"No soy un violador..."

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Mientras subía por las escaleras; Courtney comenzó a reír de nuevo y a mover las piernas, haciendo que sus pies goleparan la pared y provocando que me descontrolara al subir.
-Courtney, deja de moverte o harás que caiga contigo.- dije deteniéndome a media escalera.
-I want to love you, and treat you right...- empezó a cantar sin abrir los ojos.
-Bonita...- la llamé, pero ella estaba totalmente ida.
-I want to love you, every day and every night...- supe que no haría caso. Así que me las arreglé para subir por las escaleras con el cuerpo ladeado, evitando así que se golpeara, o me sacara de control. Al llegar a su habitación; abrí la puerta con el pie y la acomodé en la cama. -Don't worry about a thing. Cause every little thing gonna be alright...- siguió cantando, alternando con divertidas risas. Traía aún el uniforme de la escuela puesto, así que decidí que le pondría algo más cómodo. Abrí su clóset, que era una pequeña habitación y entré a buscar algo de ropa para ella. Escogí un pantalón de franela rojo a cuadros y una camiseta de algodón blanca, con estampado de panda. Retiré primero sus zapatillas deportivas y sus calcetas largas.
-¿No usas un short abajo? Courtney, hay mucho idiota en la calle y esa falda es muy corta.- dije un tanto molesto al ver sus bragas. Pero ella seguía cantando para sí misma. No pude evitar reír ante la situación, era tan graciosa estando en ese estado.
Saqué su falda y desabotoné su blusa, dejándola así en unas bragas rosadas de encaje y un sujetador a juego. Crraspeé tratando de no pensar en otra cosa que no fuera ponerle su pijama. Aunque fue imposible no tener una erección. Se veía tremendamente sexy con tan poca ropa, ahí tirada, con los ojos cerrados y cantando canciones al azar de Bob Marley & The Wailers. Mientras la vestía; su voz se fue apagando más y más, hasta que se quedó profundamente dormida. Cuando terminé de vestirla, la cubrí con las sábanas y bajé a la cocina. Toda la casa apestaba a hierba, así que abrí todas las ventanas, la puerta que daba al jardín y la que daba a una pequeña pero elegante piscina. Rocié un poco de aromatizante en aerosol que hallé en el baño y me dispuse a dejar todo en orden. Tiré a la basura los brownies especiales, lavé los trastes que Courtney había ocupado y lavé el cesto de basura en el que vomitó. Cuando concluí; subí de nuevo a su habitación en donde ella dormía plácidamente. Incluso roncaba un poco. Me subí lentamente a su cama y me acomodé sentado a su lado. Acaricié con ternura su rostro y reí por lo bajo, pensando en lo conflictiva que había sido hoy esta señorita.

Courtney:

Abrí los ojos un poco y miré por mi ventana que ya había oscurecido. Me giré en la cama hacia el otro lado y ver a Matt ahí sentado hojeando mi cuaderno de dibujo, me hizo espabilar de golpe.

-Tranquila...- levantó ambas manos mostrándose indefenso.
-¿Qué haces aquí?- me levanté de la cama nerviosa.
-Tú me abriste mientras estabas bajo los efectos de la hierba, bonita.- respondió.
-¿Lo hice?- pregunté mientras pasaba la mano por mi cabello.
-Oh sí. Vomitaste en el basurero de tu cocina y yo te traje aquí. Claro, después de que me diste tu autorización para hacerlo.- explicó.
-¿Qué hiciste conmigo?- fruncí el entrecejo y me puse a la defensiva.
-Courtney, no hice nada, sólo te traje a tu cama, antes de que cayeras inconsciente en el suelo.- respondió dejando mi cuaderno sobre sus piernas.
-¿Y entonces por qué tengo otra ropa diferente puesta?- pregunté. Matt miró a su izquierda y luego a la derecha. Abrí la boca indignada e impactada.
-Puedo explicar eso...- levantó sus dedos índices.
-¿¡Cómo te atreviste a tocarme de nuevo!?- tomé mi atomizador de pimienta y apunté a su cara con él.
-¡No, no, no, no, espera, no hagas eso!- cubrió su cara con ambas manos al frente. -No es lo que crees, te lo prometo.- dijo nervioso.
-¿¡Entonces qué pasó aquí!?- pregunté un tanto histérica.
-Courtney, voy a ser totalmente sincero con lo que voy a decirte y necesito que me creas. Pero antes... baja esa cosa.- suplicó. Puso su mano en mi muñeca y bajó el atomizador. -Por favor, siéntate, te explicaré...- pidió con amabilidad.
-No, me quedaré aquí.- me crucé de brazos.
-Está bien...- dejó mi cuaderno a un lado de él y bajó sus piernas de mi cama. -Sí te desvestí, pero sólo lo hice para ponerte algo más cómodo.- mi rostro no se relajó, no le había creído del todo. -Sí, sí quise hacer... eso que estás pensando... porque te veías jodidamente sensual, pero juro que no te toqué. Jamás lo habría hecho sin tu consentimiento.-  explicó con tranquilidad. Esta vez sí que le había creído. Nunca lo había escuchado hablar con tanta sinceridad. Bajé mis brazos a mis costados, un poco más relajada. -Vamos, Courtney, no soy un violador.- agregó.
-Pues de ti ya se puede esperar todo.- rodé los ojos.
-Sí, tienes razón. Estás en tu derecho de haberte puesto a la defensiva, pero de verdad que no te hice nada. Sólo te puse algo más cómodo, te arropé y te dejé dormir para después bajar a limpiar el desastre.- caminé con un poco más de confianza hacia la cama y me senté en la orilla. -Estabas demasiado drogada y no quería dejarte sola hasta asegurarme de que el efecto se te pasara.- explicó sin apartar su mirada de la mía.
-¿Tan mal me puse?- pregunté masajeando mi cuello. Matt soltó una risita.
-Tanto, que cuando te subí para acá ibas pataleando, riendo y cantando canciones de Bob Marley.- dijo entre risas.
-Agh... no se qué me pasó...- dije avergonzada. Matt siguió riendo divertido. -No es divertido...- fruncí el entrecejo. Matt se puso serio de inmediato. Pero, carajo, claro que era divertido. No pude aguantar más mi actitud seria y comencé a reír. Matt rió conmigo por varios segundos hasta que reaccioné. -Dios, ¿qué hora es?- pregunté poniéndome de pie nuevamente.
-Casi media noche.- respondió Matt.
-Joder, mi padre va a llegar en cualquier momento...- puse ambas manos en mi cabeza.
-Lo sé, te envío un mensaje hace algunos minutos. No te preocupes, yo le respondí por ti.- Matt se levantó de la cama.
-¿Y por qué si lo sabías no te ibas? ¿Acaso no tienes miedo de que te encuentre aquí conmigo?- caminé de un lado a otro de la habitación.
-Ya te dije, no quería irme hasta estar seguro de que te sintieras mejor.- respondió mientras ataba las agujetas de sus tenis.
-¿Y por qué volviste a buscarme?- entrecerré los ojos.
-Porque no podía dejar las cosas como aún están. Venía a suplicarte que me escucharas. Y hablando de eso... vas a tener que hacerlo. Yo te cuidé y me aseguré de no dejar ninguna prueba de que la señorita consumió hierba, así que lo justo es que me escuches. Pero no te preocupes, no hoy. Hoy ya no hay tiempo y quiero que cenes algo y descanses. Y mañana vas a escucharme, ¿te parece bien?- levantó ambas cejas.
-No.- respondí molesta. Matt me miró con total desaprobación. -Pero lo haré, porque te debo una.- puse los ojos en blanco.
-Eso.- sonrió victorioso.
-¿Me prometes que cenarás algo?- preguntó antes de salir de mi habitación.
-Pfff... no tengo nada de hambre.- solté el aire.
-Lo sé. Pero vomitaste toda tu comida, así que necesito que comas algo antes de dormir.- dijo de manera autoritaria. -Por favor...- suplicó en un tono más pasivo.
-De acuerdo, te lo prometo.- dije rendida.
-Bien...- supe que quiso decir o tal vez hacer algo más antes de irse, pero no actuó. -Descansa.- cerró la puerta de mi habitación. Enseguida corrí a mi ventana a ver cómo se alejaba. Cuando dejé de verlo, solté un suspiro, caminé hasta mi cama y vi mi uniforme perfectamente acomodado en un gancho, colgado en la puerta de mi clóset. ¿Por qué Matt se había portado tan bien conmigo? Él no era lo que pensaba, sólo había estado conmigo porque quería asesinarme. Incluso le había dicho cosas horribles, lo había empujado numerosas veces, le había dado una bofetada y a pesar de eso se había comportado como todo un caballero. Estuve horas a solas con él, estando completamente vulnerable. Pudo haberme hecho de todo y él optó por cuidarme y limpiar mi desastre. Por Dios, qué vergüenza que me haya tenido que ver vomitar y después tener que limpiar mi vómito.

-¡Ya regresé!- escuché a mi padre llegar. Una vez más; Matt se había ido justo a tiempo. Esta vez, sí que estaba interesada en lo que Matt tenía que decirme. Pero ahora tendría que esperar a mañana.

I'm Your CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora