26.NUGUSEYO

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Al día siguiente, ya eran casi las doce de la tarde y Lía tenía una jaqueca del tamaño del Everest, apenas y podía levantarse de la cama para preparar sus cosas y marcharnos del hotel. Estuve muy tentada a tirarla de la cama de una patada después de la quinta vez que le llamé, sería lo justo después de años de reproches hacia mis retardos.

Sin embargo, me quedé con las enormes ganas de cobrar venganza debido a que, en cuanto olió el café que traía conmigo, se despertó casi como un resorte. Arregló su cabello enmarañado y me regaló una enorme sonrisa suplicante. En verdad deseaba mi café.

Comprendí que mi vida podría correr peligro si no le compartía aunque fuese un sorbo, así que le regalé la mitad de líquido que me quedaba en el vaso de cartón.

Lo que fuese por un soldado caído en batalla...

Cuando estuvo un poco recuperada de su resaca, se arregló en tiempo récord y dejamos lista la habitación para encontrarnos con Cam y Angie en la pequeña recepción del hotel. Salimos con dirección a una linda cafetería, estilo los noventas, en el centro de la ciudad, en donde nos esperaban Tom y Charlie. La prometida de mi hermano nos sorprendió a todos cuando llegamos al lugar y nos demostró que, tras la borrachera del día anterior,  se encontraba en perfectas condiciones de salud.

— Esa mujer no puede ser humana— me susurró Lía, o al menos trató de que sonara como un susurro, después de verla como la fresca mañana— después de todo el alcohol que ingirió no puedo creer que siga viva...

Charlie la escuchó y sonrió

—la verdad, nunca en mi vida he tenido una resaca— contestó con orgullo mientras que entrabamos a la cafetería

— ¿¡Qué!?— Lía y Angie gritaron al unísono.

Cam y yo también dejamos notar nuestros rostros llenos de sorpresa al tomar asiento alrededor de una mesa cuadrangular

— Es la pura verdad— confirmó Tom— ella puede estar de lo más ebria y, aun así, nunca amanece mal...— se encogió de hombros

—Es un don— Charlie se divertía de lo lindo al dejar con la boca abierta a mi y a casi todos los presentes

—Vaya don—exclamé — déjame decirte que eres increíble cuñada— hice una reverencia en dirección a ella, con las manos sobre la mesa — te mereces todo lo bueno de tu vida— me reí

En respuesta me sonrió divertida.

— debo admitir que perdí a mi adorado Thomas— Lía suspiró — pero se lo lleva una excelente mujer— colocó su mano en el hombro de Charlie, quien estaba a su derecha— pero... una súplica ¿aun puedo felicitarlo en su despedida de soltero?— levantó las cejas sugerente

— ¿Bromeas?— Gritó Charlie— te pondré en una enorme caja de regalo y pagaré por el espectáculo

Lía dio saltitos de gusto sentada en la silla y abrazo a Charlie con afecto. Tom negó con la cabeza sonriente y aceptó el abrazo y sonoro besó en la mejilla que Lía corrió a darle emocionada.

— Nos vemos en tu despedida guapo...— Le guiño un ojo mientras que Tom seguía negando con la cabeza enérgicamente y Lía regresaba a su lugar

— Por favor no lo hagas..., si te permite hacer eso en mi despedida, es capaz de exigirme que le permita a Matt hacer lo mismo en la suya...— Tom agitaba las manos frustrado y derrotado

Mi enérgico 'ni lo sueñen' acompañó al codazo que Charlie le dio a Tom en las costillas. Todos sonrieron por lo cómico de la situación.

—Debes admitir, — Comenzó Charlie, llenando toda la atención de Tom— que tu hermanastro es muy lindo, — Nos sonrió y, con los brazos, rodeó como pudo la cintura de mi hermano— ¿No creen que es cómo un pequeño Tom?

COLOREA MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora