SOMEONE STILL LOVES YOU.

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La celebración por el cumpleaños de Sirius acababa de comenzar, la mayoría de los miembros de la Orden del Phoenix estaban presentes en Grimmauld Place pero también había invitados especiales como Andrómeda Tonks, la madre de la aurora y prima de Sirius,  junto con su esposo el Sr. Ted Tonks.

Una Tonks muy emocionada me presento a sus padres, omitiendo todo el asunto de que prácticamente somos familia por su seguridad,  me parecieron una pareja encantadora. La mujer de cabello castaña se parecía demasiado a su hermana Bellatrix, pero era muy más hermosa de lo que la mortifaga podría ser... incluso me parecía más bella que Narcissa. Su esposo era un hombre muy agradable, me recordaba mucho al Sr. Weasley que aún no llegaba.

Sirius había puesto una radio muggle con un poco de rock, sin duda alguna el castaño se encontraba gozando de su cumpleaños... y de todo el Whisky de Fuego que había comprado esa mañana. Remus desde una esquina mirada divertido a Tonks y Sirius que bailaban al ritmo de ''Radio Ga Ga'' de una banda muggle llamada Queen.

Me pare de mi asiento con una ligera sonrisa cuando vi llegar a Bill con los gemelos pero mi felicidad termino cuando vi a la compañera rubia del pelirrojo mayor entrar por la misma puerta. Trague saliva acercándome a ellos, fingiendo una sonrisa que nadie pareció entender.

-Hola hermosa- Bill saludo dándome un pequeño beso en los labios, miro de arriba abajo mi vestido corto color vino y susurro en mi oído- Luces... Increíble criaturita.

-Hola Regina- Los gemelos Weasley me saludaron con entusiasmo, mientras la rubia que se encontraba detrás de ellos solo me dio una sonrisa tímida.

-Te presento a Fleur Delacour- Bill señalo a la francesa de largo cabello rubio que parecía emanar un tenue resplandor plateado. Se acercó a saludarme con dos besos en las mejillas, sin duda alguna me sorprendió- La invite esta noche, es nueva en la ciudad y...

-Bienvenida Fleur- Interrumpí a mi novio- Puedes dejar tu abrigo por allá, siéntete en casa-Señale el perchero que se encontraba en la sala de estar, a unos cuantos pasos se encontraba una bandeja con bocadillos que yo misma había hecho.

Los gemelos escoltaron a la francesa y justo cuando creí librarme de la situación, Bill me sujeto del brazo alejándome de todos dirigiéndonos directamente al enorme closet abandonado donde solían guardar las escobas. En medio de la oscuridad del lugar mire extrañada a Bill pero el rubio solo sonrió mostrándome sus perfectos dientes blancos.

-¿Qué rayos hacemos aquí?- Pregunté mirándolo acusadoramente

-¿Qué te traes Regi?- Bill se cruzó de brazos.

-No sé de qué hablas y si me disculpas...- Negué con la cabeza pero el hombre fue más rápido y puso su mano en la perilla, evitando que saliera.

-No vas a salir de aquí hasta escuchar lo...- El pelirrojo se quedó callado, lo mire con la cabeza ladeada y suspiro- No me puedes mentir a mi Regina, sé lo que has estado pensando... todos estos meses desde que nos vimos en Gringotts.

Mi corazón comenzó a latir fuertemente provocando que mi respiración y facciones se tensaran, había evitado a toda costa este tipo de conversación con Bill y ahora simplemente no podía seguir huyendo. Tenía tanto miedo de escuchar que William me hubiera dejado de querer.

-No tienes nada que decir Bill, yo entiendo sí...-Fui interrumpida por el pelirrojo.

-Estoy enamorado de ti Regina Adhara Nott-Black-Lo-que-sea, nadie me parece tan fascinante o encantadora como tú. Eres inteligente, preciosa, excelente hermana y compañera: No hay nadie como tú.- Bill decía con sus manos escondidas en sus bolsillos, a pesar de estar encerrados en un pequeño lugar donde apenas cabíamos estábamos lejos.

Lo jale del cuello de su chamarra para poder besarlo apasionadamente, olvidándome de la ocasión o del sitio donde nos encontrábamos. Mis labios jugaban con los del pelirrojo estaba aferrado a mi pequeña cintura, sentí como comenzaba a bajar sus largas manos hasta mi trasero provocando un gemido seguido por una risa de ambos.

Me junte más a él presionando nuestros cuerpos y comencé a besar su cuello, alcanzando a escuchar su respiración agitarse. No duro mucho antes de que el pelirrojo me pegara a la pared teniéndome a su merced entre tantos besos apasionados.

Una luz blanca hizo que nos separáramos, eran los Señores Weasley atónitos junto con una apenada Tonks que había abierto la puerta.

-Veo que aquí ya no guardan los abrigos- Susurró Tonks con burla.

-Buenas noches Señores Weasley- Dije en un hilo de voz, agachando la mirada.

-Hola mamá, papá- Bill saludo lo más natural posible, exceptuando que tenía sus labios suavemente colorados y su cabello despeinado.

A pesar de nuestro incomodo momento pasamos la noche muy agradable, gracias a Merlín la señora Weasley no había armado un escándalo en el cumpleaños de Canuto aunque al castaño no le hubiera importado en lo absoluto: ahora estaba disfrutando de The Beatles junto a Remus. Era imposible no contagiarme de la felicidad de mi tío, incluso en mis días más felices... Nunca existió algo como esto en mi hogar.

Los gemelos bromeaban a mi lado mientras tomábamos una copa de Hidromiel, acabábamos de cenar y ahora me encontraba recogiendo un poco la cocina. Bill estaba con Tonks y Fleur en la sala, los padres de la aurora se habían retirado justo después de probar el delicioso estofado de la mamá de los Weasley's.

-Niños lleven este pastel a la sala- Molly Weasley entro a la cocina ordenando a sus hijos retirarse cuando yo estaba a punto de terminar de lavar todos los platos, me arrepentí de inmediato de no haberlo hecho con magia.

Trague saliva cuando me di cuenta que solo quedábamos las dos en el sitio, seque suavemente mis manos esperando que se retirara pero fue imposible: parecía buscar algo en un viejo mueble de madera.

-¿Podrías llevar esas servilletas?- Sin mirarme dijo la pelirroja.

-Claro- Susurré tomando lo que me había pedido y huyendo de la cocina.

La sonrisa de Sirius mientras cantábamos ''feliz cumpleaños'' era invaluable, sus ojos azules brillaban y lucia como si fuera a explotar de felicidad en cualquier momento. Cuando me acerque a abrazarlo me aferro a su cuerpo delgado, susurrando en mi oído lo feliz que estaba de que estuviera a su lado. Sentí mi corazón estrujarse por la confesión de mi tío pero no me permitiría llorar enfrente de tantas personas, ya habíamos tenido suficientes momentos tristes como para añadirle lagrimas a este festejo.

-Debes decirle a tu madre que Molly necesita la receta de este pay de zarzamoras a tu madre Nymphadora- Arthur comentaba mientras todos comíamos en la sala de estar, o al menos los que no estábamos ebrios.

-Sería más que feliz de tenerla, hija- Molly con una suave voz se dirigía a la metamorfomaga.

-En realidad la que lo hizo fue Regina- Tonks me apunto con su dedo índice y una mirada divertida, claramente disfrutando del momento incómodo.

Los ojos de los señores Weasley se postraron en mí, me encontraba sentada entre los gemelos que me pegaron en las costillas al mismo tiempo que casi me atragantaba con mi bebida.

-Entonces estás más que invitada a celebrar la Navidad en la Madriguera si llevas uno de esos- Arthur señalo los restos, que no eran ni una rebanada, del postre. 

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To be so lonely || Bill Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora