I'm Your Crime

Encuentra la respuesta a tus propias preguntas

Estando en su auto, camino a mi casa. Decidí romper el silencio, ya que estaba muy callada y él lo estaba notando.

-Ahm... ¿cómo te fue en el banco, cariño?- él sonrió emocionado. Supe que había sido justamente por la última palabra mencionada.
-Muy bien, preciosa. Me tardaron un poco, porque ninguna de las camisas que me daban me quedaba.- explicó.
-Eso te pasa por fortachón.- soltó una carcajada.
-Hacer ejercicio es algo que ya no puedo dejar de hacer, bonita. Además me gusta cómo me veo...- se encogió de hombros.
-Sí, a mi también...- me mordí el labio inferior. Matt me miró pícaro y me guiñó un ojo.
-Pero bueno, siento mucho haberte hecho esperar, bonita.- puso su mano derecha sobre mi pierna.
-Descuida, yo entiendo. Podía irme sola y así te evitaba que vinieras corriendo a la escuela por mí.- reí.
-No, aún no estás recuperada por completo, además no tienes por qué andar sola cuando me tienes a mí. De hecho, a la próxima quiero que me esperes adentro del colegio.- ¿por qué de repente a Matt no le agradaba la idea de que pusiera un pie en la calle sola?
-Está bien, amor...- dije sin más.

~

-¿Entonces tu padre ya sabe que somos novios oficialmente?- preguntó asombrado, mientras entrábamos a mi casa.
-Sí, sí, hubieras visto su cara. Se puso extremadamente celoso.- reí.
-Joder, yo me pondría igual de saber que mi princesa está saliendo con un vago como yo. Así que lo entiendo...- dejó mi mochila en la sala.
-Ya te he dicho que no eres un vago. Además ahora ya tienes trabajo de nuevo. Le contaré a mi padre en cuanto regrese. Sé que lo pondrá muy feliz.- aseguré.
-Eso espero, para que ya termine de aceptarme de una vez por todas.- puso los ojos en blanco.
-Lo hará, no te preocupes.- acaricié con ambas manos su pecho. Agachó su cabeza para alcanzar mis labios y me plantó un tierno beso.
-Debo irme. Prometí ayudar a Miros a pintar su cocina.- enseguida hice un puchero. -Hahaha oye, no hagas esa carita.- dio un toquecito en mi nariz. -¿Te parece si vengo por ti a las ocho para ir a cenar?- volví a sonreír, conforme con su plan.
-Sí, buena idea...- di un saltito, cual niña pequeña.
-Eso.- me dio un último beso y salió de la casa.

En cuanto la puerta se cerró, tomé mi mochila y saqué el sobre que Dallas me había dejado. Me senté en el sofá y miré el sobre aún cerrado, preguntándome qué sería lo que leería a continuación, y si tendría credibilidad. Después de varios segundos de pensarmelo, abrí el sobre y de él saqué una amarillenta hoja doblada en tres partes. Estaba rota de una esquina y olía a humedad. Ahora entendía a qué se refería Dallas cuando me dijo que me daría cuenta de que la carta era verídica. Esa carta había sufrido el deterioro de los años. La desdoblé lentamente y empecé leer.

"Dallas...

Sé que he estado desaparecido algunos días. Estoy bien... o eso creo. ¿A quién quiero engañar? No estoy bien y tú lo sabes. Cada día siento que pierdo la cabeza más y más. El fin de semana encontré a Camila con otro tipo y no me ha dado el dinero que tomé de los ahorros de mi abuela. Y sí... nunca lo hará.

Sólo te escribo, para decirte que tienes razón. He sido un cobarde, no he actuado como un verdadero hombre. Camila necesita recibir su merecido. La amo, pero estoy harto de ella. Ya ni siquiera el amor que le siento es suficiente para seguir soportando todo esto. Yo no soy un marica... y te lo demostraré. Esta noche acabo con su estúpido jueguito.

Lo tengo planeado. No sólo la asesinaré, haré que se arrepienta por cómo me hizo sentir...

La dormiré, la llevaré al sótano y ahí la haré mía hasta que no sea nada más que un maldito pedazo de carne, que ni los perros querrán. Y después de eso, disfrutaré de sacar esa estúpida y vacía cosa, a la que ella llama corazón..."

Cubrí mis labios con mi mano derecha, al tiempo que sentía como las lágrimas brotaban de mis ojos. Esto no podía ser verdad.

"Estoy tan enfermo de dolor y de rabia, que estoy seguro de que no dudaré más en hacerlo.