87. NAVIDAD

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Matt y yo llegamos al hospital a eso de las tres de la tarde. Habíamos pasado por el pastel y, antes de dirigirnos al hospital, pasamos a dejarlo a casa de Daniel para que no se estropease y, simplemente, llevamos unas pequeñas tartas de fruta que las enfermeras nos permitieron ingresar.
 
En el hospital ya se encontraban Tom y Charlie, quienes platicaban efusivamente con Daniel acerca de cómo se llamaría la nueva integrante de la familia.
 
—Hola —saludé a todos dentro de la habitación mientras golpeaba la puerta abierta — ¿llegamos tarde?
 
Matt caminó detrás de mi y saludo a su padre y a la pareja.
 
Mi madre me sonrió desde su posición en la camilla. Observó a Matt y levantó una mano a modo de saludo, este por otro lado, le devolvió el saludo un tanto incómodo. Las cosas se habían calmado lentamente entre ellos, sin embargo, una enemistad de tantos años no podía desaparecer de la noche a la mañana.
 
Me acerqué a mi madre y traté de preguntar en voz baja:
 
— ¿de nuevo están discutiendo el nombre? —señalé hacia Tom y Daniel. Mi madre asintió.
 
—Tom no está convencido de que Scarlett Anne Denell suene remotamente bien... —suspiró cansada.
 
—Y yo le he dicho —la voz de Daniel se alzó desde la esquina —que el día en que nos dé un nieto, podrá ponerle el nombre que él quiera —se cruzó de brazos y miró hacia Tom, fingiendo severidad.
 
Charlie, quien había estado bebiendo de su vaso de agua comenzó a toser y a ahogarse un poco.
 
—si... bueno... —murmuró Tom —creo que es un poco temprano para que siquiera pensemos en la palabra nieto —y con esto, se acercó a Charlie y palmeó ligeramente su espalda, logrando así que la tos desapareciera gradualmente —¿mucho mejor?
 
Charlie asintió un tanto avergonzada.
 
Matt soltó una carcajada y se acercó a Dan.
 
—es cierto papá, suficiente trabajo tendrás con la pequeña Scarlett como para agregar un infante más a la ecuación.
 
Dan levantó los hombros inocentemente.
 
—y yo no estoy diciendo que tengan bebés ya mismo. Sino que, cuando ellos crean que es el momento justo para tenerlos, sean ellos quienes elijan sus nombres y, nosotros —señaló entre mi madre y él —no nos entrometeremos... claro está, si es que algún día quieren incrementar su familia, si no quieren, igual no tenemos problema alguno ¿cierto cariño? —observó a mi madre, interrogante.
 
—muy cierto cariño —mamá asintió y me miró de reojo.
 
Esa sonrisita que me lanzó en definitiva tiene algún significado oculto... y, en definitiva, no quiero saberlo...
 
—Como sea, —intervino Matt —yo creo que Scarlett Anne Denell es un nombre muy bonito, tan bonito como mi hermanita —sonrió orgulloso.
 
Tom rodó los ojos y soltó el aire completamente frustrado.
 
—como sea, ustedes ganan.
 
Matt y Daniel chocaron puños como dos niños de colegio.
 
Negué con la cabeza, pensando en lo bien que parecían llevarse esos dos ahora. Nadie creería todos los problemas que tuvieron anteriormente.
 
—Por cierto, trajimos unas tartas de fruta por navidad —levanté la caja con las mini tartas y la coloqué en la mesita junto a la cama de mi madre —las enfermeras dijeron que no había ningún problema en que las comiéramos aquí —expliqué alegremente.
 
A Tom le brillaron los ojos en cuanto abrí la caja y Charlie sonrió feliz por tener algo dulce frente a ella. Daniel me miró con gratitud y se sentó al otro lado de mí madre.
 
Matt se acercó hasta mí para ayudarme a repartir las tartas y fue entregándoselas a Tom y Charlie mientras que yo hacía lo propio con nuestros padres.
 
Las mini tartas estaban decoradas con crema pastelera y frutas como la uva, duraznos y fresas. Estaban deliciosas, aunque algo dulce para el gusto de Daniel, aun así se comió muy contento su postre. Tom les había llevado un poco de pasta aderezada y una ensalada con manzana, nueces y verduras, así que nuestros padres estaban más que satisfechos.
 
Matt se había terminado su tarta en un santiamén y recordó la gran bolsa de regalos que traía consigo.
 
—Por cierto, también les trajimos sus regalos —señaló la bolsa y sacó dos cajas de regalo de tamaño mediano y se las entregó a nuestros padres —Emme y yo los escogimos aunque, técnicamente, estos regalos son, más bien, para Scarlett —mencionó un tanto avergonzado.
 
—Muchas gracias hijo, a ambos —Daniel parecía a punto de llorar.
 
—Sí, se los agradecemos mucho —confirmó mi madre, bastante tranquila. Seguía viéndose un poco agotada.
 
Los regalos eran un conjunto para bebé de color verde agua que además traía dos mantas con dibujos infantiles y un gorrito de color amarillo, y un monitor para bebé, con audio y vídeo.
 
—pensamos que seria bueno regalarles algo más práctico para cuando dieran de alta a mamá —comenté contenta al notar lo mucho que les habían gustado los obsequios.
 
—Son hermosos los regalos —mi mamá parecía conmovida —en serio, muchas gracias por esto...
 
—No es nada mamá —me sentía bastante tranquila de que nuestros regalos les hubiesen gustado.
 
Tom y Charlie también habían traído un regalo pero este no cabía en la habitación así que tuvieron que dejarlo en el coche. Habían comprado un cochecito que se doblaba fácilmente.
 
Estuvimos un buen rato conversando y festejando que, tanto mi madre como la bebé  estuviesen saludables, comimos las tartas y hablamos de lo que harían una vez que, tanto mi madre como la bebé fueran dadas de alta. Eran casi las seis de la tarde cuando creímos oportuno dejar descansar a mamá, Daniel se quedaría toda la noche con ella y celebrarían la navidad a su manera. Los chicos y yo nos despedimos y les deseamos una feliz navidad antes de salir de la habitación, pasamos a ver momentáneamente a la pequeña Scarlett en su incubadora y la admiramos unos momentos antes de tener que retirarnos del hospital.
 
Mi hermano y Charlie habían venido en su propio auto así que se adelantaron primero mientras que Matt y yo hacíamos una pequeña parada en casa de Cam. Él solía festejar la navidad con nosotros, debido a que, la mayoría de las veces sus padres elegían irse de crucero durante las fiestas navideñas y a Cam nunca le había animado la idea de subirse a un bote, mucho menos después de un día en el que casi se ahoga en un lago durante un campamento escolar, sin embargo, en esta ocasión no pasaría la navidad junto a nosotros debido a que la familia de Angie lo había invitado a pasar las fiestas junto a ellos. Es por eso que solo pasaríamos a saludar y a desearle una feliz navidad antes de que se fuera a casa de Angie.
 
Llegamos al rancho de Cam justo cuando él iba saliendo de su casa; traía cargando consigo algunas bolsas de regalo y un contenedor transparente grande y con tapa con lo que parecía ser una ensalada de frutas.
 
— ¡chicos! Qué bueno verlos —sonrió mientras se acercaba a nosotros y nos pedía que lo siguiéramos hasta su auto —acaban de ahorrarme el viaje hasta la casa de Daniel. Planeaba pasar a dejarles su regalo y desearles feliz navidad —Matt le ayudo a abrir la puerta trasera del auto para que dejase toda su carga de bolsas —gracias amigo.
 
—no hay de que —Matt sonrió y palmeo ligeramente su hombro.
 
Cam se quedó con dos pequeñas bolsas en su mano y se acercó a la puerta del copiloto para acomodar el contenedor con comida. Una vez acomodado todo se giró hacia nosotros y nos sonrió nervioso.
 
Matt lo notó en seguida
 
— ¿nervioso amigo?
 
—no, ¿Por qué? ¿Se nota tanto? —se sacudió las manos en la camisa formal de color azul que traía puesta y sus mejillas se tornaron de color rosa.
 
Me acerqué a él y le acomodé las gafas caídas.
 
—No tanto, solo lo normal —mencioné divertida y despeiné un poco su cabello.
 
—¡ey!
 
—lo siento pero, ese peinado de estirado no te iba para nada. Menos es más, un poco despeinado te hará ver más cómodo.
 
—pero quiero verme formal, tu no entiendes, voy a casa de Angie...
 
—vas a pasar las fiestas con su familia amigo, no vas a una entrevista de trabajo. Relájate tan solo un poco... —suspiré frustrada.
 
Matt se acercó y cubrió mi boca con su mano.
 
—descuida amigo, se como debes de sentirte pero, Emme tiene razón, ellos te invitaron de buena voluntad, no para juzgarte. Estoy seguro de que Angie se la pasa hablándoles bien de ti, así que tómatelo con calma, estarás bien, no es tan difícil pasar tiempo con la familia de tu novia ¿no?
 
Fruncí el ceño y quité su palma de mi mano.
 
—lo dices como si tuvieras bastante experiencia en el tema...
 
—la tengo —sonrió travieso —he pasado casi la mitad de mi vida conviviendo con la familia de mi querida caperuza.
 
Entrecerré los ojos.
 
—técnicamente, también es tu familia tonto...
 
Matt asintió y miró a Cam.
 
—agradece que al menos tu suegra no es una psicópata —bromeó.
 
Le di un codazo en las costillas mientras que Cam no podía evitar soltar una corta carcajada.
 
—solo bromeó... —murmuró mi hombre bufón.
 
Cam continuó riéndose de nuestra puesta en  escena.
 
—cielos... si que son perfectos juntos...
—nos entregó una bolsita a cada uno —espero que pasen una feliz navidad —tomamos las bolsas de sus manos y le agradecimos —espero que les guste.
 
Matt se acercó a él y le dio un fuerte abrazo.
 
—si los compraste tú seguro que nos fascinará amigo.
 
Cuando Matt lo soltó yo también me acerqué para envolverlo en un abrazo.
 
—totalmente de acuerdo. Nadie nos conoce mejor que tú. Bueno, tú y Lía.
 
Cam me devolvió el cálido abrazo.
 
—y nunca dudamos de que ustedes terminarían juntos. Son el complemento perfecto del otro. —se separó de mí y puso las manos en su cintura bastante sonriente —Todos deseamos siempre encontrar a esa persona que nos complemente tan perfectamente. Y ustedes lo hicieron...
 
—bueno, nosotros sí, pero tu no te quedas atrás, tienes a Angie —me encogí de hombros.
 
—es cierto —confirmó Matt —no pude encontrar a mejor chica que ella para presentarte. Me enorgullece que lo suyo haya ido tan bien.
 
Cam se rascó la nuca nervioso.
 
—¿ustedes lo creen?
 
—¡por supuesto! —Matt le dio un ligero golpe amistoso en el hombro —¿tu, no?
 
Cam se rió nervioso.
 
—por supuesto que si —volvió a reír de forma peculiar —sólo quería saber si se notaba tanto nuestra fuerte relación.
 
—se nota —confirme eufóricamente —absolutamente son una buena pareja.
 
—me alegro —Cam lucia bastante enigmático. —Bueno, me tengo que ir o llegaré tarde y, no quiero llegar tarde...
 
De nuevo lucía nervioso.
 
—tranquilo hombre —Matt lo sacudió un poco, tratando de ayudarle a dispersar la mente —todo saldrá estupendo, tú sólo piensa en disfrutar la fiesta junto a Angie.
 
—cierto —asintió —tienen razón, eso haré —estaba por darse la vuelta hacia su auto cuando Matt y yo lo detuvimos.
 
Le entregamos, cada quien, un regalo de tamaño mediano y envuelto en papel festivo.
 
Matt le había comprado un par de nuevos juegos para su consola y yo unos audífonos nuevos.
 
—esperamos que te gusten —comenté.
 
Cam sonrió agradecido y asintió.
 
—gracias chicos, feliz navidad —Cameron sonrió dulcemente mientras se despedía de nosotros.

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