Investigación de Primavera

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-¡Courtney!- Milly se acercó a paso apresurado hacia mí. Con un largo y bello vestido azul cielo, con la pierna izquierda descubierta.
-¡Oh, hola!- le di un corto abrazo. -¡Te ves muy linda!- dije admirándola.
-¿¡Yo!?... Deberías verte tú, mujer. ¡Estás bellísima!- dijo emocionada.
-Gracias.- reí.
-Hola, Matt...- lo saludó con un beso en la mejilla.
-Hola, Milly... ¿viniste sola?- preguntó Matt.
-Jamás hubiera permitido que ese hombre me dejara sola en el baile. Claro que no, Zacky fue por ponche.- explicó con una risita.
-¡Hola, chicos!- saludó Zacky al llegar con un par de vasos. -El Ponche está muy bueno, ¿quieren probar?- preguntó.
-¿Quieres ponche, preciosa?- preguntó Matt esperando mi aprobación. Amaba que fuera tan caballeroso.
-Seguro.- respondí.

Zacky:

Milly, Courtney, Matt y yo, fuimos a la larga mesa de botanas y bebidas. Mientras Matt servía ponche para él y su novia, y las chicas conservaban a parte, yo buscaba cómo poder sacarle a Matt todo acerca de su terapia de el otro día.

-Vaya, bellas damas las que encontramos, ¿cierto, viejo?- dije acercándome a él, abriendo la conversación.
-Y qué lo digas, no tienes idea de lo enamorado que estoy de esta mujer.- dijo viendo de reojo a su chica.
-Me agrada verte con alguien, es adorable. Jamás creí que pasaría. ¡En la secundaria eras el todas mías, hombre!- dije dando una palmadita en su espalda.
-Hahaha lo sé, lo sé...- dijo divertido mientras comía de un gran plato de cubos de queso. -Creo que cambiar de rumbo era algo que ocupaba con urgencia. Y Courtney fue la razón perfecta para empezar.- dijo con orgullo.
-Hablando de eso, me platicó Milly que escuchó que irías a terapia. ¿Todo está bien, viejo?- pregunté yendo al grano.
-Ehh... sí, sí he ido un par de veces ya.- respondió con una risa nerviosa.
-¿Por qué?, ¿pasó algo?- insistí en saber la razón.
-Tú sabes... todos tenemos problemas... y sólo quiero asegurarme de darle a Courtney la mejor versión de mí. Así como ella lo hace conmigo.- explicó. Estaba claro que Matt no quería hablar a profundidad acerca de eso. Me preguntaba por qué. La última vez que nos vimos había estado a punto de contarme algo delicado.
-Sabes que cualquier cosa... puedes hablar conmigo, hermano.- aseguré.
-No quiero molestar. Para eso estoy pagando un terapeuta. Pero te lo agradezco, viejo.- dijo con la boca llena. ¿Por qué Matt estaba tan a la defensiva conmigo? No podía seguir insistiendo, se vería demasiado sospechoso.
-Como quieras, hermano...- ¿ahora qué más podía decir? -Ahm... ¿y cómo te va en las terapias?... es decir... ¿el psicólogo es bueno?- Matt terminó su bocado y asintió con la cabeza.
-Hasta ahora ha sido excelente. Muy profesional.- afirmó.
-Eso es genial, ¿lo recomiendas? Porque Milly también tiene muchos problemas con su madre y a veces eso le afecta mucho.- dije tratando de verme lo más natural posible.
-Sí, por supuesto, dame tu celular, te anotaré su número.- mordió el anzuelo.
-Te lo agradezco, viejo.- empecé a buscar mi celular en los bolsillos de mi pantalón.
-¡Oh joder, esa canción es buenísima!...- dijo Courtney emocionada. -¡Amor, vamos a bailar!- tiró del brazo a Matt, quién al ver su rostro supe que se había olvidado por completo de lo que estaba a punto de hacer, por querer complacer a su novia enseguida. Courtney estaba saboteando mi investigación sin siquiera darse cuenta.
-Sí, claro, amor.- respondió al tiempo que ella lo arrastraba a la pista de baile.
-Ahm...- levanté mi dedo índice para poder formular una oración que hiciera que Matt no se fuera, pero era tarde, por lo que sólo solté un resoplido.
-Cielo, yo también quiero bailar...- Milly se acercó a mí con la misma actitud que Courtney. -¿Qué te pasa?- preguntó al ver mi cara de fracaso.
-No, nada, cariño, vamos...- sonreí y la llevé a bailar.

Bailé unas cuantas canciones con Milly, sin dejar de notar que Matt y Courtney estaban bebiendo demasiado ponche. O al menos eso parecía, ya que ambos lucían como dos estudiantes de secundaria en su primera fiesta.

-¿Sucedió algo?- preguntó Milly al ver que estaba con la mirada encima de ambos.
-Nop.- respondí sin apartar mi mirada.
-¿Qué te dijo Matt?- me hizo mirarla con su dedo índice tirando de mi barbilla hacia ella.
-Nada, ese es el problema. Además de que lo he sentido muy a la defensiva hoy.- expliqué.
-¿Lograste sacarle lo del terapeuta?- cuestionó.
-Estaba a punto de sacarle el teléfono cuando Courtney interrumpió una vez más.- rodé los ojos.
-Ella no tiene idea, cariño.- negó con la cabeza.
-No, eso lo sé. Pero también sé que si lo supiera, haría lo que fuera por cubrirlo.- aseguré.
-¿El porcentaje de probabilidad ha subido?- funció el entrecejo.
-Ahora que lo dices... tal vez un 3%, por el hecho de que casi no haya querido hablar.- respondí.
-Amor, no todo mundo quiere hablar de sus problemas en una fiesta. Las fiestas son para divertirte.- se encogió de hombros.
-Sí, tal vez tengas razón...- suspiré.
-Cuando sea más tarde y las canciones lentas empiecen, ellos ya estarán cansados de tanto bailar. Y entonces podrás concluir con lo avanzado. Mientras tanto relájate...- masajeó mi espalda.
-Sí, eso espero...- le sonreí.

Matt:

Había estado a punto de darle el teléfono de mi terapeuta a Zacky. Sólo porque sabía que si no lo hacía se vería sospechoso. ¿Por qué había insistido demasiado en eso? No quería desconfiar de el único amigo que tenía, pero toda mi vida había desconfiado de todos. Sin olvidar lo que el señor Murphy me había contado. Había estado fingiendo que estaba un tanto pasado de copas, cuando no era así en lo absoluto. Lo único que había estado sucediendo en mi cuerpo, era que había tenido que despojarme de mi saco debido al calor que me producía bailar tan pegado a Courtney, y por supuesto las erecciones que me provocaban sus movimientos. Sabía que cuando terminaramos de bailar, él retomaría el tema. Debía hacer algo que arruinara sus planes. Miré de reojo a Zacky, quién nos miraba a la distancia y aproveché cuando tuve a Courtney sostenida de la cintura.

-Ya me la pusiste dura desde hace rato...- susurré en su oído. Courtney soltó una carcajada.
-Qué sensible es usted, joven Sanders... No puede evitar ver a una mujer bailar.- dijo sin dejar de mover sus caderas.
-No cuando se trata de ti.- tomé su mano y le di la vuelta, haciendo que me diera la espalda.
-Entonces vamos a otro lado...- murmuró excitada cuando puse mi erección contra su trasero.
-Usted guíeme, señorita...- dije coqueto. Courtney dejó de bailar, tomó mi mano y me sacó de la pista de baile sin dejar de reír traviesa, ya que el alcohol ya había estado haciendo de las suyas en ella desde hace rato.
-Ahm... viejo...- Zacky se acercó a nosotros en cuanto nos cruzamos.
-Sólo vamos al... baño...- dije entre risas. Courtney rió conmigo y salimos del salón. -Oye linda, ya en serio, ¿a dónde me llevas?- pregunté dejando de fingir que estaba bajo los efectos del alcohol.
-Al baño... ¿no dijiste?- dijo sin dejar de caminar.
-No, no, ahí no, linda, alguien puede entrar.- quería asegurarme de que Zacky o Milly no interrumpieran.
-Entonces ven...- corrió conmigo de la mano por unos pasillos, hasta llegamos a un par de puertas, que para nuestra fortuna, estaban abiertas. Eran los vestidores. Después de cerrar la puerta detrás de mí, puse la espalda de Courtney contra los pequeños casilleros que ahí había, para poder besarla y tocarla con libertad. Subí su largo vestido e introduje ambas manos por abajo, masajeando su trasero. -Veamos...- dijo coqueta mientras bajaba mi bragueta.
-Bonita, ¿estás segura de que nadie nos verá aquí?- pregunté nervioso, viendo hacia la puerta.
-A la mierda con eso...- se arrodilló ante mí, liberó mi erección e introdujo la misma a su boca.
-Dios...- murmuré excitado. Vaya grandiosa idea la mía de escapar con Courtney.




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