30. SAJINSUL

706 99 55
                                    

Matt cumplió con lo prometido y me llevó a casa mucho más tarde. Tal y como lo esperábamos, mamá ya estaba abriendo la puerta de la casa antes de que pudiésemos bajarnos del jeep.

Su rostro estaba rojo y, su cabello casi perfecto, estaba atado en un moño desaliñado. Unas enormes ojeras abarcaban la mitad de su rostro.

— ¡Mamá!— exclamé sorprendida al verla acercarse hacia nosotros hecha una furia— ¿qué te sucede?

— Emmeline, entra a la casa en este mismo instante...— siseo, totalmente molesta

Me tomó de la muñeca y tiró de mí hacia ella. Matt la detuvo tomándome del otro brazo, impidiendo que me moviera de su lado.

— ¿qué te pasa Abby? Suéltala

Ambos me tenían pescada de un brazo y me sentía como un juguete tironeado por dos niños malcriados.

— ¡Suelta a mi hija patán asqueroso!— mi madre se negaba a soltarme de la muñeca — Emmeline...— me llamó chillando

— Emme no, no permitas que te diga qué hacer

Yo miraba entre ambos fastidiada. Me sacudí con la suficiente fuerza como para poder zafarme de ambos agarres.

— ¡Ya basta!— grité— me están lastimando ¿acaso no se pueden comportar?

—Hija— mi madre chilló indignada y sorprendida— nunca me habías gritado así— sus ojos estaban llorosos y sus cejas estaban fruncidas hacia abajo— recuerda que soy tu madre

Matt se cruzó de brazos molesto

—pues compórtate como tal. Ahora mismo pareces una chiquilla celosa de que le hayan quitado su juguete favorito

—Yo no soy ningún juguete— gruñí entre dientes y miré molesta a los dos— para ninguno de los dos— me cruce de brazos

Matt dirigió su mirada hacia mí con una expresión de incredulidad en su rostro. Toda su cara me decía 'hey, estoy de tu lado'

—Matt, por favor, ya habíamos hablado de esto, déjame resolver las cosas por mí misma. Cuando tu estas presente no puedo hacerlo, me transformo en un árbitro entre ustedes y todos terminan gritándose y nada nunca se soluciona...— suspiré cansada— por favor, vete a casa, te lo pido— acaricie sus antebrazos y lo empujé ligeramente hacia atrás

Su expresión se suavizó cuando lo toqué y asintió ligeramente. Se inclinó para besarme ligeramente en los labios y susurró:

—Ten cuidado— lanzó una fugaz mirada de desconfianza hacia mi madre, se dio media vuelta hacia su coche, y se fue en él.

Suspiré una vez más y me giré hacia mi madre lentamente. Ella estaba cruzada de brazos en posición hostil.

—mamá yo...— comencé pero me interrumpió levantando su mano

— A la casa Emmeline— avanzó hacia la puerta de entrada, esperando que yo la siguiese

Caminé detrás de ella, aun sin saber que reacción me esperaba de su parte. Cerré la puerta de la casa y dejé mi mochila en el suelo del recibidor. Mamá se giró hacia mí cuando llegamos al comedor, su cara parecía a punto de explotar por la ira contenida.

— mamá...

—no puedo creer que me hayas hecho esto Emmeline. Te dije que te quería en casa ya, y ¿tú que haces? Ignoras mis exigencias y te vas a divertir, haciendo no sé qué cosa con el cerdo ese al que le llamas novio

— oye mamá, suficiente con los insultos hacia Matt, no es justo...

— ¿justo? ¿No es justo para él que lo llame por lo que es? ¿Un borracho vividor que seguramente no tiene ni en qué caerse muerto?

COLOREA MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora