Los gemelos me condujeron a un barrio muggle, habíamos caminado por un par de minutos hasta que llegamos a un edificio viejo que tenía muchas ventanas y puertas, justo frente a este había un pequeño parque cercado con una reja color negra. Fred y George me contaron que se habían estado quedando en ese lugar desde las vacaciones de verano, esa era razón por la que había podido conocer la Madriguera sin problema alguno.
Nos paramos justo en medio del número 11 y 13, de pronto las casas con está numeración comenzaron a desplazarse dejando al descubierto una casa exactamente igual pero que había sido ocultada con magia.
-Chicos... yo no puedo entrar- Musité mirando a George y a Fred que se encontraban a mis lados.- ¿Creen que puedan decirle a Bill que salga?
-No te preocupes Nott, Molly no muerde...-Fred me dio un ligero empujón en hombro
-...A veces- Pero George lo interrumpió mirándome mientras alzaba las cejas
-Por favor chicos, solo díganle a Bill... que lo esperaré ahí-Señale una banca que se lograba visualizar a la entrada del pequeño parque y ambos hermanos asintieron marchándose de mi lado.
Camine lentamente hasta la banca color gris que vi desde que llegue, al ser de mañana no había mucho movimiento en las calles muggles. Mi padre jamás me había prohibido conocer más de ellos, pero tampoco le entusiasmaba que yo saliera a recorrer su mundo.
Me puse las manos en la cara tratando de ocultar mi frustración, estaba en un dilema: quería ser honesta con Bill pero no quería que se alejara de mí por las acciones de mi familia. Estaba siendo egoísta ocultándole esa información, pero no podía permitir que se alejara de mí después de casi haberlo perdido una vez.
Levante la mirada y vi a Bill caminando hacia mi dirección, llevaba un sweater gris con su inicial en el pecho color naranja que combinaba a la perfección con su cabello. Inmediatamente me pare y corrí hacia él para abrazarlo, una vez que estuvo cerca de mí se detuvo para poder alzarme en el abrazo.
-¡Nott! ¿Cómo me encontraste?- Beso con desesperación mi boca y sonrió a mitad del beso.
-No pensabas librarte tan fácil de mí... ¿cierto?- Me pare de puntitas para dejar un corto beso en esos labios que tanto me gustaban.
-¡Jamás! Ya me comencé a sentir mal de que tú siempre eres la que me buscas...-Negué pasando mi mano por su cabello
-Yo también evitaría a toda costa acercarme a mi casa, créeme- Le di una media sonrisa y note como fruncía su ceño
-¿Ocurrió algo? ¿Te hicieron algo?- Bill tomo mis muñecas dispuesto a revisarlas pero lo detuve agarrando su rostro para buscar su mirada
-Estoy bien, Solo... paso algo y es algo que creo que deberías saber- Lo conduje hacia la banca donde había estado minutos antes sentada.
No sabía cómo comenzar a contarle todo lo que había vivido estos últimos días, pero tenía que ser lo más precisa posible. Solté el aire antes de iniciar mi relato.
-Bill... Ayer estaba en casa de los Malfoy-
-¿Te hizo algo ese rubio?- Me dio un vistazo rápido, como si estuviera buscando algún signo de herida.
-Bill no es eso, me refiero: no es nada de un chico, esto es serio- Sus ojos azules me miraron directamente invitándome a continuar- Solemos juntarnos un día después de navidad, para convivir más que nada y...- Tome una pausa larga que solo puso tensión al momento
-¿Qué ocurrió Regina?- Bill trago saliva.
-Vi a Bellatrix Lestrange en casa de Draco-
Bill duró unos minutos con la mirada perdida en sus zapatos, tardo un poco en procesar la información que le había dado pero lo primero que hizo al reaccionar fue abrazarme. Beso mi cabello como si tratara de protegerme de algo, pero nos encontrábamos seguros en aquel parque muggle: Sabía que esta revelación solo nos aseguraba del regreso del que no debe ser nombrado.
-Tienes que decirlo, adentro hay personas que deben saber esto- Bill dijo parándose y extendiendo mi mano, esperando que la tomará para llevarme a la casa.
-Will... no, yo no debería estar aquí- Insistí aferrándome a la banca de concreto.
-No tengas miedo, incluso Dumbledore está aquí-El pelirrojo me dio una sonrisa pequeña pero alcanzaba a ver el pánico en sus ojos.
-Bill en serio no puedo, esto puede perjudicar a...-Tape mi rostro con las manos.
-¿A tu padre Reg?-Bill levanto la ceja antes de decir eso.
-Bill... él es amigo de los Malfoy, él podría saber cosas que lo hacen peligroso y yo...-Trate de explicar pero el hombre me interrumpió.
-Eventualmente va a llegar el momento en que decidas hacer lo que es bueno para tu familia o... para todos- Las palabras de Bill me atravesaron el corazón, me quede estática frente a él mirando su rostro que tenía una seriedad que nunca había conocido.
-Soy una Nott Bill, no puedo traicionar mi sangre-
-Reg... no quise decir eso, me refiero a que las personas que están ahí deben de conocer esa información! ¡Esto no es un juego! Esto... es muy importante- Se trató de acercar a mí pero solo di un paso atrás aguantándome las lágrimas que amenazaban con salir.
-No me hagas esto Bill- Le rogué con lágrimas en los ojos.
-Dumbledore tiene que saber esto- Se acercó tomándome la muñeca y jalándome hacia la casa con el número 12.- Es por nuestro bien Regina, es por nuestro futuro- Bill me decía mientras me trataba de zafar, pero era imposible.
-¿Qué mierda te ocurre chico? ¡Déjala!- De la casa salió la misma mujer de cabello de colores con la que había visto a Bill en la estación, se acercó a Bill con la varita en alto- ¿Eres sordo? ¡Suelta a la chica! ¡AHORA!
Bill lentamente aparto sus manos de mi cuerpo, dando paso a que la mujer se acercara a preguntar si me encontraba bien. Las lágrimas que tanto trate de aguantar comenzaron a salir, fue tanto mi momento de debilidad que no dude en buscar refugio en los brazos de la bruja.
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To be so lonely || Bill Weasley.
FanfictionBill Weasley creció con seis hermanos, una madre encargada del hogar y un padre amoroso. Nunca le falto nadie, siempre estuvo acompañado. Regina Nott siempre se tuvo a ella y a su soledad, pero nunca se quejó. Aprendió a disfrutar de su propia com...