Con el regreso de Sirius pudimos avanzar un poco más en nuestra investigación, pero mi ansiedad se había disparado por los cielos. Cada día me preocupaba más por los que estaban a mí alrededor, antes solo era por mis amigos, papá y Theo: hoy tenía a más de cuatro personas a las cuales quería y esperaba todos los días que llegaran a salvo a casa.
Bill prácticamente estaba siendo explotado por los duendes de Gringotts pero según él tenía que comenzar a ahorrar más que nunca, no quería quedarse un minuto más en casa de los Black. ¿La razón? Canuto poco a poco comenzó a volverse en un tío celoso, incluso nos pidió que durmiéramos en cuartos separados aunque nos negamos al instante.
-Esto es todo por hoy...-Moody dijo después de que por fin logrará desarmarlo. Nuestro entrenamiento tuvo inicio a las 9 am, ya eran alrededor de las 3 pm. El hombre rubio con canas no había mencionado nada más de nuestra plática aquella noche, tampoco me contó que fue lo que tuvo que hablar con Dumbledore.
-Sr. Moody usted cree que ya pueda...- Interrumpió mi pregunta como si estuviera leyendo mi mente, de nuevo.
-Aun no abra misiones para ti Regina- Soltó sin mirarme.
-Pero...-Trate de protestar pero me interrumpió.
-Sé lo que te digo, estarás más segura aquí-
-Pero Sr. Moody ya estoy enferma de ver estas paredes todos los días, necesito comenzar a salir o...- Dije con fastidio, el hombre giro a verme con su ceja alzada.
-¿O qué?-
-Me volveré loca- Confesé, si bien era hogareña esto ya era demasiado.
-Allá afuera hay mortifagos que no dudarían en lanzarle un Cruciatus para volverla loca, Señorita Nott- Contesto Moody refunfuñando, como de costumbre.
-Alastor... déjala, estará bien- Sirius me guiño el ojo entrando a la habitación- Yo mismo la acompañare a darse una vuelta.
-Está bien Canuto, pero no llames demasiado la atención niña- El regordete hombre salió produciendo un crujido en la madera vieja gracias a su pata de palo.
Tome una ducha rápida, siempre terminaba empapada en sudor por el esfuerzo de combatir al exauror. Hoy me encontraba más emocionada que de costumbre: casi podía conjurar un patronus y podría salir a respirar un poco de aire fresco. Al ser un día muy nublado me puse un abrigo color verde oliva con una playera, jeans y botas color negro. Utilice el poco maquillaje que me había proporcionado Tonks para cualquier emergencia, según ella. Dudosa tome el guardapelo, temía que alguien entrará aquí y pudiera robarlo: lo escondí debajo de mi playera, colgándolo en mi cuello.
Sirius me escoltaría como animago hasta el Callejón Diagon, lo que más disfrutaba de Grimmauld Place era que quedaba relativamente cerca de aquella calle mágica. Camine por un par de minutos con un gran perro color negro a mi lado, emocionada sintiendo el frio viento de Octubre chocar en mi rostro.
Termine de hacer unas cuantas comprar e iba en camino hacia Gringotts, le propondría a Bill ir a comer al Caldero Chorreante que estaba a la vuelta de la esquina. El lugar parecía ser un poco concurrido, sabía que debía pasar desapercibida, pero me encantaba la armonía de aquel viejo lugar.
Justo antes de entrar por la puerta principal del gran banco mágico me detuve a mirar una imagen que hizo que quisiera regresar el desayuno: Una chica rubia acariciaba el rostro de Bill, mientras el solo le sonreía... Como hipnotizado, ni siquiera apartaba la vista de ella. Reconocí a Fleur de inmediato cuando giro y pude prestar más atención a los detalles, incluso llevaba los mismos tacones color azul que la última vez que la vi, pero antes de que el pelirrojo me viera me marche.
Canuto que desde lejos vio la escena se acercó a mi pierna para acariciarla con el su peluda cara pero fije mi vista en el cielo tratando de no mirar al animal... si no me pondría a llorar. Tome aire de camino a Florean Fortescue, creía que tal vez una nieve de vainilla podría ayudarme a relajarme pero fue todo lo contrario cuando la bola de nieve cayó al piso justo cuando la probé por primera vez.
-Disfrútala tú Canuto- Le señale al perro el piso que no dudo en comenzar a lamer, al menos alguien estaba siendo feliz con mi desgracia.
Tome asiento en una banca cerca tratando de calmar a mi corazón que no podía evitar sentirse mal. Estaba segura que confiaba en Bill pero no lo culparía si buscaba algo más con alguien menos complicada. Amo a Bill, de eso estoy segura, pero también sé que él se merece vivir tranquilo: se merece una vida de paz que yo jamás podré brindarle.
Una parte de mí sentía que nunca sería suficiente para él: él era guapo, inteligente, brillante y yo solo una chica más. Aunque lo negara, Will estaba fuera de mi alcance y que se haya fijado en mi... probablemente fue lo mejor que me pudo haber pasado.
Con lágrimas en los ojos vi como Canuto se limpiaba las sobras de helado de sus bigotes caninos, el perro oscuro dirigió su mirada hasta el último negocio del callejón y supe de inmediato de que se trataba: Sortilegios Weasley.
Cuando me pare frente al local con el número 93 del Callejón Diagon no podía creer todo lo que los gemelos habían logrado en tan poco tiempo, hace un par de meses el lugar estaba en las ruinas y ahora lucia espectacular: era literalmente mágico.
«¿Por qué lo inquieta el Innombrable? ¡Debería preocuparlo LORD KAKADURA, la epidemia de estreñimiento que arrasa el país!»
Fue lo último que leí, lanzando una carcajada por supuesto, antes de entrar al gigantesco lugar que tenía a un gemelo Weasley gigante recibiendo a los clientes. Había infinidad de cosas y artefactos que había conocido en Hogwarts, incluso pude ver pociones de amor del lado izquierdo de la tienda.
Vi caminar hacia mí a George con una cara de sorpresa, sin pensarlo me saludo con un abrazo.
-¿Qué haces aquí... chica Nott?- George miro hacia todos los lados antes de acercarse a mi oído para murmurarme- ¿O debería decir Black?- El pelirrojo acarició al perro negro que había ingresado conmigo a la tienda.
-Shhh calla Georgie, solo necesitaba... Aire fresco- Sonreí sinceramente mientras fijaba mi atención en un par de Puffskeins pigmeos color rosa.
-¿Visitaste a Billy en Gringotts?- Me pico el estómago con el dedo tratando de hacerme reír pero solo logre una mueca- ¿Paso algo...?- El tono de su voz cambiado drásticamente, sabía que había preguntado en serio.
-No pasa nada Georgie- Suspire después de decir esto pero antes de que pudiera contestar, Fred apareció a su lado.
-Hola Reg... ¿Qué te trae por aquí? ¿Vienes a ver tu negocio?- Señalo todo el lugar.
-¿Mi negocio?- Pregunté sin entender.
-Por si lo olvidas, tú también eres dueña de esto- George dijo con una enorme sonrisa en el rostro.
-Bueno socia- Corrigió su gemelo.
-Los socios mayoritarios somos Feorge y Gred- Ambos hermanos hablaron al mismo tiempo.
-No chicos, yo les di esos galeon...- Protesté pero me ignoraron.
-¡Oh! Calla, Ya eres de la familia- Sentí una punzada en el estómago cuando escuché lo que George había dicho, pero trate de fingir mi mejor sonrisa con la que los pude engañar.
Por más que quisiera fingir que todo estaba bien, no lo estaba, Aún me faltaba mucho por conocer sobre mí y mis raíces. En realidad no era de ninguna familia: No pertenecía a los Nott, Black o Weasley's.
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To be so lonely || Bill Weasley.
FanfictionBill Weasley creció con seis hermanos, una madre encargada del hogar y un padre amoroso. Nunca le falto nadie, siempre estuvo acompañado. Regina Nott siempre se tuvo a ella y a su soledad, pero nunca se quejó. Aprendió a disfrutar de su propia com...