Cobarde

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-¿Y ya te bajó, preciosa?- pregunté mientras colocaba mantequilla en mi hot cake.
-Sí, desde el otro día. En verdad me asusté, nunca tengo retrasos.
-Pues yo sigo pensando que tener un hijo tuyo, me haría el hombre más feliz del mundo.- las mejillas de Courtney se habían ruborizado, dejándole ese aspecto tan adorable de siempre.
-A mí también me haría muy feliz formar una familia contigo...
-¿Entonces eso quiere decir que cuando nos casemos haremos un hijo?- pregunté emocionado. Courtney soltó una carcajada.
-Tal vez a los cinco años de casados.- dijo con una risita.
-A los tres...- me incliné hacia ella, mirándola con ojos de cachorro hambriento.
-¡Matt!- rió.
-Estoy bromeando, cielo. Será cuando tú digas.- el tono de mi celular interrumpió ese divertido y amoroso momento.
-¿Quién es?- preguntó Courtney.
-No lo sé...- tomé aire, pulsé el botón verde y me puse lentamente el celular en la oreja.
-¿Sí?-
-Sabía que eras de lo peor, pero jamás creí que fueras un cobarde.-
-Bain...-

La mirada de Courtney volvió a reflejar horror al escuchar ese nombre proveniente de mis labios.

-No puedo creer que ese estúpido policía haya decidido ayudar a un asesino.-
-Yo tampoco...-
-¿Vas a seguir escondiéndote bajo sus faldas, Matthew?-
-Dudo que sea justo que tú y tus amigos puedan tener todo el apoyo, pero yo no.-
-La vida no es justa, Matthew. Tú lo sabes mejor que nadie.-
-¿Qué quieres?-
-Quiero darte una oportunidad... para que recuperes las bolas que te faltan.-
-¿De qué estás hablando?-

-Matt, no lo escuches, cuelga el teléfono.- suplicó Courtney.

-Quiero que nos veamos, Matthew.-
-¿Para qué?-
-Oh, la respuesta es obvia, tú sabes bien cuál es tu destino ahora.-
-Púdrete.- me preparé para colgar.
-¿¡Así que vas a colgarme!?- volví a poner el teléfono en mi oreja.

-Basta ya, Matt, cuelga ese teléfono ahora...- insistió Courtney.

-¿¡Te das cuenta como yo tengo razón!? ¡Sigues siendo el mismo niño marica de antes!-
-Eso no es verdad...-
-¡Claro que sí! Aún puedo escuchar tú estúpido lloriqueo. "¡Dallas, Camila me lastima! ¿¡Por qué lo hace si me ama!?, "¡Yo la amo, Dallas, no puedo hacerle daño!", ¡Me duele, Dallas, me duele!- no pude evitar derramar un par de lágrimas.
Dallas tenía razón. Seguía siendo más débil de lo que yo pensaba.
-¿Dónde te veo?-
-Te veré en mi antiguo hogar. ¿Lo recuerdas? Claro que lo recuerdas, no sé para qué pregunto.-
-Creí que ya no vivías más ahí.-
-Oh, sí, pero conozco al dueño y nos dejará charlar adentro sin problema. No vengas con nada, ni con nadie, demuestrame que aún tienes pelotas.
-¿A qué hora?-
-Ahora mismo, y no me hagas esperar.- colgó.

-Matt...- me llamó Courtney al ver que después de varios segundos seguía pasmado y varado en mis pensamientos.
-Ven...- con toda la calma que no podía tener ahora, pero debía aparentar, cogí a Courtney de la mano.
-¿Qué haz hecho?, ¿qué fue lo que le dijiste?- preguntó mientras en mi interior había una guerra contra mis sentimientos. Quería abrazarla, soltarme a llorar, pero ya no iba a seguir actuando como un cobarde. -Matt, háblame...- insistió. Estaba tan angustiada por lo conversado con Dallas, que ni si quiera se había dado cuenta de que la llevaba hacia la habitación más cercana. El baño.
-Lo enfrentaré de una buena vez.- respondí con dureza en mi voz.
-¿¡Qué!? ¡Estás loco! ¡No vas a hacer eso!- se soltó de mi agarre y se puso de frente conmigo.
-Él tiene razón, soy un cobarde. Tengo que hacerle frente a esto...
-¡Eso es lo que él quiere que pienses!
-Tal vez siempre lo supe...
-¡No voy a permitirte que hagas eso! ¿¡Me escuchaste!?- me dio un empujoncito. -¡No lo voy a permitir!
-Lo sé...- la tomé de ambos brazos, la empujé hasta que quedó adentro del baño, y cerré la puerta rápidamente.
-¡Matt!- gritó y golpeó la puerta, desesperada.
-Lo siento, linda...- susurré.
-¡Matt, abre la maldita puerta! ¡Abre la maldita puerta!
-No puedo permitir que esto siga por culpa de mi cobardía, Courtney.
-¡No, no, no, no!... escucha...- la puerta seguía separándonos, y a pesar de ello, pude escuchar la gran bocanada de aire que tomó. -No hagas esto, cielo, te lo suplico...- el tono de su voz me hizo estallar en un lastimoso, pero silencioso llanto. Deseaba quedarme con ella, en verdad deseaba hacerlo. -Llamaremos a Zacky y haremos un plan. Sí... él siempre tiene un plan.

I'm Your CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora