I'm Your Crime

Inocente manipulación

Matt:

Había estado tratando de contactar a Courtney toda la tarde. Pero no había tenido respuesta. Al parecer su teléfono se encontraba apagado. Me preguntaba cómo le había ido en esa tortuosa comida de la que me habló anoche. Tal vez el chico que le presentaron sí había sido de su agrado. Joder, ¿en qué mierda estás pensando, Matt? Courtney sólo te ama a ti. Debo estar enfermo de celos.

-Llevas más de veinte minutos en silencio mirando al techo. ¿Qué te ocurre?- dijo Miros.
-¿Eh?... no, no, nada...- parpadeé varias veces.
-Si es por las galletas que te prometí y no traje, descuida que las traeré sin falta mañana. Las preparé, sólo las olvidé.- aseguró.
-No, no, no es por eso, Miros.- reí. -Es sólo que no he podido hablar con Courtney. Creo que tiene apagado su teléfono. Estoy un poco preocupado por ella. No olvido como se puso anoche.- expliqué.
-¿Qué fue lo que hiciste para que el padre de esa niña te odiara?- se cruzó de brazos.
-Abuela, yo no hice nada.- dije nervioso.
-Te conozco, claro que hiciste algo.- entrecerró los ojos.
-Bueno, tal vez sí hice algo. Pero no es nada malo... es algo... natural...- me encogí de hombros.
-¿Qué es natural para ti?- preguntó seria. Solté un suspiro.
-Su padre encontró en la basura de su casa una... cajita de una... ¿pastilla del día siguiente?- rasqué mi cabeza nervioso. Miros abrió la boca impresionada y me dio un golpe en el pecho con su revista.
-¡Matthew!- dijo molesta.
-¡Auch!- me quejé.
-¿Y así dices que no hiciste nada?- preguntó.
-¡No hice nada malo, Miros!- puse mis manos como escudo, para evitar otro revistazo. -Courtney y yo nos gustamos, es normal que tengamos relaciones.- dije en mi defensa.
-Sí, pero no llevan ni un año de relación.- abrió los ojos como platos.
-¿Se necesita llegar al año para eso?- pregunté. Miros golpeó esta vez mi cabeza.
-¡Ay, estos niños de ahora!- dijo molesta. -Era obvio que su padre se iba a molestar. Ahora debe de pensar que sólo la quieres para eso.- se cruzó de brazos.
-Pero tú sabes bien que no, abuela y Courtney también y con eso tengo suficiente. Además... eso ocurrió en la segunda cita, yo no era de compromisos.- Miros levantó otra vez su revista, lista para golpearme. -¡No, no, no... sí me duele!- grité apanicado.
-Te lo mereces.- rodó los ojos. -¿Y ahora qué harás?- preguntó seria.
-Debo hablar con él. Estaba esperando a que el coraje se le bajara pero... supongo que eso tendrá que esperar.- suspiré pensando en mi estado de salud. -Pero por ahora me intriga el hecho de que Courtney no responda mis mensajes, ni llamadas.- hice un puchero. Miros se quedó en silencio y mirando a la nada varios segundos.
-Bien...- se levantó. -Tú no puedes presentarte a ver a esa niña, pero yo sí. Así que iré a visitarla.- abrí los ojos sorprendido.
-¿En serio?...- aguanté un estornudo. -Genial... por favor, dale un beso de mi parte.- estornudé haciendo que me doliera todo.
-No voy a poder darle el beso que tú le quieres dar.- rió. -Y no puedo creer que ya te hayas resfriado, Matthew.- sermoneó.
-¿Pero qué dices?... es sólo alergia.- no pude evitar estornudar otra vez. -¡Agh, carajo!- dije adolorido.
-¿Alergia?, ¿alergia a qué?... si tú sólo eres alérgico a las abejas y a la penicilina. No me quieras ver la cara.- se cruzó de brazos.
-Ese perfume tuyo es el culpable.- dije con los ojos llorosos mientras limpiaba delicadamente mi nariz.
-¿Qué tiene mi perfume?- preguntó indignada.
-Parece fumigador de ratas.- dije entre risas. Miros dio un par de revistazos en mi cabeza. -¡Auch, auch!... ok, ok, sí estoy resfriado, ¿contenta?- dije adolorido.
-Ese doctor y sus tontas ideas de ponerte hielo.- dijo molesta.
-Miros, el doctor sabe lo que hace, yo fui el que no se cuidó, ahora ve a ver a mi novia ya, porque de verdad quiero saber de ella.- sonreí de forma inocente.
-Bien, ahora regreso...- tiró de mis sábanas y me dejó destapado.
-Oye, tengo frío...- fruncí el entrecejo.
-Sí y es porque muy probablemente ya tienes fiebre, así que quédate así.- ordenó.
-Mierda...- dije temblando.
-¡No digas malas palabras!- gritó.
-Ya, ya... perdón...- levanté ambas manos.

Courtney:

Jugaba "Mario Kart" en mi consola, tratando de simular que me importaba poco que mi padre me castigara los dispositivos que más usaba en la vida. Hasta que escuché que llamaban a la puerta. ¿Quién será esta vez? Paré mi juego y me quedé en el marco de la puerta de mi habitación viendo desde arriba, cómo mi padre iba a abrir.