El lunes por la mañana, antes de ir a trabajar, le envié un mensaje de buenos días a Matt pero al parecer tenia el teléfono apagado. Me encogí de hombros sin darle mucha importancia y salí con dirección al trabajo antes de que se me hiciera tarde, de nuevo. Seguramente había tenido bastante trabajo, a fin de cuentas, el día anterior aun seguía en las oficinas.
Al acercarse las vacaciones de invierno, la escuela tenia bastante trabajo por delante, lo que implicaba que mis trabajos como asistente también se incrementarían. Había decidido en que llevar ropa cómoda al trabajo era lo mejor para evitarme infortunios. Nada como unos jeans, camisetas y tenis para ir a trabajar y eso lo comprobé nada mas llegar y tener que salir corriendo de oficina a oficina, recuperando papeles, sacando copias y buscando profesores.
Durante una de mis travesías mi teléfono sonó. Era Matt. Tome mis manos libres y los conecte al celular por medio del Bluetooth. Así podía contestarle mientras continuaba con mis labores.
—Hola Matt —saludé alegremente.
—Hola cielo, lamento no haber respondido tu mensaje de hace rato —su voz sonaba rasposa y ronca. Recién despertado.
—Descuida. ¿Vas despertando?
—oh... si. Algo así. —su voz titubeó demasiado y parecía que intentaba mantener un nivel de voz bajo.
—¿algo así...? —levanté una ceja curiosa de su respuesta.
Entré a una de las oficinas de profesores y dejé un monto de documentos para el profesor encargado de ese departamento.
—si... bueno..., escucha, ayer ya no te lo mencione pero... ayer que terminamos con varios proyectos, los chicos del trabajo arreglaron una salida para distraernos un poco.
Me detuve a mitad de camino en un pasillo y observé pasar a algunos alumnos de derecho.
—¿ah si?
—eh... si. Yo...bueno, me invitaron a último momento y no pude decir que no.
—¿Matt? —sonreí para mis adentros.
—¿si caperuza?
—acaso ¿te escucho nervioso? Además, estás susurrando... —comencé a caminar de nuevo.
—Eh... ¿no?
—eso suena más a pregunta que a afirmación ¿sabes? ¿No estas nervioso o no estas susurrando?
Él carraspeó fuerte.
—Si, bueno. Lo siento, talvez hablé muy bajo. Es debido a que acabo de despertar, y seguramente sueno nervioso por que no quiero que pienses que tuve tiempo para salir con los chicos y no tuve para ir a verte.
—no tendría por qué, a fin de cuentas sé que has estado trabajando mucho y es obvio que necesitas un poco de distracción —. Llegué hasta una copiadora y comencé a sacar las hojas que me habían pedido.
—me alegro de que pienses eso.
—Si. Tampoco es como si hubieses salido a emborracharte y a ligar mujeres.
—con respecto a lo primero... creo que si me embriague un poco. Varios amigos me tuvieron que acompañar a casa...
—Matt. No me digas que de nuevo te pasaste de copas...
—un poco, sip. Lo suficiente para que una compañera me tuviera que ayudar a pedir un taxi...
Eso me detuvo de nuevo por unos instantes. Necesitaba ponerle toda la atención posible a mi charla telefónica.
—Espera. ¿Dijiste compañera? —fruncí el ceño.
—Si. Una de mis compañeras me ayudo.
—y... ¿fueron muchas de tus compañeras a esa reunión?
—Unas cuantas, si.
—Ah.
¿Como lo digo sin parecer una celosa demente?
—y dime Matt ¿alguna de tus 'compañeras' coqueteo con Matthew borracho?
Lo escuché murmurar nervioso y luego escuché como carraspeaba.
—Eh...
—¿Matt? —esperaba que mis instintos asesinos no se dejaran descifrar en mi llamado de advertencia.
—¿si cielo?
—te pregunté algo.
—si cielo.
—si ¿qué?
Él suspiró.
—Talvez una de ellas intentó algo...
—Mmm —no sabía que más decir.
—Pero oye caperuza, no tienes nada de que preocuparte, yo me mantengo bastante cuerdo cuando estoy ebrio.
—creí que habías dicho que te tuvieron que ayudar para llegar a casa. —recogí los papeles de la copiadora y comencé a apilarlos en orden.
—Si. Tuvieron que ayudarme pero, nena, yo recuerdo todo, por eso es que te lo estoy contando. Ni por más ebrio que me encontrase te faltaría de esa manera.
—es bueno oír eso —levanté las comisuras de mi boca en un intento por sonreír tranquila.
Mi paz interior no duro ni un segundo antes de escuchar una voz, demasiado aguda para ser la de Matt, a través de la línea.
—Matty, ¿en dónde tienes guardadas las tasas? —gritó una mujer.
En ese momento se escucho como Matt ahogaba la bocina de su teléfono para contestarle a la mujer. Todo eso mientras que yo apretaba entre mis brazos las copias que acababa de sacar.
Cuando Matt se puso al teléfono y murmuró un lo siento lo único que salió de mi boca fue:
—Que yo recuerde, no tienes compañera de cuarto.
—Ah... no, pero puedo explicarlo.
—¿que estas recién levantado, en tu apartamento, después de una borrachera, y que hay una mujer ahí llamándote por tu nombre? —salí como alma que lleva el diablo del cuarto de copiadoras, en dirección a la oficina de uno de los decanos —¡oh, cielos! En verdad me encantaría una buena explicación Matthew —. Sabia que estaba elevando mi tono de voz y de que algunas personas me volteaba a ver pero me importó un comino —. Pero tendrás que guardártela para más tarde porque ¿sabes? Algunas personas aún tienen mucho trabajo que hacer —y con eso último colgué la llamada.
De repente estaba muy molesta, y no había forma de poner en palabras los sentimientos que recorrían mi cuerpo en ese momento. Debía de haber una explicación, claro que debía. Lo malo es que el mayor problema de eso no era si lo creía o no. El verdadero problema era que, por primera vez, la confianza que tenia en Matt, aquella que me jacte de decir que era irrompible, flaqueó fácilmente al primer indicio de mentira.
Mis pasos, tan fácil como se volvieron rápidos, se comenzaron a alentar.
Suspiré mientras comenzaba a notar que mi corazón había estado palpitando rápido y duro contra mi pecho.
Genial...
Le negué una explicación a Matt. Mucho antes de escuchar toda la historia. Cierto, la situación se veía bastante mal, pero siempre es malo sacar conclusiones apresuradas.
Y yo lo había hecho.
Me deje llevar por mis celos y no escuché a Matt... pero, tan solo oír como una mujer le gritaba 'Matty' cariñosamente, hacia que mi estomago se revolviera.
Ughh... ya no sabía como sentirme al respecto.
En ese instante mi teléfono volvió a sonar. Era Matt.
Sacudí la cabeza de un lado a otro y me negué a contestar. Aún quedaban rastros de celos en mi sistema, combinados con una gran dosis de vergüenza y molestia. No era momento de involucrarme en una discusión telefónica. No le había mentido a Matt, aun tenia mucho trabajo que hacer y no tenia tiempo para mis problemas personales.
Apagué mi teléfono y lo guardé en el bolsillo de mi pantalón. Eso en cierta forma, también me permitía molestar un poco a Matt por la de veces que él no contestaba rápido a mis llamadas. Sabia que era algo bastante infantil pero no me importó en ese momento.
Continúe con mi trabajo, casi en modo automático, y estaba por terminar mi día cuando me encontré de frente con Will en el segundo piso de un edificio.
—¡Hey! —me saludó en voz alta —¿como estás chica que sale con su hermanastro? —sonrió burlón, sus ojos brillando como quien hace una broma absolutamente divertida.
Algunas personas a mi alrededor se giraron para mirar curiosos y yo rechine los dientes en mi boca cerrada.
Corté la poca distancia que había entre nosotros, a unos pasos de las escaleras.
—¿tenias que gritar eso? —Murmuré entre dientes.
—lo dice la chica que gritó frente a su papá que yo era un pervertido... —sonrió infantil.
—o sea que debo entender que esto es una clase de venganza ¿no? —avancé hacia las escaleras y Will me siguió.
—¿no ibas en otra dirección amigo?
Él solo se encogió de hombros.
—en realidad no. Te vi y me acerqué a saludarte.
—Hola, pero este no es un buen momento para mí. Llevo un poquito de prisa. —esperaba sólo no sonar molesta. Él no tenia la culpa.
—Lo siento —sonrió pasivo mientras continuaba siguiéndome en dirección a las escaleras —pero al menos ¿puedo acompañarte hasta donde vayas?
Me detuve un segundo antes de pisar el quinto escalón de las escaleras.
—si quieres —sonreí al verlo un escalón detrás de mi —pero advierto que voy rápido —, me giré sobre mis talones y continué bajando —no tengo mucho tiempo...
Antes de terminar la última palabra mis pies se tropezaron entre si y sentí como fui perdiendo el equilibrio.
Cerré los ojos pero, antes de que mi trasero tocara el suelo en dónde se esparcieron las carpetas que llevaba conmigo, unos brazos me atraparon la cintura.
Abrí los ojos y pude notar que el rostro de Will se encontraba a centímetros del mío.
—eso estuvo cerca —susurró contra mi cara.
Mis ojos se abrieron mucho más por la impresión que me causó tener su rostro tan cerca, esa impresión, acompañada de mi nerviosismo y la preocupación por los papeles desperdigados me hicieron empujarlo lejos de mi para darme la vuelta y, sucedió lo peor. No evité el siguiente resbalón y, al empujarlo lejos de mi provoque que él tampoco me pudiese evitar la nueva caída. Aunque ésta fue ligeramente menos escandalosa de lo que pude ser la primera, no evitó que terminara de cara contra el suelo.
Mis manos no fueron de mucha ayuda para evitar el golpe y, cuando menos me di cuenta, estaba mirando de primera mano, los bordes tallados del suelo del primer piso.
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COLOREA MI CORAZÓN
RomanceElla vivía en un mundo color de rosa. Él sabía que el mundo estaba pintado con muchas tonalidades diferentes... Emmeline Hood está cansada de intentar que Matthew Denell, su hermanastro, cambie su conducta tan atrofiada. Sin saber que la única forma...