This means war

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Después de varios minutos llorando, me quedé dormida, no supe exactamente cuánto tiempo, pero el tono de mensajes de mi celular me hizo espabilar.

Matt: ¿Amor, estás ahí?

Matt: Linda, por favor contéstame, estoy muy preocupado por ti.

Courtney: Estoy aquí...

Matt: ¿Estás bien, preciosa? :(

Courtney: ¿Cómo estar bien si mi padre me acaba de decir que no voy a volver a verte?

Matt: Bonita, tu papá estaba muy enojado, estoy seguro de que no está pensando con claridad. Debemos darle tiempo.

Courtney: Dijo que ya no podría ir sola a ninguna parte. Me va a estar mandando ubers y va a poner una cámara en la entrada. ¿Cómo se supone que te veré?

Matt: No te preocupes, ya encontraremos la manera, linda. Te suplico que no llores, yo te veré mañana.

Courtney: ¿De verdad?

Matt: Sí, pero por favor, quédate tranquila.

Courtney: Está bien.

Matt: Te amo.

Courtney: Te amo.

Apagué mi celular, limpié mi algo hinchado rostro y me puse la pijama para ir de una vez a dormir. Sé que Matt me había pedido que no llorara, pero no podía evitarlo, me sentía terrible. No podía creer que mi padre hubiera dicho todas esas cosas. Me llamó cualquiera, corrió a Matt, me prohibió mi libertad y me dijo que no volvería ver al único chico del que he estado enamorada. Tenía razones de más para llorar, así que dormir era la opción.

A la mañana siguiente mi despertador sonó, me di una ducha y preparé ni uniforme. Cuando estuve lista, tomé mi mochila y sin una pizca de ánimo bajé.

-¿No vas a desayunar?- preguntó mi padre sentado en la sala.
-¿Qué haces aquí?- pregunté seria.
-Le pedí a mi ayudante que me cubriera al menos media hora. De ahora en adelante me quedaré aquí hasta que te vayas.- explicó. Bajé mi mirada y caminé hasta la salida. -¿Te vas a ir sin desayunar?- insistió en su pregunta.
-Sí, si tengo que hacerlo contigo...- respondí.
-No sé ni siquiera por qué te pregunto... vuelve aquí ahora mismo y desayuna mientras llega el uber por ti.- ordenó.
Resoplé y fui a la cocina a servirme un poco de cereal, que me comí rapidísimo, sólo porque no quería seguir viendo a mi padre.

Cuando el uber llegó por mí, subí y me fui camino a la escuela sin siquiera despedirme.

-Te sentaba mejor cojear, ¿no lo crees querida?- preguntó Shanon en cuanto me vio entrar al salón de clases.
-A ti te sentaría bien una rinoplastia, pero nadie te lo dice.- respondí irónica. Sus amigas soltaron silenciosas risitas.
-Te crees la gran cosa estúpida... pero ya sabes que no debes darme la espalda...- puso ambas manos sobre mi pupitre.
-Lo mismo digo...- sonreí.
-Vamos a la cafetería antes de que el ruco llegue...- le ordenó a sus amigas. Ellas hicieron caso y la siguieron, dejándome a mí sola en el aula. Abrí mi mochila para sacar mi celular y lo primero que encontré fue el vaso de café en el que había guardado a mi pequeño aliado. La oportunidad no podía ser más perfecta. Saqué el vaso, me levanté y caminé hacia el pupitre de Shanon, en donde se encontraba su mochila. La abrí y cuando estuve a punto de destapar el vaso escuché una voz a mis espaldas.
-¿Qué haces?- preguntó Amber haciéndome saltar del susto.
-Ay me asustaste...- susurré.
-Lo lamento, acabo de llegar... ¿qué haces con la mochila de Shanon?- preguntó curiosa.
-Ya verás...- destapé el vaso y dejé caer al animalito adentro de la mochila. Rápidamente cerré la cremallera y caminé de regreso a mi lugar.
-Estás loca.- dijo con una risita.
-Lo que me hizo esa perra no iba a quedar impune.- susurré. El timbre tocó y los demás comenzaron a entrar, así como Shanon y su bolita de perras con un café en mano.
-Por favor, tomen asiento, vamos a iniciar la clase.- dijo el profesor de filosofía al entrar.
-Ya quiero que suceda...- susurró Amber a mi lado.
-Lo sé...- respondí con una risita.
-Por favor, saquen sus libros, vamos a la página 237.- ordenó el profesor. Saqué mi libro y comencé a buscar la página sin dejar de sonreír de oreja a oreja. Amber dio un golpecito en mi brazo y con una mirada me dijo que debía mirar a Shanon. Volteé discretamente y ambas apreciamos el momento en el que Shanon metía la mano hasta el fondo de su mochila, buscando su libro.
-¡Aaahh!- soltó un pequeño grito para después empezar a gritar como loca. El insecto había trepado rápidamente por su brazo hasta su pecho y luego por su cabeza.
-¿Señorita Olivera, qué le ocurre?- preguntó el profesor preocupado, mientras la clase estallaba en risas viendo a Shanon sacudir su cabello con desesperación.
-¡Aaaaaahhhh!- la cucaracha salió disparada hacia una de sus amigas quién también empezó a gritar como loca. Lo mejor, había sido que justo después de eso, los movimientos de Shanon habían hecho que su café se derramara encima de su falda. -¡Aaaaaaaaahhhhh!- se levantó y empezó a saltar como un resorte, gracias a la temperatura de su bebida. A este punto yo me estaba orinando de la risa.
-Es sólo una cucaracha, eres una llorona.- dijo Dylan entre risas después de matar a mi muy fiel y eficaz aliado de un pisotón.
-¡Quítate idiota!- empujó a Dylan y salió corriendo del salón.
-Me declaro fan número uno tuya.- dijo Amber en voz baja. Reí y choqué manos con ella. Estaba muy desanimada, pero esto definitivamente me había hecho sentir mejor. Tenía tiempo que no hacía algo de esto, por un momento había olvidado lo bien que se sentía.

