-Siento mucho presionarte. Es sólo que estoy angustiada. No quiero que tú te sientas mal y menos ahora que vamos a poder vernos muy poco.- dije avergonzada.
-No, no, descuida. Te entiendo...- suspiró. -Sé que tengo que enfrentar mis miedos... y te juro que lo haré, sólo necesito un poco más. Por favor...- suplicó. -Yo te diré en cuanto esté listo y te aseguro que será en menos tiempo del que crees. Sólo quiero asimilarlo.- aseguró.
-Está bien...- sonreí. -Confío en que lo lograrás...- rodeó mis caderas con sus brazos e hizo más intenso nuestro abrazo. -Tengo sed, iré por un poco de jugo...- me bajé de su regazo.
-No, no, no, yo iré por él. Mejor espéreme en la cama, señorita.- guiñó el ojo y bajó. Reí coqueta e hice lo que él dijo.Matt:
Bajé a la cocina, tomé dos vasos de vidrio y busqué el jugo en la nevera. Mientras llenaba los vasos noté como en el escurridor había un vaso y un plato que muy probablemente eran de la comida de hoy de Courtney. Pero lo que llamó mi atención fue dos tazas colocadas ahí mismo. ¿Por qué había dos tazas?, ¿por qué razón usaría dos tazas?
-Carajo...- dije al ver que por mi distracción, había derramado un poco de jugo. Dejé todo en orden y tomé ambas tazas del escurridor. Aún estaban algo mojadas, eso quería decir que tenía poco de haberlas usado. ¿Quién cojones había venido a tomar café con ella? Molesto, tomé los vasos y regresé.-Courtney...- la llamé al entrar. Emcontrándola de pie sobre su cama bailando una canción a todo volumen. Se veía demasiado linda y atrevida bailando de esa manera y más con tan poca ropa puesta, pero necesitaba explicaciones. -Courtney...- bajé el volumen de su ordenador por completo.
-¿Por qué le bajas? Amo esa canción.- hizo un puchero, mientras caía en el colchón sobre sus rodillas.
-¿Quieres decirme quién fue el que estuvo aquí contigo hoy?- pregunté serio colocando los vasos en el buró.
-¿De qué hablas?- preguntó confusa.
-Encontré dos tazas mojadas en tu cocina. ¿Me vas a decir que tú usaste dos tazas?- me crucé de brazos.
-Ahh... claro, ya recuerdo. Sí, invité a Zacky a tomar un café cuando regresé de la escuela. ¿Por qué?- se encogió de hombros.
-¿¡Y lo dices así!?- pregunté ya más que molesto.
-¿Qué tiene?- preguntó seria.
-Tiene que yo soy tu novio y no deberías de andar metinedo a tu casa a cualquiera.- respondí.
-Matt, sólo fue un café. Me lo encontré afuera y lo invité a pasar... tranquilízate.- rodó los ojos.
-¡No me voy a tranquilizar! ¡Ni siquiera conoces bien a ese imbécil y ya lo invitas aquí como si fueran grandes amigos!- levanté la voz, ya sacado de quicio.
-¿¡Cuál es tu problema!?... ¡No me grites!- dijo ella en un tono más alto que el mío. -Zacky sólo venía a ver cómo estaba. Él salvó mi vida. ¿¡Ya se te olvidó!? ¡Y es mi problema si quiero ser su amiga, no el tuyo!- se levantó de la cama y se puso en la otra esquina de la habitación.
-¿Venía a ver cómo estabas?... ¿¡Eso a él qué carajos le importa!? ¡Yo debería preocuparme por eso, no él!- grité.
-¡Yo tengo derecho de invitar a mi casa a quién se me de la gana!- apreté mis labios furioso, después de escuchar sus palabras. -¡Y no por eso debes ponerte así! ¡Por el amor de Dios, no me lo voy a follar!- levantó ambos brazos a su costados.
-Sí, claro, ¿ya se te olvido que eso fue lo que hiciste conmigo en la segunda cita?- pregunté. Courtney abrió la boca indignada. Joder, Matt, ¿por qué dijiste eso? Cerré la boca de golpe y me mantuve en silencio por algunos segundos. -Linda... yo... yo no quise decir...- ella interrumpió.
-Largo...- colocó la mano en su frente, de una forma decepcionada.
-Courtney, por favor, perdóname...- supliqué.
-¡Que te largues!- señaló la ventana con su dedo índice.
-Linda, no hagas esto de nuevo...- imploré. Ella abrió la ventana de par en par.
-Tú lo hiciste... ¡Ahora vete!- su rostro era de enfado, pero sabía que la gran parte de sus sentimientos eran de decepción. Suspiré y saqué mis piernas por la ventana.
-No voy a dejar las cosas así, si es lo que crees.- ella ni siquiera podía mirarme. -Perdóname, linda...- dije para después salir.Era el más grande idiota de todo el mundo. ¿Cómo pude desconfiar así de ella? Ni siquiera me ha dado motivos verdaderamente válidos para hacerlo. Todo era culpa de mis malditas inseguridades. Y lo último que le dije había sido una tremenda cagada. De seguro ahora piensa que yo la tengo etiquetada como una cualquiera. Sí había tenido relaciones conmigo en la segunda cita, pero sabía que era perfectamente porque le gustaba. Lo supe desde el maldito minuto cero. Por supuesto que ella no es capaz de follarse a cualquiera, nada más porque sí. Y menos si anda conmigo. ¿Entonces por qué cojones dijiste eso, Matthew? Era como si mi yo del pasado se hubiera apoderado de mí y le hubiera contestado de esa forma a Courtney. No puedo creer que por una estupidez haya arruinado otra vez mi estabilidad con ella.
Después de llegar a mi apartamento y destruir todo lo que estaba a mi paso, como era de costumbre. Hice un esfuerzo sobrehumano para intentar calmarme. Sabía que todo esto era una completa tontería, pero no podía dejar de sentirme celoso. Tenía ganas de estrangular a ese hijo de puta, cuando aún ni conocía sus intenciones. Sólo por el simple hecho de haber estado a solas con mi chica, por haberla mirado, por haberle hablado, por haber compartido un momento de su vida con ella. Dios, debo estar loco. Tomé mi celular y marqué el número de la casa de Miros. Necesitaba un sabio consejo y sabía que contaba con ella para eso. Después de varios tonos respondió.
-¿Sí?-
-Hola, Miros, soy Matthew.-
-Oh, hola, cariño. Creí que vendrías a verme.-
-Sí, lo siento tuve un problema y ya no pude...-
-¿Pero qué pasó?-
-Me siento triste, abuela...-
-¿Por qué está triste mi niño?-
-Discutí hoy con Courtney... y fue por una verdadera estupidez...-
-¿Pues qué le has dicho?-
-Antes de que te cuente quiero preguntarte algo.-
-Dime...-
-¿Crees que es malo que alguien tomé un café con alguien más cuando tiene pareja?-
-No, claro que no. Todos tienen derecho de tener amigos y de salir, cariño...-
-Pfff...-
-¿Eso fue lo que pasó?, ¿Courtney tomó un café con alguien y por eso te enfadaste?-
-Sí, eso fue lo que pasó...-
-Matthew, por el amor de Dios, fue sólo un café. Ella tiene derecho de tener los amigos que quiera.-
-Sí, pero fue un café en SU CASA.-
-Cariño, eso no significa nada. Courtney es una niña decente y te ama muchísimo, estoy completamente segura de que ella no te engañaría con nadie más.-
-Yo lo sé, Miros, pero no puedo dejar de sentir celos por cualquiera que si quiera se atreva a mirarla.-
-¿Acaso piensas que aún estás tratando con Camila?-
-Jamás.-
-Entonces no tienes ningún motivo para pensar así. Escucha, cariño, sé que esa mujer jugó mucho con tus sentimientos. Te engañó infinidad de veces, pero... debes de dejar de verla a ella en todas. Porque no todas son así y te has podido dar cuenta con Courtney. ¿Crees que ella sí vale la pena, cierto?-
-Claro que sí.-
-Si es así, entonces debes dejar tus inseguridades atrás. Courtney no merece pagar por ellas.-
-¿Pero cómo hago eso?-
-Cada que la veas cerca de un amigo, debes tener presente que ella sólo ama de esa manera a una persona. Y esa persona eres tú. Si ese sentimiento es real, ella no tiene por qué dudar, ni interesarse en alguien más. Además de que dudo que encuentre a alguien más atractivo que tú cariño...-
-Hahahaha... tienes razón, abuela... soy un imbécil. Debería sentirme afortunado de saber que nadie va a llegar a más con ella, porque ya me tiene a mí, ¿cierto?
-Exactamente. Y no eres un imbécil... sólo muy impulsivo.-
-Bueno, ¿y ahora qué debo hacer? Ella está muy enfadada conmigo.-
-Háblame mañana en la mañana antes de entrar al trabajo, ya habré planeado algo para entonces.-
-Te lo agradezco mucho, Miros.-
-No agradezcas, Matthew.-
-Te quiero.-
-Oh cariño, yo también te quiero.-
-Descansa.-
-Buenas noches.- colgué.
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I'm Your Crime
Fanfiction¿Alguna vez te has preguntado qué tan peligroso puede ser el amor?, ¿te has puesto a pensar en qué personalidad hay detrás de cada individuo que conoces?, ¿haz acaso imaginado en algún momento que eres cercana(o) a alguien peligroso?, ¿Y alguna vez...