-¿Quieres que vaya a la playa a enseñar las tetas?- cuestionó con los ojos cómo platos.
-¡Obviamente no!- dije serio. -Pero a mí me las puedes enseñar todo lo que desees, linda.- Courtney estalló en risas.
-¿Entonces cada opinión que me has dado, ha sido pensando en tus fantasías sexuales?- preguntó.
-No... bueno, sí. Pero no en todas.- sonreí inocentemente.
-Entonces es inútil que siga haciendo esto.- rió.
-Sí, la verdad sí, dudo que haya algo en este guardarropa que no se te vea bien. Mejor déjame quitarte este vestido que ya me está prendiendo las...- ella interrumpió.
-¡Cállate!- cubrió sus labios con la mano derecha, mientras yo la empujaba hacia la cama. -¡Espera!- dijo divertida al caer boca arriba.
-Shhh...- me coloqué entre sus piernas y comencé a besarla mientras mi mano recorría los espacios que su vestido dejaba al descubierto.
-Matt, espera, mi papá puede llegar.- resoplé.
-Mierda, lo había olvidado. Tienes razón, linda...- me recosté a su lado y rodeé su cuello con mi brazo. -¿Ya te había dicho que te amo hoy?- pregunté acariciando su suave rostro con mi dedo índice y medio.
-En la mañana.- se sonrojó.
-Pues te lo digo otra vez... te amo más que a mi vida, carajo.- pegué mi frente contra la suya. Courtney soltó una tierna risita y cogió mi camisa con su mano derecha.
-Yo te amo aún más que eso.- aseguró.
-Lo dudo...- besé sus labios. -Linda...- me torné serio.
-¿Qué sucede?- preguntó.
-No quiero que vuelvas a hacer eso...- tomé su pierna y tiré de ella hasta que quedó encima de mi cadera, y su cuerpo más pegado al mío.
-¿De qué hablas?- frunció el entrecejo.
-Lo que hiciste cuando Zacky se enteró de todo... cuando estábamos peleando.- respondí. Courtney suspiró e intentó incorporarse. -No...- la retuve sosteniendo su pierna. -No te irás hasta que me mires a los ojos y me prometas que no volverás a hacerlo.- dije manteniendo mi seriedad.
-Matt, estaba desesperada, sentía que tú y Zacky se matarían a golpes si no hacía algo...- evitó mi mirada.
-¿Y eso qué importa?... no te pedí que me dieras explicaciones.- estaba siendo duro con ella, pero lo que había sucedido esa mañana era sumamente delicado y no podía seguir dejándolo a la ligera.
-Matt...- dijo avergonzada.
-Tu vida vale por mucho, más que la mía y sacrificarla por salvarla no es correcto, Courtney.- reñí.
-Sacrificaría todo por ti.- mantuvo su mirada baja.
-Sí, pero no tu vida, Courtney, no tu vida.- negué con la cabeza.
-Pero, yo... yo no quiero que te ocurra nada malo...- sus enormes ojos azules se llenaron de lágrimas.
-Mi amor...- relajé mi actitud hacia ella. -Yo tampoco quiero que te pase algo malo y menos si es por mí... Tenía años que no sentía tanto miedo... al ver como ponías esa maldita cosa en tu cabeza.- Courtney puso su rostro contra mi pecho, mientras sollozaba en silencio.
-Lo siento...- susurró.
-Prométeme que no lo harás de nuevo. No importa en qué situación esté, promete que no vas a arriesgar tu vida de nuevo... promételo.- ordené.
-Lo prometo...- dijo calmando su llanto.
-Eso...- dejé un beso en su frente.Andy:
Estaba furioso, ya que esos hijos de puta no habían podido elegir una hora de entrega en la que mi pereza no estuviera al 100%. Eran casi las 8:00 am y por fortuna ya había llegado al edificio en el que me habían citado. Toqué el timbre y esperé a ser atendido.
-¿¡Quién carajos eres!?- preguntó altanero un tipo de casi dos metros de estatura, al abrir la puerta.
-Vengo a dejar la mercancía, viejo.- dije intentando no orinarme encima.
-Ah... claro, ¿Andy, cierto?- me miró de arriba a abajo.
-Así es.- respondí.
-Sí, pasa...- una vez adentro, el tipo cerró la puerta, y se aseguró de que no estuviera armado. -Ven por aquí...- me guió por unas escaleras. Un par de pisos, hasta que llegamos a un pasillo, en el que había un control de seguridad más serio que el de abajo.
-Ahm... ¿qué es esto?- pregunté confundido, mientras volvían a revisarme.
-Yo me encargaré de esto...- sacó el paquete de mi mochila e introdujo en la misma el dinero acordado.
-¿Quiere decir que ya puedo irme?- pregunté.
-No. El señor Dunn necesita hablar contigo.- respondió uno de ellos, mientras volvía a colocar mi mochila en mi espalda.
-¿Y ese quién es?- hice una mueca.
-Será mejor que no te dirijas a él de esa forma.- el tipo que me había guíado hasta adentro, me cogió del brazo y me llevó casi a rastras hasta el otro lado del pasillo.
-No entiendo por qué debo de hablar con alguien que yo no conozco.- me encogí de hombros.
-Porque él así lo quiso y te callas o te lleno los malditos sesos de plomo.- amenazó.
-Demonios, está bien, está bien, viejo, hablaré con él...- dije rendido. El sujeto dio un par de delicados golpes en la puerta.
-Pasa...- escuché desde adentro.
-Señor, Dunn, sé que no quiere que lo molestemos, pero aquí está el que vino a dejar la mercancía.- me dio un empujón haciendo que entrara a una espaciosa sala, con unos tres sofás de piel, una pantalla y un escritorio del otro lado. El sujeto enseguida se notaba que era un pez gordo, aunque jamás había oído hablar de él en Oregón. Un hombre de unos 45 años o quizá más, con barba bien recortada, cabello castaño ligeramente canoso, y que a pesar de llevar una vestimenta casual, no dejaba de verse como un sujeto adinerado y con mucha clase.
-¿Cuál es tu nombre?- preguntó mientras se levantaba de uno de sofás.
-Soy Andy, señor...- respondí.
-¿Qué edad tienes?- me miró de arriba a abajo.
-Veintiocho.- ¿por qué me hacía estas preguntas alguien tan notoriamente poderoso e importante cómo él?
-Ya, entonces, supongo que no eres un novato en todo esto.- levantó ambas cejas.
-No, señor. Llevo años en el negocio.- respondí brevemente.
-Entiendo...- caminó hacia su escritorio y una vez sentado atrás de él, señaló la silla que estaba justo enfrente. Caminé hacia la silla e hice lo que él quería.
-Mi nombre es Liam Dunn. Y soy el líder de una gran mafia residente en Turquía. No tiene caso que te diga cuál, sé que no tienes ni idea, así que proseguiré... Soy británico pero hace muchísimo que me mudé a Estambul con mi muy adorada hija Agnes... ¡Oh!...- dejó de hablar y de su billetera sacó una fotografía. -Ella, ella es Agnes. Mi hija...- me pasó la foto para que la pudiera ver mejor. Una bella chica, de piel blanca y cabello pelirrojo, de unos veinte años. Sólo pude sonreír sin poder averiguar cómo debía reaccionar. ¿Por qué el jefe de una mafia turca estaría diciéndome cosas de su vida?-Es muy hermosa, ¿no lo crees?- dijo con una sonrisa.
-Sí, sí, sí... es muy linda, señor...- le devolví la fotografía.
-Sí...- asintió con la cabeza. -Ese brillo en su mirada, esas mejillas ligeramente rosadas, esa tierna sonrisa...- suspiró. -¿Puedes si quiera imaginártelo?- preguntó sin dejar de mirar con orgullo su foto.
-¿I-imaginar qué señor?- pregunté confundido.
-Imaginar a este precioso angelito... ¡Asesinada a puñaladas en un maldito motel!- golpeó su escritorio y se inclinó hacia mí. Su cambio de actitud me había hecho temblar. Este hombre de verdad daba miedo.
-Yo... yo no tenía ni idea, señor. Lo lamento mucho...- dije más asustado que apenado.
-Fría, sobre su propia sangre, con la mirada perdida... ahora es como la recuerdo. Jamás volveré a verla, ni oír su voz...- dijo en un lastimoso tono, para después dejar un corto beso sobre la foto y guardar la misma donde estaba.
-Ahm... disculpe, pero no sé qué tengo que ver yo en todo esto, señor.- dije nervioso.
-Le pedí a mis hombres que compraran mercancía al primer vendedor que encontraran. Necesito estar relacionado con gente como tú. Tú eres el inicio de todo esto.- explicó.
-¿Está tratando de incriminarme?- el tipo me soltó una bofetada. Lo suficientemente dura como para dejarme la mejilla ardiendo.
-¡No seas imbécil!- mantuve la mirada baja después de aquello. -Sé exactamente quién fue el hijo de perra que lo hizo, y creo yo, que si no eres tan estúpido, tú también lo sabes.- acercó su rostro al mío.
-¿Shadows?...- pregunté en voz baja.
-Sabía que no eras tan idiota.- sonrió. -Exactamente, de él hablo... ¡Y el problema es que ni siquiera los inútiles del FBI conocen su repugnante rostro!- gritó iracundo.
-Pero tengo ciertos contactos. Que me dijeron que Shadows tenía comunicación con un par de traficantes. Por eso estás aquí, Andy...- joder, no conocía a Shadows, pero sabía que ese bastardo no se andaba con rodeos. ¿Y si se entera de que yo dije algo? ¿Me asesinará al igual que posiblemente hizo con Monty?, y si no lo hago... ¿este tipo me matará?
-Yo... yo no sé quién es. No lo conozco y jamás he tenido ningún tipo de contacto con él.- respondí.
-Algo sabes...- dijo analizando mi rostro con minuciosidad. ¿Acaso leía mentes este lunático?
-Ya le dije que no sé nada, no lo conozco. En mi vida he visto su cara...- insistí.
-Ya veo...- se alejó de mi rostro, miró al sujeto que me había permitido el acceso y no pasó ni una milésima de segundo cuando el tipo me arrojó al suelo y me dio una fuerte patada en el estómago, mientras su superior sólo me observaba como gusano insignificante.
-¿¡Qué te pasa, imbécil!?- el bastardo volvió a propiciarme otro puntapié, esta vez en las costillas.
-No puedes engañarme... Lo primero que dijiste es cierto. No has tenido contacto con él. Pero no es cierto que no sepas nada.- aseguró. Este malnacido era el diablo.
-¡Ya te dije que no sé!- le grité lleno de rabia. Los golpes se volvieron sucesivos y cada vez me dolían más.
-Detente, Peyton...- ordenó.
-¡Agh!- quería llorar como marica del dolor.
-No sé si sepas, Andy, pero la siguiente costilla va a perforar tu pulmón.- ahora sí estaba llorando. -No queremos que eso pase, ¿o sí?...- se puso en cuclillas, inclinándose hacia mí. -¿Dónde encuentro a las personas que busco?- el tono de su voz me hacía saber que era la última vez que lo preguntaba.
-Ya sólo tengo contacto con alguien que puede ayudarle... pero él es de hacer negocios. No vendrá ni le dará la información que necesita, si no hace un trato con él antes.- chillé.
-¿Y qué pasó con el otro?- cuestionó.
-No lo sé... desapareció hace días... No hemos sabido nada de él. Pensamos que Shadows lo asesinó.- expliqué.
-¿Entonces qué propones, Andy?- levantó ambos brazos a los costados.
-Déjeme hablar con él. Le contaré su situación y lo convenceré para que haga un trato con usted...- sollocé. El señor Dunn sonrió después de algunos segundos y soltó una risita.
-Está bien... ¿No fue tan difícil, verdad?...- dijo divertido. -Peyton, llama a una ambulancia para que saques de una vez por todas a este pedazo de porquería de mi despacho...- ordenó.
-¡Aaaaahhhh!- grité de dolor cuando el sujeto me levantó del suelo como trapo viejo.
-Camina...- me llevó casi a rastras hasta la puerta.
-Estaremos en contacto, ¿cierto, Andy?- dijo el señor Dunn, antes de que saliera. Sólo pude asentir con la cabeza en respuesta. -Qué marica eres...- aún se dio el lujo de burlarse de mí.Courtney:
-Creo que con estos libros será suficiente para terminar... Debemos apresurarnos.- le dije a Jordan, mientras salíamos de la biblioteca, de regreso a mi casa.
-Sí, creo que eres genial, los encontraste bastante rápido.- dijo mientras cargaba la pequeña pila de pesados libros.
-Gracias...- coloqué un mechón de cabello detrás de mi oreja.
-Oye, ¿quieres que te invite un helado?- preguntó después de varios minutos, cuando estábamos a una calle de llegar.
-Ahm, no, gracias...- respondí.
-Podría invitarte la comida hoy...- saqué mis llaves y abrí la puerta.
-Gracias, pero no es necesario, mi padre me ha dejado comida en la nevera.- dije seria.
-Courtney...- dejó los libros sobre la mesa de centro. -En verdad estoy muy apenado contigo por lo que pasó ayer...- sólo suspiré. -No quería hacerlo, de verdad que no quería... pero como te dije no pude evitarlo. Siempre te ves tan hermosa, que me tienes hechizado. Me gustas mucho... mejor dicho, me encantas...- ¿qué podía decir ante tantos halagos?
-Sí, ya me doy cuenta, pero yo tengo novio... y debiste de haber pensado eso antes de besarme...-me crucé de brazos.
-Te suplico que me perdones. Yo...- la puerta se azotó fuertemente taladrando mis oídos. Había olvidado que Jordan no podía cerrar la puerta. Y también que Matt vendría a supervisarnos.
-¿¡Te atreviste a besar a mi novia, maldito imbécil!?- cuestionó iracundo, caminando hacia Jordan.
-¡Matt!- no sabía qué decirle para que no se le fuera encima. Pero sabía que aunque tuviera algo qué decir, él no cedería.
-¿¡Besaste a este idiota, Courtney!?- señaló a Jordan.
-¡No, yo...- Jordan interrumpió.
-Oye, oye, oye... yo la besé, no ella a mí. El único culpable aquí soy yo.- aclaró Jordan.
-¡Ah qué amable! ¡Gracias por la aclaración!- chilló Matt, sarcástico. Y acto seguido, dio un puñetazo en su rostro.
-¡Matt, no!- grité entrando en pánico. Jordan, a pesar de ser menor en edad, era muy fuerte, por lo que el golpe no lo tumbó por completo.
-¿¡Qué pasa contigo!?- preguntó limpiándose la sangre de la nariz. -Estoy intentando disculparme con ella...- dijo mientras se sostenía de una columna.
-¡Discúlpate con mi puño, imbécil!- Matt dio otro golpe en el mismo lugar, lo tomó por la camiseta deportiva que llevaba y tiró de él hacia sí mismo. -¿¡Cómo te atreves!?... ¡Ella es mía!- dio un puñetazo en su abdomen. A Jordan se le notaba en el rostro que su paciencia había terminado, por lo que golpeó fuertemente la nariz de Matt, haciéndolo retroceder un par de metros. Antes de que ambos pudieran volver a aproximarse, corrí y me coloqué en medio de ambos.
-¡Basta!- levanté los brazos a los costados, colocando las palmas sobre sus pechos.
-¡Courtney, hazte a un lado!- ordenó Matt.
-¡No!- me puse por completo de frente con él.
-¡Sí! ¡Voy a arreglar esto con este idiota como hombre!- gritó.
-¿¡A eso le llamas arreglar las cosas como hombre!?... ¡Pareces un animal salvaje!- dije en su mismo tono.
-Ella tiene razón...- añadió Jordan.
-¡Tú cierra la maldita boca, antes de que te deje sin dientes!- intentó acercarse de nuevo.
-¡He dicho que basta, Matt!- coloqué ambas manos en su pecho.
-Courtney, este tipo está enfermo de celos...- dijo Jordan.
-Jordan, vete...- me giré hacia él sin soltar a Matt. -Que te vayas...- insistí. Jordan limpió una vez más la sangre, suspiró y salió.
-¡Ahora vas a explicarme...- me volví hacia Matt e interrumpí.
-¡Sí, te voy a explicar! ¡Pero vas a bajar tu tono ahora mismo!- ordené.
-¡Estoy muy enojado! ¿¡Cómo puedes pedirme eso!?- gritó.
-¡Vas a hacer lo que digo o puedes salir de mi casa, no sin antes haberte terminado!- Matt abrió la boca y al procesar lo que había dicho se quedó callado. Apretó los labios y soltó el aire. -Jordan me besó, sí. Pero yo no lo besé a él. Fue un beso robado. Ese maldito beso no duró ni un segundo... ¿Entiendes?... me aparté, me aparté al instante. ¿Y sabes por qué?...- el rostro de Matt se había relajado. -¡Porque yo te amo a ti, maldita sea!... ¡Yo te amo a ti!... ¡Y no me interesa besar a nadie más que no seas tú!- grité sacada de quicio.
-¿Por qué no me dijiste ayer?- preguntó con un tono mucho más pasivo.
-¿¡Aún me lo preguntas!?... ¡No te lo dije porque sabría cómo te pondrías y porque ese beso no significó nada para mí!... ¡Mírame, Matt!, ¡mírame bien!... ¿¡Ves en mí a otra Camila!?...- Matt abrió bien los ojos y negó con ma cabeza. -¡Porque si es así no sé qué carajos haces conmigo!- le di un empujón y corrí escaleras arriba.
![](https://img.wattpad.com/cover/228538615-288-k626711.jpg)
ESTÁS LEYENDO
I'm Your Crime
Fanfiction¿Alguna vez te has preguntado qué tan peligroso puede ser el amor?, ¿te has puesto a pensar en qué personalidad hay detrás de cada individuo que conoces?, ¿haz acaso imaginado en algún momento que eres cercana(o) a alguien peligroso?, ¿Y alguna vez...