20. PARADISE

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Después de recoger la mesa y tirar la basura dentro de algunas bolsas negras, los chicos se encargaron levantar la asadora y llevar las sillas mucho más cerca de las cabañas. En la hielera sobraban algunos refrescos y un par de cervezas en lata que fueron a dar a la cabaña de la que se habían adueñado los chicos. Mientras tanto, Angie, Lía y yo pasamos a otra de las cabañas para cambiarnos de ropa. Iríamos a nadar a la orilla del lago mientras que los muchachos jugarían a pescar antes de encender una fogata para más al rato.

— Cielos...— Lía parecía buscar algo— creo que Matt arrojó mis cosas en otro lado...— Puso las manos en su cintura y arrugó el entrecejo— Lamento mucho esto Emme, pero lo mato...

Salió de la cabaña gritándole a mi novio por todos lados. Después escuche a Matt maldecir en voz muy alta.

Angie y yo nos reímos y seguimos cambiándonos. Me puse el sencillo traje de baño que aventé en mi mochila y un pareo color verde. Angie se había puesto un bikini floreado muy bonito y un short de mezclilla encima.

Salimos de la cabaña y me di cuenta que Lía había desaparecido por algún lado junto con Seth y que Matt no traía camisa y se estaba secando con una toalla el cabello mojado. En una de sus manos traía uno de sus zapatos Converse, completamente empapado.

— Podría preguntar que te sucedió pero creo que ya tengo la respuesta...— Me reí mientras le arrebataba el tenis de la mano— ¿En dónde está el otro?

Matt termino de secarse el cabello y me miró con detenimiento.

— Lindo atuendo...—Sonrió

— Lo mismo digo...— Le sonreí de vuelta

—Sí..., bueno..., estoy seguro de que el tuyo no fue tan improvisado como el mío...

Hice una mueca de dolor

— Por favor, no la asesines, es una buena amiga...

— Descuida— Me rodeó con sus húmedos brazos— Seth se la llevó antes de que pudiese lastimarle siquiera un pelo...

Lo abracé de vuelta; su torso y sus bermudas también estaban mojados.

— ¡Lo tengo!— Cam salió de la orilla del lago con el tenis faltante de Matt— No salió volando a lo más hondo — Llegó hasta nosotros y le entregó el zapato a Matt

—Gracias amigo— Matt aceptó su calzado húmedo.

— No hay de qué, solo no provoques la ira de una fiera tan cerca de mí la próxima vez...— Sonrió y dirigió su atención hacia Angie

Matt me miró y, separándose de nuestro abrazo me tomó de la mano y me pidió que lo acompáñara a poner sus zapatos al lado del calentador de la cabaña

— Vamos— Acepté y comenzamos a caminar en dirección a la cabaña donde habían dejado, temporalmente sus cosas,  los chicos.

Cuando entramos al lugar, Matt se dirigió a una de las habitaciones y yo puse a secar los Converse junto al calentador. Después de dejar el calzado de Matt di unos cuantos pasos alrededor de la pequeña salita antes de que la curiosidad me llevara directo a la pequeña habitación en donde, seguramente, se estaba desnudando Matt.

Cuando me asomé por la puerta entreabierta vi que Matt estaba de espaldas y con los pantalones de bermuda hasta los pies descalzos. Traía un bóxer ligero que, con lo empapado que estaba, se le pegaba completamente al cuerpo.

Y ¡dios! Bendito trasero que tiene ahí...

Estaba tan concentrada en seguir las gotas que se resbalaban por su ancha espalda que no noté el rápido movimiento que hizo al girarse hacia mi dirección. Desvíe rápidamente la mirada hacia arriba y pude notar su semblante algo sorprendido antes de que lo cambiase por uno de total depredador.

COLOREA MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora