Milly

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-¡Profesor, Courtney no está poniendo atención a su interesantísima clase!- gritó Shanon.
-¡Claro que estoy poniendo atención! ¡Cierra la boca!- dije irritada.
-No es cierto, tiene un cuaderno de dibujo.- dijo burlona.
-Courtney, tendré que bajarte un punto y si no pones atención te quitaré tu cuaderno de dibujo.- me dijo el profesor.
-¿¡Qué!?... ¡pero no es justo!... estudié mucho como para que me baje un punto sólo porque me aburrí en su clase. Más bien eso es culpa suya.- me crucé de brazos. Los demás empezaron a murmurar al ver mi atrevimiento.
-Sea como sea, tu deber es poner atención.- dijo el profesor molesto.
-Es difícil poner atención cuando usted no sabe dar la clase de una manera amena.- rodé los ojos.
-Suficiente, dame tu cuaderno.- ordenó.
-No le voy a dar nada.- tomé mi cuaderno y lo guardé en mi mochila de nuevo.
-Dame ese cuaderno o tendrás falta hoy.- se acercó a mi lugar.
-Pues póngame su estúpida falta, anciano.- tomé mis cosas y salí del salón. En donde todo mundo me miraba impresionado. Sabía que esto tal vez me iba a acarrear problemas, pero no estaba de humor y ya llevaba tiempo aguantando muchísimas cosas.

Caminé por los pasillos de la escuela, hasta llegar a mi casillero. Ahí metí mis libros y azoté la puerta llena de coraje.

-Señorita, está prohibido azotar los casilleros.- dijo el prefecto, quién pasaba por ahí.
-Pues ya lo hice...- dije en un tono burlón y caminé a la cafetería, en donde esperé a que diera la hora de salida.

Cuando el timbre sonó, caminé a la salida, en donde volví a toparme al prefecto.

-¿Señorita Anderson, cierto?- preguntó.
-Sí...- rodé los ojos.
-Acompáñeme...- como lo esperaba; me llevó a la dirección en donde estaba la directora y el profesor de cálculo.
-¿Qué?- pregunté al entrar a la oficina de la directora.
-Courtney, por favor, sé educada.- dijo la mujer con el mayor tacto posible.
-Buenas tardes, directora.- sonreí falsamente.
-Eso. Por favor, toma asiento...- resoplé y me senté en una de las sillas enfrente de su escritorio. -Courtney, ¿por qué le faltaste al respeto a tu profesor?- preguntó.
-No le falté al respeto. Su clase era aburrida y yo se lo dije. ¿Ahora decir la verdad es faltar al respeto?- pregunté irónica.
-No sólo dijiste eso, también le llamaste anciano.- se cruzó de brazos.
-Bueno, tal vez eso no fue correcto. Pero tampoco fue justo que me bajara puntos por aburrirme.- levanté ambas manos.
-Está bien, le diré al profesor que no te baje ningún punto sólo si te disculpas y das tú su próxima clase.- propuso.
-¿¡Disculparme!?, ¿¡dar su clase!?... ese es su deber no el mío.- dije molesta.
-Bueno, Courtney, veo que te quejas tanto de mi manera de enseñar, que quisiera aprender de ti.- dijo el profesor con una sonrisa sarcástica.
-¡Agh... pero....- la directora no me dejó continuar.
-No más quejas, Courtney, ¿aceptas o no?- preguntó.
-Pues ya qué...- puse los ojos en blanco y me volví hacia el profesor. -Perdón... profesor...- dije molesta.
-Te perdono, Courtney y aquí tienes...- me dio un par de hojas engrapadas.
-¿Qué es esto?- pregunté confundida.
-El tema de mañana, espero que no tengas planes para hoy, porque debes preparar tu clase.- apreté mis labios para evitar decir alguna palabrota. Di media vuelta y salí de la dirección. Al salir me topé con una chica de baja estatura, complexión delgada, piel apiñonada, cabello negro a la altura de su cuello y ojos cafés.
-Oh, lo siento...- se disculpó al instante.
-Descuida...- seguí caminando.
-Oye...- me llamó. -Venía a preguntarle algo a la directora y no pude evitar escuchar tu situación.- dijo algo apenada.
-Sí, no puedo creer que vaya a dar la clase de mañana de ese idiota.- rodé los ojos.
-Si se te complica la materia... yo podría ayudarte.- dijo amablemente.
-¿En serio?, ¿harías eso?... ¿por qué si no me conoces?- pregunté desconfiando.
-Amo cálculo avanzado, siempre se me ha facilitado. Y escuché lo que le habías dicho al profe y vaya que eres valiente. Yo jamás en mi vida le hubiera hablado asi a algún maestro.- dijo viéndome con admiración. No tenía ánimos de convivir con nadie, pero la chica estaba siendo muy agradable.
-Pues muchas, gracias... sería un honor que me ayudaras.- sonreí.
-Mi nombre es Milly, es un placer conocerte.- extendió su mano hacia la mía.
-¿Milly?... ¿vas en último semestre?- pregunté estrechando su mano.
-Sip.- respondió.
-¿Tu novio se llama Zachary Baker?- fruncí el entrecejo.
-¡Así es!- dijo alegremente. -¿No me digas que tú eres Courtney... la novia de Matt?- preguntó.
-La misma...- sonreí.
-¡Oh, es un gusto!- me dio un corto abrazo. -Zacky me habló el otro día de ti, me dijo que estudiabas aquí también y que eras muy agradable. Me dijo que me presentaría contigo, pero jamás me imaginé que te conocería antes de que eso pasara.- la chica hablaba hasta por los codos, pero era imposible no sentirse cómoda a su lado.
-¿Tú conoces a Matt?- pregunté.
-No, no tengo el gusto. Zacky me ha hablado de él. Me contó que tuvo un problema con Dallas... ¿cómo sigue?- preguntó curiosa.
-Tiene una costilla rota, así como también la nariz, pero él es muy fuerte... se recuperará pronto.- aseguré.
-En verdad espero que así sea... pero bueno, ¿te parece si nos vamos juntas a tu casa?- preguntó dando saltitos.
-Claro... vamos.- al salir subí junto con Milly al uber que siempre iba por mí y al llegar a mi casa, le preparé un refrigerio mientras repasábamos el tema que debía exponer mañana.

I'm Your CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora