BREATHE.

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-¿Entonces te unirás Regina?- Sirius Black me preguntaba justo a mi lado, me había invitado a quedarme para cenar: en realidad fui yo quien preparo la cena pero no me molesto en lo absoluto.

-No lo sé, creo que...-

-Es una decisión que debemos de tomar con calma- Bill me interrumpió por lo que solo le dirigí una mirada asesina, aceptaba sus consejos pero al final sería la única que tomaría la decisión.

-Creo que la decisión la tomaré con calma- Corregí al pelirrojo que me miraba con el ceño fruncido, solo se paró a dejar las sobras del pollo con verduras que había preparado al lavadero.

Suspire después de darle un trago a mi vaso con agua y ver como William salía de la cocina con prisa, sabía que estábamos a punto de discutir pero no tenía ni la energía o ganas de pelear.

-Dale tiempo, él chico solo está preocupado- El hombre con gabardina de terciopelo trato de animarme pero solo asentí- Todos lo estamos.

-Lo sé, pero si no actuó por miedo... Siento que me voy a arrepentir toda la vida- Conteste, algo dentro de mi decía que tenía seguir mis creencias, mi instinto... tal como me lo había dicho el gran Señor  Nott antes de irse a la misión suicida que termino con el en las celdas de Azkaban.

-¿Te preocupas por tu hermano, cierto?-Sirius preguntó. 

-Mi hermano es lo mejor que me ha pasado en la vida, no me imagino... que haría sin él. ¿Sabe? Soy su hermana mayor, dígame: ¿Qué clase de hermana sería si no lo cuido, si lo dejo... abandonado a su suerte?- Expliqué mirando los penetrantes ojos de aquel mago. 

Sirius se levantó rápidamente de la mesa, a excepción que el dejo sus platos en la mesa, justo antes de salir de la cocina fija su vista en mí

-El pelirrojo está en la segunda habitación de arriba, es la del lado izquierdo- Me guiño el ojo dándome una pequeña sonrisa, escuche la puerta principal de la casa cerrarse con lentitud.

Sabía que no era justo que viniera a dejarle todas mis preocupaciones a Bill e irme sigilosamente sin despedirme, solo me dispuse a lavar y secar los platos antes de dirigirme arriba a despedirme del pelirrojo.

Las escaleras de caracol se veían lo suficientemente oscuras para que cualquier persona temiera subir pero yo había crecido en una casa lo suficientemente sombría como esta, los escalones de madera rechinaban un poco haciendo que el silencio tenebroso del lugar desapareciera un poco.

Llegue al segundo piso donde pude visualizar cuatro habitaciones, la primera a la derecha tenía la puerta abierta y en esta se leía el nombre ''SIRIUS'' en dorado. Reí al ver como desde afuera se podía ver la cama destendida y ropa tirada por todos lados, encontré el lugar muy acorde con su personalidad.

Fije mi mirada en la habitación que estaba justo frente a la de Sirius, seguramente era donde se estaba quedando Bill. Al girar la perilla lo primero que llamo mi atención fueron los colores verde y plata que predominaban en las paredes, me recordaban a la sala común de Slytherin y la habitación de los chicos en Hogwarts.

Se notaba que el lugar era mucho más pequeño que el de Sirius, pero todo se encontraba perfectamente ordenado. El respaldo de la cama era color chocolate, tenía un tipo de escudo que no logre distinguir tallado en la madera. Logre distinguir en una pared unos pergaminos amarillentos pegados, se veían muy desgastados y viejos.

-¿De quién rayos es esta misteriosa habitación? ¿Dónde está Bill?- Susurré para mí misma saliendo del umbral de la impecable habitación, al igual que la puerta de Sirius este tenía un letrero.

Sople sobre el letrero dorado pero fue imposible que el polvo dejará en descubierto el nombre, decidida pase mi mano por ahí.

Inmediatamente sentí una fuerte presión en los pulmones, como si mis pulmones no tuvieran espacio suficiente para mí oxigeno: como si algo se estuviera colando por mi garganta llenándolos poco a poco de agua. Comencé a toser tratando de no seguir ahogándome, pero parecía imposible, caí al suelo de un sentón mirando hacia arriba tratando de tomar aire.

Bill apareció a mi lado agachándose frente a mi golpeando suavemente en mi espalda para calmar mi tos, esta ceso cuando comencé a escupir agua: pero a diferencia de la que tome durante la cena, esta sabia a agua salada.

-Mierda, mierda...-Bill tomaba mi cabello mientras yo seguía escupiendo agua, temeroso seguía golpeando mi espalda.

Mis ojos estaban llenos de lágrimas cuando se encontraron con la mirada preocupada de William, me tomo entre sus brazos y comenzó a besar mi cabello. Mi tos seguía por unos momentos pero ya había dejado atrás ese sentimiento de ahogamiento.

Me tomo entre sus brazos y me llevo a la habitación de alado, todo este tiempo me había equivocado de lugar: casi pierdo mi vida por tan tonta equivocación. Me recostó en una suave cama con una frazada tejida color roja, de inmediato reconocí el material con el que su mamá le hacía esos famosos sweaters que utilizaba en invierno. Con magia puso un bote de basura cerca de mí y él se recostó a mi lado

-¿Qué demonios paso?- Susurró haciendo círculos con sus dedos en mi espalda que aún se encontraba un poco agitada por tanto esfuerzo.

-No lo sé Bill...- Trate de contener mi llanto pero sentí como dos frías lagrimas rodaban por mis mejillas, gire mi cuerpo para estar frente a él. Me aferre a su pecho y el a mi cintura pegándome más a él.

-Tranquila criaturita, todo va a estar bien- Beso mi frente antes de taparnos a los dos. Estuvimos mirándonos por lo que sentí fueron horas, pero apenas habían pasado unos minutos hasta que mis parpados comenzaron a ceder ante el cansancio acumulado de estas últimas semanas. 

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To be so lonely || Bill Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora