como William trataba de mirarme con disimulo mientras estrechaba la mano de Theo, pero era imposible: nuestras miradas siempre se conectaban.

-Ya sabe profesor, solo pasábamos por unos galeones que nos hacían falta...- Theo dijo señalando mi bolso color purpura.- ¿Ya está listo para el regreso a clases?-

-Theo... falta mucho- Dije mirándolo extrañaba por lo que Bill rio suavemente.

-De echo vengo a una entrevista de trabajo aquí, creo que regresaré a trabajar con los duendes- Bill explicaba mientras en una mueca de sorpresa lentamente se postraba en mi rostro.

-¡Oh vamos! Este curso estábamos muy entusiasmados de verlo Profesor, Aritmancia es la clase favorita de m...- Antes de que Theo pudiera terminar la frase le di un golpe con el bolso, que aunque parecía no tener nada, podía ser lo suficientemente pesado para sacar un quejido.

-Es una pena Profesor Weasley- Mencione encogiéndome en hombros, tratando de esconder mi molestia, pero fue imposible al ver los ojos de culpa del pelirrojo- Era muy bueno en su trabajo.

Antes de que Bill pudiera responder, los tres fijamos nuestras miradas en una mujer rubia que caminaba hacia nosotros haciendo resonar sus tacones color lavanda. De inmediato la reconocí, era nada más y nada menos que Fleur Delacour: Una de las participantes del torneo de los tres magos, exactamente la campeona de la Academia Mágica Beauxbatons .

-¡William! Qué bueno que llegas, justo a tiempo- La francesa se acercó a saludar a William con dos besos en sus mejillas, sin evitarlo rodee los ojos al ver esto.

-Hola Fleur, Bodrog me cito aquí a las 11...-Bill comenzó a decir, los cuatro fijamos nuestra vista en el inmenso reloj que colgaba en una pared donde decía que eran apenas las 10:53 am.

-Sí, pero queggía que me acompañaggas a tomagg un té o algo por el estilo- Fleur dijo. Luché internamente por no lanzar un chillido ahí mismo o subirme arriba de William tratando de protegerlo de la mujer, pero probablemente debería de protegerlo de mis celos que estaban naciendo.

-Fleur yo..-Alcance a escuchar que musitaba Bill pero lo interrumpí.

-Fue un placer saludarlo Profesor- Sonreí de la forma más hipócrita que pude antes de pasar de largo justo al lado de mi novio, sabía que no tenía por qué ponerme esa forma pero no podía evitar sentirme de esa manera: no frente a esa mujer hermosa francesa.

Una vez en el Callejón Diagon solté un sonoro suspiro y mire el cielo, el día se había nublado a comparación del sol brillante que nos había abrazado a nuestra llegada al banco: La gente parecía estar apurada, como si estuvieran evitando pasar mucho tiempo fuera de casa pero aun así se comenzaban a hacer las aglomeraciones en las tiendas y puestos.

-Vaya, sí que eres su favorita...-

-¿De qué hablas?- Miré a mi hermano confundida.

-Casi se sale corriendo a despedirse ''apropiadamente de ti'' el profesor William, me pidió que lo hiciera por él...-Theo dijo poniendo su atención en la gente a nuestro alrededor.

-¿Apropiadamente? Pues no lo fue- Me cruce de brazos, inmediatamente arrepintiéndome de haber dicho tal cosa. Me sentía y me veía celosa.

-Si claro, en fin... Esa rubia y el pelirrojo ese... quién lo diría...- El pelinegro solo se encogió en hombros.

-Theo...-Trate de cambiar la conversación pero fui interrumpida por los ojos azules de mi hermano mirándome atentamente.

-Nunca pensé que un Weasley terminaría con una francesa- Dicho esto salió caminando, sin notar mi corazón estrujado.

-¿Quién lo diría no?- Musité con disgusto. 

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To be so lonely || Bill Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora