GRIMMAULD PLACE.

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-Sé que debe parecer increíble que te lo diga... pero Bill tiene razón, esta información no la sabe nadie más y es necesario que... que la compartas con la gente que estamos tratando de cuidar del mundo mágico- Nymphadora Tonks me acariciaba el cabello, nos habíamos sentado a charlas lo suficientemente alejadas de Bill.

-Tengo miedo... miedo de que le pueda pasar algo a mi familia por abrir mi bocota- Me limpie las lágrimas con las mangas de mi abrigo oscuro.

-Ahí adentro hay personas que te podemos ayudar Regina, no tengas miedo- Su cálida mano se posó en la mía regalándome una sonrisa llena de aliento.

Por más que quisiera evitar el contar la verdad, sabía que había ido hasta ese lugar para hacerlo: Era como si hubiera sido mi destino el haber estado en la Mansión Malfoy anoche. Suspire poniéndome de pie y asintiéndole a la peli-rosa.

Nymphadora me había asegurado que dentro de la casa solo se encontrarían la mínima cantidad de personas que necesitarían conocer estos hechos, esta fue la única razón por la que acepte.

La puerta se abrió dejando ver a un largo pasillo oscuro, pensé en salir corriendo cuando vi que Nymphadora se adelantaba pero Bill estaba detrás de mí. Nuevamente suspire recorriendo el camino que se encontraba lleno de cuadros empolvados y dándome más el olor a humedad que irradiaba la casa. Parecía que había estado abandonada por muchos años.

La bruja me guiño el ojo antes de abrir una gran puerta oscura, se asomó por esta antes de dejarme entrar a la habitación y alcance a escuchar como decía ''Tenemos visitas''.

Trague saliva mirando a las personas sentadas en una mesa circular, pronto reconocí al director de Hogwarts junto a mi exprofesor Remus Lupin. A la derecha de estos hombres había un hombre moreno con fina túnica color morada y un sombrero me miraba intrigado a un lado de un pelirrojo adulto que tenía un ojo morado, de inmediato supe que él era el padre de Bill.

Por inercia gire a verlo y asintió parándose junto a mi lado, a pesar de la discusión que habíamos tenido momentos antes sentí que me regresaba el aliento con tan solo verlo a mi lado.

-Buenos días Señorita Regina ¿A qué se debe su visita?- Dumbledore tranquilamente bebía lo que parecía ser un té.

-Yo...-Dije en un hilo de voz.

-Ella necesita hablar con ustedes- Nymphadora contesto dándome un pequeño empujón, gire dándole una mueca de terror pero solo sonrió.

-Preferiría hacerlo a solas con usted Señor- Me dirigí directamente al profesor Albus pero el negó.

-Estas en un lugar seguro, no tienes nada que temer- Sus palabras me resonaron mientras miraba a los presentes que parecían no entender la situación, sentía como si el ya estuviera al tanto de lo que yo sabía.

-Señor yo...-Le di una rápida mirada a las demás personas de la habitación, el profesor Lupin me dio una mueca que parecía sonrisa- Señores... Yo.. mi nombre es Regina Nott- remarque mi apellido, vi como el padre de Bill busco a su hijo que tenía una pequeña sonrisa en los labios.- La noche de ayer pase unas horas celebrando la navidad con la familia Malfoy.

-Lo siento Regina, no entiendo eso que tiene que ver con nos...-

-Espera Remus- Nymphadora lo interrumpió animándome a seguir.

-Anoche estuve en la Mansión Malfoy, y casi al final de la noche... escuche unos ruidos que no eran comunes. Sonaban a cadenas, nadie se percato cuando me levante a revisar de donde venía ese ruido pero lo que vi... ustedes necesitan saber que vi a Bellatrix Lestrange en esa casa.

Las miradas de todos los presentes, incluyéndome, se postraron en el rostro del anciano director de Hogwarts. Ladeo un poco su cabeza a la derecha con los ojos abiertos, sin duda me equivoque al creer que él conocía esta información.

Nadie se molestó en callarse conmigo en la habitación, todos hablan y decían sus teorías de que había pasado en Azkaban anoche. No existían reportes de una fuga, ni el Profeta o Ministerio habían dicho nada al respecto. El profesor Lupin salió de la habitación diciendo que tenía que decirle a un tal Canuto cuanto antes, que probablemente lo tratarían de culpar a él.

El hombre moreno se marchó diciendo que tenía que alertar a otras personas despidiéndose educadamente de todos incluyéndome. Nymphadora me ofreció una taza de té que acepte por cortesía, quería salir corriendo del lugar pero no sabía si me necesitarían aquí para corroborar mi historia de nuevo.

-¿Estás bien?- Bill tomo asiento junto a mí, se acercó a tomar mi mano pero me separe al recodar que nos encontrábamos acompañados de su jefe y padre.

-Señorita Nott... le agradezco mucho que haya venido hasta acá, me pregunto cómo llego hasta acá- Dumbledore me miraba directamente con una leve sonrisa en el rostro, pero antes de que pudiera contestar el Sr. Weasley se adelanto.

-¿Fueron los gemelos? Me dijeron que saldrían esta mañana, creo que confían en ti- El Sr. Weasley asintió dirigiéndose hacia mí- Perdona Albus, hablare con los chicos: este es el cuartel y no deberían traer a nadie.

-No digas más Arthur, Regina es de confianza... Mucha diría yo- Nos dio una rápida mirada a mí y a Bill, haciendo que tanto mis mejillas como las del pelirrojo se ruborizaran.

Nymphadora puso frente a mí una taza de té que no planeaba beber, pero por el clima frio de Londres me fue imposible resistirme. Cuando ingrese a la vieja casa pensé en salir lo más rápido posible, pero encontré en la atmosfera una sensación familiar: como si ya hubiera estado antes aquí.

Converse un poco con la mujer que me pidió por favor me refiriera a ella como Tonks, cosa que me alegro porque su nombre era demasiado largo. Me contó que la mamá de Bill había salido a hacer unas compras con los demás chicos, por eso los gemelos se habían escapar a buscar el local para su negocio. Me invito a quedarme a comer pero sabía que no podía aceptar eso, no quería conocer a la familia de Bill en este momento.

Su padre parecía una persona muy agradable, se disculpó antes de mi animada plática con Tonks diciendo que tenía que descansar: aún se veía un poco débil, y es que tenía muy poco que había salido de San Mungo.

Me levante de la mesa despidiéndome con la mano de Tonks, para esta hora mi familia ya debería estar preguntándose donde demonios estaba y sabía que aun podía evitar un escándalo. Pero justo en el marco de la puerta se paró un hombre de cabello largo rizado castaño, tenía un peculiar bigote con barba.

El hombre no decía nada, solo me miraba. Voltee a ver a Bill que tenía la misma mueca de confusión que yo pero no se animó a romper el silencio, tuvo que ser Tonks la que lo hizo.

-¡Canuto! ¿Qué haces abajo? ¿Dónde está Lunático?- La pelirosa se paró justo frente a mi como si me estuviera tratando de proteger.

-Se quedó charlando con Albus, me pude escabullir...- El hombre dirigió su mirada a Tonks, después a Bill y por ultimo a mí- Creo que no tenemos el placer, permíteme presentarme...

-Ya se iba, Canuto- La voz firme de Bill resonó en la habitación interrumpiendo al hombre, el pelirrojo sin dudarlo me tomo la mano.

-¡Oh vamos! Apenas será la hora de la comida, Molly es la que cocina aquí pero Kreacher puede hacernos algo- Me guiño el ojo antes de girarse a gritarle al último mencionado.

Frente a nosotros apareció un elfo de nariz grande y ojos tristes, sus orejas eran tan grandes que colgaban por los lados. Miro con indiferencia al castaño pero cuando sus ojos se clavaron en mí, pude notar que donde antes había una mirada triste comenzaba a aparecer cierta chispa de sorpresa.

-Anda Kreacher, prepara algo para las visitas- Continuo hablando el hombre de cabello rizado.

-Por supuesto amo, yo solo sirvo a la Noble Casa de los Black-  

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To be so lonely || Bill Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora