YOU'RE MY BEST FRIEND.

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La mañana siguiente partimos al lugar que, a diferencia de Bill, no conocía para nada. Llevábamos en un maletín con un hechizo de extensión lo necesario para un fin de semana, esperando poder encontrar algo que nos guiara hacia esa arma para destruir el horrocrux. Entre nuestras pertenencias habíamos incluido una tienda de campaña para poder dormir ahí, comida y por supuesto todo lo relacionado con el guardapelo de Slytherin.

-De echo esta fue la misma tienda que llevamos al mundial- Bill me explicaba después de que habíamos terminado de armarla. Sonreí ligeramente, desechando la idea de hablar de ese día donde lo vi por primera vez, y el pelirrojo pareció darse cuenta perdiéndose en el interior de esta.

Si bien nunca había estado en un lugar como este, estaba familiarizada con estos objetos que los magos solían encantar. Mi padre nos había dejado una parecida en el gran patio de la mansión, para las noches donde nos quedábamos viendo las estrellas afuera.

-Es inmensa- Gire mirando todo el espacio que había dentro, de la que parecía ser una tienda para una persona- Que suerte que tenías una de estas a la mano.

-Sí, un compañero del trabajo de papá se la presto pero ya nunca la reclamo. Eso es suerte- Contesto sacando el ''equipaje''- Tu dormirás del lado izquierdo, ahí fue donde Ginny y Hermione compartieron habitación en el mundial, supongo que debe ser el mejor.

Asentí dirigiéndome a esa dirección, si bien solo había cargado con un par de cambios de ropa y alguno que otro objeto personal tenía que ''desempacar'' y ver si sería necesario algún arreglo en aquel lugar. Y si, estaba en lo correcto ya que tuve que desempolvar la cama con un poco de magia.

Respire hondo levantando el diario de Regulus que ahora llevaba a todos lados, sabía que mi inconsciente quería cargar con él ya que esperaba poder verlo pronto, esperaba que la próxima vez fuera junto con mamá. Desde aquel día en la cueva el horrocrux parecía haberse activado, nunca había sentido que el guardapelo vibrara pero juraba que ahora incluso me hablaba, era como si la magia que estaba dentro de él estuviera buscando una forma de salir.

Pasamos la mañana y gran parte de la tarde buscando esa maldita espada, pero no había señal de ella por ningún lado. Bill había robado un mapa de Gringotts, temí por el cuándo me revelo la traición que hizo a los duendes pero me tranquilizo cuando dijo que había duplicado dicho mapa. En el pergamino viejo venía que la última vez que a alguien se le apareció la espada fue a Anthony Cesser, un ex Gryffindor que acampaba en este mismo lugar.

Según el informe de los duendes, el hombre se encontraba solo cuando una acromántula lo comenzó a asechar: cuando estuvo en un peligro inminente, la espada hizo su aparición ante él permitiéndole matar a la criatura y así salvar su vida.

-Gracias por... la comida, quedo muy buena- Bill musitó justo después de terminar la cena. Estábamos alrededor de la fogata que el hombre construyo, era mayo y el clima era muy frio: solo esperaba que no comenzará a llover, últimamente la lluvia me daba mucha ansiedad.

-No es nada- Conteste sonriendo de lado, había aceptado que nuestras pláticas fueran así de casuales. Sin embargo los silencios ya no parecían tan incomodos, por mi parte aún apreciaba su compañía.

-Espero que mañana tengamos algo mejor-Tomo un sorbo de agua- Hoy no pudimos avanzar mucho-

-No lo sé Bill, no sé si estamos buscando en el lugar correcto- Dije abrazándome a mí misma.

-Por el momento es todo lo que tenemos Regina-

-No es suficiente- Solté con una mueca.

-No hay mucho que podamos hacer- Rodo los ojos mirando a otra dirección.

To be so lonely || Bill Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora