Baker

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Cuando faltaban un par de minutos para salir del colegio, me llegó otro mensaje de Matt.

Matt: No quiero que te vayas sola a casa. Pediré permiso para salir del banco e iré por ti.

Courtney: Eso no es necesario. Puedo ir sola, ya me siento mucho mejor del pie.

Matt: No es tanto por el pie.

Courtney: ¿Entonces?

Matt: Sólo espérame.

Courtney: Ya te dije que ahora mismo no quiero verte.

Matt: Entonces te mandaré un uber.

Courtney: He dicho que yo puedo regresar sola.

Matt: Dios mío, Courtney, ya dime qué fue lo que hice...

Courtney: El timbre ya sonó. Me voy.

Matt: Courtney, espera.

Apagué mi celular evitando que me llegaran más mensajes de Matt, guardé mis libros y salí.

Decidí tomar otra ruta, sólo para asegurarme de que no me encontraría a Matt. Mientras caminaba por las vacías calles aledañas a mi calle, una cucaracha de tamaño considerable salió de la alcantarilla quedando justo en frente de mí. Sonreí al pensar lo bien que se vería como artículo personal de Shanon. Terminé mi último trago de café, abrí el vaso y con ayuda de la tapa, empujé con delicadeza al animalito hasta que quedó capturado en mi vaso de café. Guardé el vaso en mi mochila al tiempo que soltaba una risita y cuando estuve lista para seguir mi camino, escuché un ruido a mis espaldas. Enseguida miré hacia atrás, poniéndome alerta, pero no había nadie. Incluso en el pequeño parque justo a mi lado, no pasaba ni un alma. Colgué mi mochila en mi hombro y seguí caminando un tanto incómoda, ya que a pesar de no haber visto a nadie, tenía la terrible sensación de estar siendo vigilada. Los ruidos no cesaron, y me hicieron sentir cada vez más ansiosa, cuando me percaté de que eran pasos. Asustada comencé a caminar a paso apresurado, con los ojos casi desorbitados y mis nervios desbordándose por mis poros. Mi corazón casi se sale de mi pecho, cuando sentí dos manos posarse sobre mi cintura y tirarme hacia el parque. Mi primera reacción fue volver mi mirada hacia atrás, para encontrarme con un sujeto de más o menos de 1.80 de estatura, con una sudadera con capucha negra.

-¿¡Quién eres!?- pregunté exaltada.
-¡Muévete!- ordenó, al tiempo que seguía tirando de mí.
-No me toques...- manoteé tratando de apartas sus manos de mi cintura, pero él hizo caso omiso a mi petición. -¡No, suéltame!- grité entrando en pánico, justo antes de que unos disparos taladraran mis oídos.
-¡Abajo!- el chico me hizo caer al suelo, para después caer encima mío, cubriéndome. No sabía qué carajos estaba pasando, pero seguía escuchando disparos. El tipo que tenía encima, sacó un arma del bolsillo de su sudadera y comenzó a disparar.
-¿¡Qué carajos!?- pregunté aterrada, mientras veía que derribaba a un par de sujetos.
-¡Manos sobre la cabeza!- me ordenó. Hice lo que dijo y apreté mis ojos esperando que terminara. Cuando el chico dejó de disparar, me tomó del brazo, me levantó del suelo y me arrastró hacia una camioneta Ford raptor.
-¡Ya suéltame!- supliqué mientras sollozaba del miedo.
-¿¡Qué no ves que te quieren a ti!?- me subió por la fuerza a su camioneta y después de que él estuviera adentro, arrancó y se alejó a toda velocidad. -Debemos alejarnos, un momento, estoy seguro de que había más de esos bastardos.- explicó mientras conducía. Puse ambas manos en mi rostro y estallé en llanto de lo aterrada que me había dejado esa experiencia. -¿Dónde vives?- preguntó más tranquilo.
-Cody Street.- respondí entre sollozos.
-Estamos cerca.- murmuró para el mismo, por lo visto.

Después de un par de minutos el chico paró la camioneta, mientras yo seguía hecha bolita en el asiento.

-Oye...- me llamó. -Disculpa por haber sido tan brusco, pero estabas en peligro.- levanté mi mirada y por fin pude ver con mayor detenimiento su rostro. Un chico de piel blanca, cabello corto negro y hermosos ojos verde claro, que no tendría más de unos 25 años. -Ya estamos en tu calle...- miré a mi alrededor y vi mi casa pocos metros de distancia, pero sólo pude responder llorando. -Ten...- abrió una soda en lata y me la dio. -El azúcar te ayudará a reducir el shock...- mis manos temblaban tanto que él tuvo que ayudarme a llevar la lata a mis labios. Tomé un gran trago y traté de calmarme, pero simplemente no lograba hacerlo. -Hey... tranquila, yo no te haré daño. Ya estás a salvo...- aseguró con extremo tacto. No pude evitar poner la cara contra su pecho y continuar con mi llanto. Él enseguida me abrazó con delicadeza. -Tranquila...- susurró mientras acariciaba levemente mi espalda.

~

-Mi nombre es Courtney, ¿cuál es el tuyo?- pregunté después de que el chico me acompañara amablemente hasta mi casa.
-Soy Zachary, pero dime Zacky.- sonrió mientras dejaba a un lado mi mochila y me ayudaba a sentarme en el sofá.
-¿Y cómo supiste, Zacky... que estaba en peligro?- cuestioné.
-Caminaba por el parque cuando vi que esos desgraciados te seguían, supe que inmediatamente que no tenían buenas intenciones.- explicó. -Te pido nuevamente que me disculpes, pero no supe qué más hacer, más que ponerte a salvo por la fuerza.- dijo apenado.
-¿Cómo es que llevabas un arma?- pregunté mientras miraba el bolsillo de su sudadera.
-Solía ser de mi padre y ahora la llevo a todos lados. Ya sabes, siempre hay que prevenir.- rió.
-¿Conocías a los que me seguían?- fruncí el entrecejo.
-Sí...- respondió después de varios segundos. -Matones de Bain...- dijo serio.
-¿De Dallas Bain?- pregunté asombrada.
-Sí... ¿cómo sabes de él?- se sentó a mi lado.
-Ahm... soy amiga de la hija del sheriff y me han hablado de él.- por su mirada supe que no me había creído del todo. -¿Tú por qué lo conoces?- pregunté evadiendo lo que fuera a decir.
-Me dedico al narcomenudeo, Courtney, sé muy bien quién es él.- respondió. -Pero descuida, sólo es el negocio... jamás te haría daño a ti o alguien más.- recalcó con una sonrisa al ver mi mirada de pavor. A pesar de que acababa de conocerlo, sabía que lo que decía era cierto. No tenía ninguna intención de hacerme daño. -Te traeré un poco de agua para que termines de calmarte, ¿puedo?- se levantó del sofá y señaló con su dedo índice la cocina.
-Sí, sí, gracias...- respondí. Zacky se fue algunos segundos, para después regresar con un vaso de vidrio lleno de agua.
-Aquí tienes...- me dio el vaso y se sentó a mi lado nuevamente.
-Gracias...- di un trago a mi vaso y continué. -¿Y por qué crees que me sigan ellos?- pregunté.
-No lo sé, pero créeme que para matarte no era. Te querían llevar, tenían una camioneta estacionada en la esquina. Estaban tan enfocados en eso, que no dudaron en intentar matarme por intervenir.- explicó.
-¡Courtney!- Matt entró de golpe a la casa, haciendo que recordara que había olvidado decirle a Zacky que pusiera el seguro. Zacky se levantó del sofá y apuntó con su arma a Matt.
-¡Alto, no!- nerviosa me levanté y me coloqué en medio de ambos. -¡Zacky baja esa arma!- supliqué.
-Baker...- dijo Matt mirando a Zacky.
-Sanders...- respondió Zacky en su mismo tono.
-¿Qué cojones estás haciendo en la casa de mi novia?- preguntó amenazante, mientras se aproximaba, sin importar que él aún estuviera armado.
-Matt, Matt, espera...- puse la mano izquierda sobre su pecho, manteniéndolo alejado. -¿Ustedes dos se conocen?- pregunté mirando a ambos.
-Sí... fue conmigo en secundaria. Era un problemático de mierda que solía burlarse de que estaba gordito.- explicó Zacky con una fría risita.
-Eso no es verdad, Courtney.- reclamó Matt como un niño discutiendo con su hermano.
-Matt, ¿qué estás haciendo aquí?- pregunté mientras yo misma bajaba el brazo de Zacky, que sostenía su arma.
-Escuché en las noticias que había habido un tiroteo cerca de aquí y sabía que tú ibas saliendo de la escuela. ¿Por qué no respondiste mis mensajes, Courtney?, ¿y qué hace Zachary Baker aquí?- preguntó un tanto molesto.
-En lugar de mirarme como león mira a un carroñero, deberías agradecerme por sacar a Courtney de ese tiroteo.- dijo Zacky mientras por fin guardaba su arma.

I'm Your CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora