Después de los sucesos en la Batalla de Little Whinging, la única forma de describir como nos encontrábamos en la madriguera era apretados. Los únicos que se habían marchado fueron Tonks y Remus, los demás seguíamos estancados en el lugar por órdenes de Molly. Desde aquella noche en la que no habíamos podido recuperar el cuerpo de Moody, la tensión incremento en el lugar. No había rastro de él o de su magia en el lugar, intente convencerlos de hacerlo a mi manera, pero Lupin y Bill se negaron. Este hecho había puesto los nervios de punta a la matriarca Weasley.
-¿Gustas más comida, Theodore?- Alcance a escuchar como Molly le ofreció con cordialidad. Ayer habíamos celebrado el cumpleaños 17 de Harry, comimos las sobras de la cena favorita del chico: albóndigas.
-No, muchas gracias Sra. Weasley- Con educación Theodore se levantó de la mesa para lavar su plato sin magia.
-¡Hijo! Si estás muy delgado, deberías comer un poco más de postre: ten, puedes llevarlo arriba- La mujer pelirroja le sirvió una rebanada de pastel que Theo acepto regañadientes, agradeció antes de subir a la habitación de Charlie y Bill.
No me acostumbraba a estar aquí todo el día, esperando a que Bill regresara del trabajo por las tardes. Pero entendía que se preocupara por nosotros y no quería que nos quedáramos solos en Grimmauld Place, aun así extrañaba un poco la privacidad.
-¿Qué piensas, hija?- Molly me preguntó, estaba en la sala de estar con el profeta en las manos. No había ninguna noticia interesante, cada vez ocultaban mejor todos los ataques.
-¿Fue así la última vez?- Pregunté con una mueca en los labios- Es decir, todo es tan... silencioso: sé siente el ambiente la tensión pero...
-Él está buscando pasar desapercibido-Molly comento suspirando, se acercó a mi lado- Todo le estaba saliendo bien hasta aquella noche en el Ministerio.
A Voldemort no le había ayudado en nada que se supiera de su regreso tan rápido, su plan por desacreditar Dumbledore estaba funcionando hasta que apareció en el Ministerio donde el propio Ministro Fudge lo pudo ver. No iba a cometer el mismo error dos veces, tenía que actuar en el anonimato, debía manejar sus asuntos internos lo más discreto posible. De lo contrario, más gente se nos uniría para buscar quitarlo del poder.
Pero cada vez la tarea de vencerlo era más difícil, cada vez perdíamos a más personas. En menos de dos meses ya habíamos perdido a dos líderes, Dumbledore y Moody, no estaba segura si íbamos a poder hacer algo que realmente valiera la pena: antes de que llegara nuestro turno.
-A veces siento como si- Solté el aire, mire la cara decaída de la Sra. Weasley- Solo estuviéramos esperando que seamos los siguientes
-Es válido sentirse así, Regina- Molly tomo un mechón de mi cabello para acomodarlo detrás de mí oreja- Alguna vez todos nos hemos sentido sin esperanzas, lo importante es no rendirnos.
-Confió en Harry, tal como lo hacía Sirius y Dumbledore- Confesé- Pero temo que algo les pueda pasar a los chicos.
-No eres la única, hija- Susurró Molly- He pensado mucho en que será de ellos, en ustedes.
-Sé que Bill no nos quiere preocupar, pero por algo estamos aquí- Contuve las respiración por un segundo - Ser hijos de un traidor no es bueno, ni siquiera sé si Theo va a poder volver a Hogwarts.
-Yo tampoco lo quiero, no sin Dumbledore ahí- Me tomo la mano acariciándola suavemente. Molly me brindaba esa confianza para contarle mis temores, ella más que nadie me entendía: Ella quería a su familia, tanto como yo quería a la mía.
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-¿Qué ocurrió?- Le pregunté a Bill cerrando la puerta detrás de mí.
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To be so lonely || Bill Weasley.
FanfictionBill Weasley creció con seis hermanos, una madre encargada del hogar y un padre amoroso. Nunca le falto nadie, siempre estuvo acompañado. Regina Nott siempre se tuvo a ella y a su soledad, pero nunca se quejó. Aprendió a disfrutar de su propia com...