Cuando fue hora del almuerzo encendí mi celular y vi que tenía un mensaje de Matt.

Matt: Buenos días, amor. Espero que tengas un buen día. Te amo mucho y no estés triste.

Courtney: Hola, cariño. Descuida, me siento un poco mejor. Cierta situación en la escuela me animó. Yo también te amo.

Matt: ¿Se puede saber cuál es? :D

Courtney: Te contaré luego.

Matt: ¿Tiene que ver con un chico que no soy yo?

Courtney: No, señor don celoso, no es eso.

Matt: Está bien. Almuerza bien. ♥

Courtney: Sip.

Dejé mi celular a un lado y seguí comiendo la hamburguesa que había pedido. Shanon caminó con la falda manchada de café hasta mi mesa y golpeó con ambas palmas sobre ella, llamando mi atención.
-Oh, hola... ¿tu vagina ya no arde?- pregunté burlona.
-No creas que no sé que fuiste tú.- dijo furiosa.
-¿De qué hablas?, el café hirviendo no te cayó en el cerebro como para que te lo atrofie más.- me puse falsamente seria.
-No te hagas la inocente...- volvió a golpear con sus palmas en la mesa. -Tú fuiste la que puso a ese asqueroso animal en mi mochila.- aseguró.
-Ah no, no me eches la culpa a mí, yo no soy culpable de que seas tan sucia como para no limpiar tu mochila con regularidad. Yo que tú lo empezaba a hacer, porque de seguro a la próxima saldrá una rata de ahí.- reí.
-Esto es la guerra, Anderson.- dijo amenazante.
-Vaya... no voy a poder dormir después de eso...- sostuve mi mejilla sobre mi mano derecha, de forma indiferente. Shanon apretó los dientes de la rabia y se alejó.

Las clases concluyeron y en cuanto salí encontré el auto que ya esperaba por mí. Rodé los ojos y miré a mi alrededor preguntándome cuándo vería a Matt. El saber que verlo ya era algo prohibido, me hacía extrañarlo más de lo normal. El tipo hizo sonar el claxon insistiendo en que ya subiera.  Suspiré y subí al auto. Cuando el trayecto finalizó, bajé del auto y caminé hacia la puerta mientras buscaba mis llaves en la mochila.

-¡Courtney!- Zacky se acercó haciéndome sobresaltar. -Lo siento, no quise asustarte...- dijo apenado.
-No, no, descuida... debe de ser sólo producto de lo que pasó ayer.- reí.
-Sí lo supongo...- rió conmigo.
-¿Pero qué haces aquí?, ¿acaso me estás siguiendo?- pregunté levantando ambas cejas.
-No, no, claro que no, es que yo vivo cerca de aquí...- explicó. -Precisamente en la misma calle en la que nos conocimos. Al lado derecho del parque.- explicó. -Y decidí pasar a ver cómo seguías...- pasó la mano por su cabello.
-Entiendo... ahm... yo estoy bien, quiero decir... estoy mejor...- la cámara de mi padre me incomodaba. -¿No quieres mejor pasar?- pregunté.
-Ahm... sí, claro.- se encogió de hombros.

I'm Your CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora