Goodbye, green eyes

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Zacky:

La investigación de la explosión había sido alargada gracias al idiota de Warren. Sospechaba de quién se había tratado, pero en definitiva no podía decir ni una sola palabra. El único cuerpo que había sido reconocido, era el de Dallas, y aún había trabajo por hacer. Estaba preocupado por Milly, por mi hermano, por Courtney. La batería de mi celular se había agotado desde hacía horas, pero me tranquilizaba un poco que las alarmas no habían dado señal de actividad.

-Olivia, ¿tienes tu batería? Mi celular está muerto.- le dije a mi asistente.
-¡Oh, claro! Ten...
-Gracias, te debo una.- reí.
-Bueno, si aceptaras salir conmigo...
-Supongo que con mi "gracias" es suficiente.- dije mientras conectaba mi celular.
-Pfff...- resopló haciéndome reír.

Cuando mi celular encendió, encontré un montón de llamadas perdidas y mensajes de Milly y Courtney.

-Mierda...- dije por lo bajo al leer los mensajes.
-¿Qué?- preguntó Olivia al ver mi reacción.
-Yo... ehm... debo...- en ese instante la señal del rastreador del celular de Courtney se activó. -Irme...- salí a toda prisa de la oficina.
-¡Hey, Zacky! ¡No hemos terminado! ¡Warren me regañará por dejarte ir!- gritó Olivia. Pero en definitiva no regresaría.

Al salir de ahí, pedí refuerzos, subí a mi camioneta y me dirigí hacia donde el rastreador me indicaba. Pero lo que me intrigaba, es que el rastreador me estaba guíando a una dirección que ya conocía. La casa de Courtney. ¿Por qué Courtney activaría su rastreador cuando las alarmas eran más que suficientes si alguien entraba a la casa?

Al llegar, bajé de la camioneta. Había llegado antes que mis hombres. Saqué mi arma y me acerqué a la puerta.

-¿¡Courtney!?- la llamé desde afuera, hasta que noté que la puerta estaba entreabierta. Al abrir, encontré a unos cuantos metros, el celular de Courtney, al lado de una hoja de papel. Ambos colocados en el suelo. Levanté ambos y leí la nota. Misma que era un retrato de Matt por el otro lado.

Matt...

Mereces vivir todas las cosas maravillosas que yo sí pude vivir. Te mereces ser feliz. Mereces una oportunidad.

Te amo, y te amaré en donde quiera que yo me encuentre.

Courtney.

-¿Dónde está Courtney?- escuché la voz de Matt a mis espaldas.
-¿Qué haces aquí?- pregunté sobresaltado.
-Escuché el rechinido de tus llantas doblar la esquina y te vi llegar desde la ventana de arriba.
-¿Dónde está Milly?
-En mi cuarto de lavandería.
-¿¡Tienes a mi novia encerrada!?- vociferé molesto.
-Zacky, responde mi pregunta... ¿dónde está Courtney?, ¿y qué es eso?- señaló la nota entre mis manos.
-Activó su rastreador...- levanté su teléfono, lo encendí y lo primero que miré fue una dirección. -Y se fue...
-¿¡De qué cojones estás hablando!?- caminé a la salida, no sin antes entregarle a Matt la nota.

Matt:

El estómago se me hizo nudo al leer aquella nota. ¿Courtney, qué has hecho? Salí a toda prisa detrás de Zacky, quién corrió a mi casa, y sacó a Milly del cuarto de lavandería.

-¡Cariño!- Milly abrazó a Zacky y sus ojos inmediatamente me miraron con total desaprobación y enfado. -¡Eres un imbécil, Matthew!- me dio un empujoncito.
-Necesito ir por Courtney...- dijo Zacky.
-¿Qué fue lo que hizo?, ¿a dónde se fue, Zacky?- pregunté ansioso, ignorando por completo la molestia de Milly.
-Eso lo averiguaré...- tomó su radio localizador y lo colocó cerca de sus labios. -Soy el agente Zacky necesito refuerzos en la dirección que les proporcionaré, ahora.
-Yo iré contigo...- apenas logré decir esa frase, cuando Zacky ya había esposado mi mano a una tubería que se encontraba en el sótano.
-Tú te quedas aquí.- ¿cómo lo había hecho tan rápido?
-¿¡Qué carajos te pasa, Zacky!?- dije tirando de mi esposada mano hacia mí. Intentando liberarme.
-No voy a dejar que vengas. Es evidente que Courtney fue a buscar a esos bastardos para sacrificarse.
-¿¡Qué!?- ¿a quién pretendía engañar? Lo supe desde que leí su nota. Tal vez sólo a mí mismo. -¡Por esa misma razón debo ir!
-Lo siento, hermano, pero si vas allá te matarán seguro. Así que no me arriesgaré.- dio media vuelta y subió por las escaleras del sótano. -¡Milly, asegúrate de que no escape! Enviaré una patrulla para que se queden con ustedes.
-¡Sí, cielo!- respondió Milly.
-¡Zachary, regresa en este instante!- comencé a llorar de la impotencia.
-Matt, cálmate, vas a lastimarte...- dijo Milly intentando acercarse.
-¡Dile a ese imbécil que regrese aquí y me quite esto! ¡Zacky!- tiré usando todo mi peso, pero era inútil. -¡Maldita sea!- por supuesto que me estaba lastimando a mí mismo. Pero ya nada podía lastimarme más ahora, que lo que estaba sintiendo. Mi peor pesadilla se estaba convirtiendo en realidad, y no podía hacer absolutamente nada. Courtney. Mí Courtney, ¿dónde estás?

I'm Your CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora