I'm Your Crime

Pésima idea

Courtney:

Abrí los ojos cuando el sol comenzó a entrar por el pequeño hueco entre las cortinas. Había dormido sorprendentemente bien. Tal vez gracias al sueño que había tenido toda la noche con Matt casándose conmigo. Miré la hora y reí por lo bajo al ver que era casi la una de la tarde. Vaya que me la estaba pasando bien durante mi suspensión en la escuela.

Estiré mis brazos al mismo tiempo que bostezaba y salí de la cama para ir en busca de algo para desayunar, en la cocina.

Encendí el televisor y comencé a prepararme un emparedado de pollo. Mi teléfono sonó, era Matt, había olvidado revisar sus mensajes del hambre que tenía.

-Hola, mi amor.-
-Bella durmiente, espero que ya estés desayunando.-
-Hahaha sí, estoy en eso. ¿Qué tal van las clases?-
-Bien, linda, estoy con Estefan en la cafetería, no tuvimos clase de mate hoy.-

Comencé a dejar de prestarle atención a Matt, al ver en el noticiero tomas del edificio en el que él solía vivir.

-¿Cielo?-
-Lo siento, es que estoy viendo las noticias. Algo pasó en el edificio en el que vivías.-
-¿Ah, sí? ¿Y qué ocurrió, bonita?-
-Algo de unos sujetos que irrumpieron por la fuerza. Asesinaron al portero.-
-Joder, Terry...-
-Sí, al parecer el mismo. Todo ocurrió anoche.-
-Espera...-
-¿Qué?-
-Quédate ahí, voy para allá.-
-¿De qué hablas?-
-Courtney, no salgas, y no le abras a nadie, voy para allá.- colgó.

Con el entrecejo fruncido, permanecí algunos segundos mirando extrañada el teléfono. Hasta que decidí dejarlo por la paz, y seguir preparando mi desayuno. Cuando estuvo listo, caminé con el plato y un vaso de jugo hacia la sala.

Estuve a unos cinco metros de llegar, cuando un ruido invadió mis orejas y erizó mi piel. La ventana que estaba a la izquierda de la puerta de entrada se había roto y un hombre con pasamontañas asomó ligeramente la cabeza percatándose de que estaba más cerca de lo que él esperaba.

-Hola, hermosa...- mi pesadilla se había vuelto realidad.
-¿¡Pero qué coño!?- gritó uno de ellos desde afuera cuando las alarmas se activaron. Aquél sonido me hizo reaccionar, solté mi desayuno y subí corriendo hacia mi habitación. Donde cerré la puerta, y a los pocos instantes de haberlo hecho, la ventana de mi habitación también fue destruida.
-¿A dónde vas tan rápido querida?- estaba acorralada.
-¿¡Dónde está!?- escuché sus voces al otro lado de la puerta de mi habitación.
-¡Está aquí, la tengo!...- el sujeto que llevaba la misma ropa que el primero, me cogió por la fuerza.
-¡Suéltame!- le grité para después darle un puñetazo en el estómago.
-¡Agh, maldita perra!- a pesar de que se notaba que el golpe le había dolido, no cedió ni un instante.
-¡Aaaahhhhh!- grité aterrada e impotente forcejando con él.
-¡Cierra la maldita boca!- sacó una navaja y la colocó sobre mi mejilla, obligándome a dejar de seguir luchando. -¡Debemos irnos ya!- le avisó a los demás, mientras yo lloraba muerta del miedo.
-¡Jeffrey, es la policía, llamaron a la policía!- gritó uno de ellos.
-¿¡Qué!?

Matt:

-¿Por qué no quieres decirme qué ocurre?, me estás matando de la incertidumbre, Matt.- dijo Zacky mientras conducía a toda prisa hacia casa de Courtney.
-¡No es el momento de explicar, Zacky! ¡Debemos ir con Courtney ahora!
-Joder, son mis hombres, mis hombres están en casa de Courtney.- dijo al poco tiempo de girar la esquina y ver a lo lejos las luces de las patrullas.
-¡Te lo dije!- salí de la camioneta y corrí hasta llegar a la casa.
-¡Alto ahí, es la policía!- gritó uno de ellos apuntando con su arma a unos hombres que subían a toda prisa a una camioneta que ya estaba en movimiento. Pero obviamente, ellos no se detuvieron.
-¡Disparen!- los hombres de Zacky dispararon contra la camioneta, pero lo único que habían logrado, era romper la ventana trasera.
-¿Dónde está Courtney?- preguntó Zacky a uno de los policías. -¡La chica que vive aquí!, ¿¡dónde está!?- insistió.
-¡Tengo a la chica, si no me dejan ir, la asesinaré!- escuché gritar a alguien desde adentro. Haciendo que experimentara un terror inenarrable.
-¡Courtney!- me eché a correr para adentro de la casa. Zacky siguió mi pasó, al igual que un par de policías más.