9. FRATELLO MAGGIORE

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Afuera de la bodega solo me encontré con Henry y Rob y no había ni rastro de Joan. Henry me contó que la había visto salir corriendo del bar con sus cosas en mano, sin siquiera darle una explicación a Rob, me encogí de hombros y traté de restarle importancia, me sentí un poco mal por la forma en que nos había encontrado dentro de la bodega, seguramente se sintió tan avergonzada que por eso se fue pero, a fin de cuentas, se supone que estaba fingiendo ser la novia de Matt para mantenerla alejada y había logrado el cometido. Rob se molestó bastante; no le gustaban las personas incumplidas, mucho menos que le dejaran el trabajo botado de buenas a primeras, mucho menos siendo domingo y con un evento a la vuelta de la esquina.

Me ofrecí a ayudarle en la fiesta que habría en la tarde, me dio las gracias pero me dijo que lo tenía todo cubierto y no quería abusar de mi tiempo. Para mí no era ninguna molestia ayudarle, sin embargo, no le insistí debido a que eso sería pasar más tiempo cerca de Matt y justo en ese momento no deseaba ni regresar con él a la casa en el mismo automóvil.

Cuando terminamos de limpiar ya eran casi las tres de la tarde y estaba comenzando a llegar la comida que se serviría en la fiesta de esa noche, así que mientras descargaban las cosas en la bodega me quedé limpiando la barra de la cantina y terminé por enviarle un mensaje de texto a Lía, necesitaba poder charlar de lo sucedido con alguien y que mejor que mi mejor amiga para hacerlo.

Le pregunté si tenía tiempo para salir más tarde, que necesitaba hablar de algunas cosas con ella y que podríamos ir de compras a la plaza. Me contestó enseguida, me dijo que claro que tenía tiempo, y preguntó en dónde quería que nos viésemos, le contesté que nos viéramos en la plaza dentro de una hora.

— Ya terminamos de descargar la comida— comentó un Rob cansado mientras se acercaba a la barra seguido de Matt y Henry. — chicos, muchas gracias por su trabajo el día de hoy y te agradezco que hayas venido a ayudarnos Emme, después de que Jo se fue sin decirme nada, nos vino muy bien tu ayuda.

— No hay de que Rob, sabes que tratándose de ti jamás me negaré a nada— sonreí feliz, ignorando por completo a Matt.

— Rob tiene razón— señaló Henry sonriéndome— gracias por tu ayuda.

— De nada— le devolví la sonrisa— yo feliz de estar aquí.

— Más bien, — se burló Rob— feliz de poder pasar más tiempo con Matt, ¿no? Ahora que están saliendo juntos, seguramente desean pasar juntos todo el día.

— No te creas Rob, — bromeé— a veces él puede llegar a ser bastante molesto, sea o no mi novio.

Tanto Rob como Henry no pudieron aguantar la carcajada que les provocó mi comentario y sentí los ojos de Matt clavándose en mi rostro pero decidí no mirarlo. Algo bastante difícil cuando se acercó a mí para abrazarme por la cintura.

— Tampoco eres una perita en dulce enana— me planto un beso en el cabello. — también te encanta complicar las cosas nena.

No contesté, tan solo rodeé los ojos.

En ese momento Henry interrumpió para decir que ya tenía que marcharse, y que volvería más al rato para seguir trabajando, se despidió y se marchó unos segundos después.

Rob se cruzó de brazos, continuando con la conversación.

— Yo si comprendo a Emme, no debes de ser nada fácil, con el temperamento que te cargas... al menos espero que con una chica tan linda como ella de novia dejes de beber todos los fines de semana.

Matt hizo una mueca de dolor mientras yo soltaba una risita.

— ¿cómo sabes eso Rob? Ni siquiera me embriago aquí en el bar...

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