-Déjame salir Sirius, quiero ver a Bill- Chillé enojada en contra del animago, ya habían pasado más de quince minutos donde me seguía preguntando por ese maldito anillo.
-¿Quién te dio ese anillo? ¿Tu padre?- Me había tomado de los hombros buscando la verdad en mi mirada, pero no estaba lista para decírsela.
-Por favor Canuto- Lo llame por su apodo por primera vez- Te suplico, déjame verlo.
El ex prisionero de Azkaban me soltó de su agarre y se movió dejándome paso para salir de la habitación. Sabía que debía ser honesta con Sirius, tal vez él me podría de sacar de dudas pero primero necesitaba contarle a mi Bill.
Me detuve en el último escalón antes de llegar a la planta baja, a un par metros de la puerta que daba a la sala donde Bill estaba descansando. Podía escuchar voces en el pasillo que se dirigía a la cocina, tomando aliento me conduje hasta el sillón doble donde estaba William descansando con un aspecto incómodo.
Sonreí al verlo despierto y un brillo se postro en esos perfectos ojos color océano que tanto adoraba. En la habitación estaba el Señor Weasley con la mirada perdida en el piso, cuando me escucho entrar se levantó de su asiento.
-Me alegro que... estés aquí Regina, Bill no dejaba de preguntar por ti- El Sr. Arthur se acercó tendiéndome la mano que no dude en aceptar, lucia tan diferente a la última vez que lo había visto.. Cuando fue herido en el Ministerio.
-¿Eso es cierto?- Levante la ceja mirando a Bill con una mueca divertida.
-Claro que no criaturita- Bill contesto con una voz ronca señalándome un espacio libre en el sillón, pero me senté de nuevo en la fría alfombra.- Perdón por...
-No tienes nada que decir Bill, me alegro que estés bien- Acaricie su cabello color fuego mirando detenidamente su rostro- Tengo mucho que contarte..
-Los dejaré solos chicos, si necesitan algo solo llámenme- El padre Weasley salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él.
Me estremecí cuando sentí el tacto de Bill en mis manos, las tomo entre las suyas para besarlas delicadamente.
-¿Cómo está tu hermano?-
-Él... está bien, mañana volverá a Hogwarts- Solté en un suspiro, vi como el pelirrojo fruncía el ceño pero no añadió más- Bill... creo que encontré a... al que debería ser mi padre.
-¿De qué hablas Regi?- Bill preguntó con una mueca de confusión.
-Encontré el anillo de la foto en la habitación de la madre de Sirius.-Con mi mano libre saque de mi pantalón el anillo de plata- Era de Regulus, el hermano de Sirius.
-R.A.B- Bill musito recordando la habitación abandonada junto a la nuestra.
-Creo que es él- Dije en un hilo de voz con un intento de sonrisa, pero solo se proyectó como una mueca en mi rostro.
-¿Estás segura?- El ceño fruncido de Bill se hizo presente y solo me encogí en hombros.
-Es mi única... ¿conexión?, no lo sé pero es todo lo que tenemos ahora- Solté un suspiro.
El sonido de la puerta me hizo girar, justo en el marco de esta se encontraba la Sra. Weasley y al sentir su mirada penetrante trate de soltar la mano de Bill pero él la tomo con más fuerza. Se aclaró la garganta viendo a su hijo pero el pelirrojo ni se inmuto, cosa que me puso más nerviosa de lo que ya estaba: parecía una guerra de miradas.
El Sr. Arthur Weasley se rasco la nuca incomodo mientras Tonks entraba torpemente chocando con un viejo perchero. Fije mi mirada en la chica de ahora cabello morado que solo me guiño el ojo con una sonrisa divertida, parecía que no entendía el pánico en mi ser.
-William- Susurró la señora pelirroja.
-Madre- Bill contesto mirándola con la ceja alzada, y yo con los ojos abiertos como platos.
-¿Cómo te sientes hijo?- Suavizo su voz pero note que se estaba deteniendo en acercarse al pelirrojo.
-Mejor- Bill contesto a secas, provocando en Molly Weasley y en mí una mueca de sorpresa.
-¿Ya no sientes más dolor hijo?- Preguntó el Señor Weasley.
-No papá, creo que me pueden ayudar a ir hacia arriba- Bill hizo un ademán de levantarse del sillón, me aparte de él levantándome.
-Yo creo que deberías de quedarte aquí hijo- La madre de Bill decía mirándolo con dolor, como si pudiera sentir la herida de él palpitando en su propia pierna.
-¿Remus, Sirius?- Preguntó el pelirrojo mirando a los dos hombres que tenían una expresión de sorpresa en el rostro, al parecer no era nada común este tipo de escenas con la familia Weasley.
-William Arthur.. ¿Me estás castigando? ¿Es por lo que..?- Trato de decir la matriarca de los Weasley pero fue interrumpida por William.
-Si madre, es por lo que dijiste cuando llegaste- Abrió la boca pero Bill continuo-No mamá, ahora mismo no puedo lidiar con eso-
-William te exijo...- La voz de Molly se hizo más fuerte y en sus ojos creció una furia pura.
-Madre ya soy un adulto, te amo pero ya tomo mis propias decisiones.-Se puso de pie con la ayuda de los castaños, la herida de su pierna lucia mucho más limpia y ya comenzaba a sanar.- Sé que estuvo mal que...
-¿Meterte con ella?- La pelirroja dijo y una mueca de sorpresa apareció en mi rostro pero inmediatamente fruncí el ceño tratando de controlar el dolor que estaba sintiendo en mi pecho. Mi intención jamás había sido ocasionar una pelea entre los Weasleys, menos entre Bill y su madre pero tampoco había planeado enamorarme de él.
-Ella es todo lo que he querido- Bill le replico a su madre señalándome, yo solo quería esconderme debajo de la alfombra- Lo que estuvo mal fue ocultártela, ella jamás ha tenido ni tendrá nada malo.
-Tú- Ahora fue el turno de Molly Weasley de señalarme y acercarse peligrosamente, solo trague saliva antes de que Tonks y Arthur Weasley se pusieran frente a mí cubriéndome de la feroz matriarca.
-Molly deberías de tranquilizarte- Nymphadora la tomo del hombro delicadamente, cuando estaba lo suficientemente cerca de mi pude ver sus ojos llenos de lágrimas. No pude evitar sentirme mal por toda esta situación.
-Tonks tiene razón, aparte Regina es una buena chica... Deberías de darle una oport...-
Ignorando a su esposo y la aurora, Molly Weasley salió de la habitación furiosa sin dirigirle la palabra o mirada a alguien. Bill miro a su padre que se encogió en hombros, después fijo sus ojos azules en mí dándome una sonrisa genuina: no había dicho ni una sola palabra pero no era necesario, sabía que no se arrepentía de nada.
Mordí mi labio inferior cuando vi a mi novio ser ayudado para subir las viejas escaleras de madera, y por primera vez en toda la discusión vi las cabezas pelirrojas de los hermanos de Bill. Fred y George miraban la escena divertidos, Ronald sorpresivamente me dio una media sonrisa tímida junto con la que creí reconocer como Hermione Granger pero la menor de los Weasley me miraba con odio total cruzada de brazos.
Theodore se acercó de inmediato cuando los espectadores se comenzaron a dispersar por la casa dándome un tierno abrazo, apoye mi cabeza en su hombro suspirando: ¿En qué drama estaba metida?.
-Entonces el profesor Weasley y tú...- Susurró mientras me picaba con un dedo una costilla, sabía que mi debilidad eran las cosquillas.
-Oh calla Theodore- Negué dándole un ligero manotazo en la mano.
-Oye no estoy ni un poquito sorprendido, solo que me hubiera gustado que me dijeras antes- Theo e cruzó de brazos riendo.
-Perdón Theo pero no quería causarle problemas, además no sabía cómo reaccionarías- Me encogí en hombros mirándolo.
-No seas tonta Reg, ese hombre daría lo que sea por ti- Theodore revoloteo mi cabello por lo que me queje- Claro que lo aceptaría.
---------------
ESTÁS LEYENDO
To be so lonely || Bill Weasley.
FanfictionBill Weasley creció con seis hermanos, una madre encargada del hogar y un padre amoroso. Nunca le falto nadie, siempre estuvo acompañado. Regina Nott siempre se tuvo a ella y a su soledad, pero nunca se quejó. Aprendió a disfrutar de su propia com...