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Desperté en la mañana con los ojos hinchadísimos, así que fui al baño a lavarme la cara con agua fría, para así poder bajar a desayunar.
Preparé huevo revuelto para ambos y me senté en la mesa del comedor. Tenía que estar serena, como Matt me lo había dicho, ya no iba a pelear más, sólo me disculparía y eso sería todo. Cuando estuve a punto de acabar mi desayuno, mi padre bajó y me encontró al lado de su desayuno ya listo.
-Buenos días, cariño...- dijo apenado.
-Buenos días...- respondí en su mismo tono.
-¿Ese es para mí?- preguntó señalando el plato con huevo revuelto y un par de tostadas francesas.
-Sí, como mucho, pero no tanto.- solté una risita.
-Hahaha... gracias...- se sentó y empezó a comer. Terminé de beber mi jugo y me dispuse a decir lo que debía, ya que él no parecía tomar la iniciativa.
-Padre, lo lamento...- él sorprendido, dejó de comer y me miró atentamente. -Siento haberte dicho eso anoche, estaba enfadada y no sabía lo que decía. Pero te aseguro que eso no es lo que pienso. Tú no tuviste la culpa de que mi madre ya no esté... nadie la tiene. Fue un accidente. Lo siento...- me levanté de la mesa.
-Cariño, espera...- sostuvo mi muñeca para evitar que me fuera. -Yo también lo siento. Siento haberte golpeado, no podía creer que hubieras dicho eso y no pensé con claridad.- dijo apenado.
-Te perdono...- bajé la mirada, me solté de su agarre y regresé a mi habitación. Dejando a mi padre un tanto confundido. Ya me había disculpado y él también, pero ese hecho no me hacía aceptar a esa mujer. Y debía quedarle claro.Irritada me preparé para la comida que mi padre había hecho para hoy. Me di una ducha, me vestí con un crop top de tirantes color azul marino a cuadros, un pantalón con el mismo estampado que hacía juego, me maquillé con un poco de sombra café y delineador, y finalmente amarré mi cabellera en una discreta media coleta.
-Cariño, ¿quieres bajar a ayudarme?- me llamó mi padre desde abajo. Rodé los ojos y bajé.
-¿Qué pasa?- pregunté.
-¿Podrías preparar una limonada? Ingrid y Jesse están por llegar.- respondió.
-Ya qué...- resoplé.
-Gracias...- comencé a cortar los limones por mitad, cuando llamaron a la puerta. -Oh son ellos... por favor, compórtate.- dijo serio. Sólo puse los ojos en blanco como respuesta. Mi padre corrió a abrir la puerta y ensegida dejó pasar a los invitados. -Por favor, pasen. Es un gusto verte de nuevo Jesse... ¡Courtney!- me llamó. Clavé el cuchillo en la tabla con rabia y salí de la cocina, fingiendo no querer asesinar a alguien. La mujer ahora estaba vestida con una espantosa blusa de animal print, unos jeans ligeramente ajustados y unos zapatos bajos color café. Joder, nada qué ver esta mujer con mi madre. Ella era preciosa y a pesar de vestirse de forma sencilla siempre se veía encantadora. ¿Qué cojones estaba pasando por la cabeza de mi padre? Después de escanear con la mirada a la mujer, y criticar mentalmente su vestimenta y su no tan agradable rostro a pesar de esos kilos de maquillaje, volví al aquí y ahora. -Courtney, quiero presentarte a Ingrid.- empezó mi padre a presentarnos.
-Hola...- dije seria estrechando la mano de la mujer.
-Es un gusto, Courtney... eres una chica realmente guapa. Tanto como tu padre...- le guiñó el ojo a mi padre de manera coqueta, haciendo que casi le vomitara encima. Tal vez así su vestimenta hubiera lucido mejor.
-Y él es Jesse, el sobrino de Ingrid.- mi padre presentó al chico de aproximadamente 1.78 de estatura, de cabello castaño, piel blanca, ojos café, de complexión delgada y vestido con unos jeans azules y una camiseta de manga larga del mismo color. El chico no era feo, de hecho era dentro de lo que cabía... atractivo. Pero carecía demasiado de personalidad, ya que su corte de cabello a la moda que todo chico de su edad usaba, su rostro nada fuera de lo común y su vestimenta, no ayudaban en lo más mínimo. Estaba segura de que para mañana olvidaría su rostro por completo.
-Es un gusto conocerte, Courtney...- levantó su mano para estrechar la mía.
-El gusto es mío.- intenté sonreír ligeramente y estrechar su mano. Pero cuando lo hice, el chico tiró de ella hasta sus labios y dejó un beso sobre ella. Dejándome completamente confusa e incómoda por su gesto, que no esperaba en lo absoluto.
-Eres muy hermosa.- dijo seductor, sin soltar mi mano.
-Gracias.- reí nerviosa y retiré mi mano de un tirón.
-Bueno, ¿gustan pasar al comedor? Sólo nos falta la limonada...- dijo amablemente mi padre. Enseguida corrí de regreso a la cocina y seguí con la tarea que mi padre me había puesto, pensando en lo que iba a tener que soportar a continuación. Cuando terminé la limonada, la coloqué en una jarra de vidrio y la llevé a la mesa, en donde tomé asiento y empecé con la tortura. Después de todo, al mal paso había que darle prisa.
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I'm Your Crime
Fanfic¿Alguna vez te has preguntado qué tan peligroso puede ser el amor?, ¿te has puesto a pensar en qué personalidad hay detrás de cada individuo que conoces?, ¿haz acaso imaginado en algún momento que eres cercana(o) a alguien peligroso?, ¿Y alguna vez...