22. RELENTE

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Nos estábamos divirtiendo de lo lindo con la enorme fogata que refulgía frente a nosotros y, nos sorprendimos al notar que Angie era una excelente cantante y adoraba interpretar cada una de las baladas que Seth escogía en su reproductor. Terminamos por acabarnos casi todos los bombones y Seth le robó a Matt la última salchicha.

Matt me tenía firmemente apretada contra su costado y ambos estábamos envueltos en una de las mantas que había traído. A pesar de que estaba comenzando hacer un poco de frío, nos sentíamos en un ambiente sumamente relajado. Aunque todo terminó cuando sentimos las primeras gotas que auguraban una inminente lluvia.

Cuando la llovizna comenzó, rápidamente tomamos las sillas, las cobijas y los trastos que habíamos ocupado para nuestros snacks. Cam y Angie se habían resguardado en la cabaña que las chicas y yo habíamos estado usando, en cuanto a los demás, corrimos hacia la segunda cabaña visible, que era la que Matt y yo habíamos ocupado hace tan solo unas horas.

Cuando logramos resguardarnos dentro del lugar, fue la señal correcta para que el cielo decidiera desahogar toda su frustración contenida a principios del verano. Comenzó a llover con fuerza y el viento había comenzado a soplar muy fuerte.

Seth encendió el calentador eléctrico de la cabaña y Lía se acercó un poco a la ventana, suspirando dramáticamente.

— Genial...— exclamó Lía y se dirigió a mi particularmente— todas nuestras cosas están en la otra cabaña— torció la boca y se encogió de hombros molesta

— Mierda, es cierto— Suspiré lastimosamente

Seth se acercó a nosotras

— yo puedo ir por las cosas...

— ¿Ya has notado que allá afuera se está intentando caer el cielo?— quise sonar coherente

— Es solo agua...— Se encogió de hombros — Y aquí dentro había unos impermeables. Puedo usar uno e ir por las cosas

— No lo sé Seth...— Lía comentó indecisa— la lluvia se está haciendo mucho más fuerte...

—Yo voy con él...— Matt se ofreció a mi lado— Por cualquier cosa que pudiese suceder yo estaría a su lado...además, no es mucha la distancia...

— ¿seguro? — Lo tomé de su playera y la arrugué entre mis puños— Si te empapas, tendrás que meterte a bañar...

Matt sonrió e inclinó su rostro a mi altura

— Tal vez podrías entrar y tallarme la espalda— Sugirió animoso mientras aplastaba suavemente su boca contra la mía

— pues...—Sonreí— ya que Seth también se mojará... él puede ayudarte a limpiar tu espalda...— Me burlé un poco

—Por mí no hay problema— Seth había ido por los impermeables, le entregó uno a Matt y le dijo: — sólo que no me hago responsable si adquieres un gusto fortuito por mis suaves manos...— le dio un ligero apretón en el hombro y luego se alejó en busca de algunas bolsas de plástico

Matt soltó una carcajada, impresionado por el sentido del humor de Seth. Después me miró sonriente mientras se colocaba el impermeable y susurró un: vuelvo en seguida.

Tomaron unas bolsas de plástico para poder envolver las mochilas y que no se mojaran, salieron a la intemperie y llegaron fácilmente hasta la otra cabaña en donde se encontraban nuestros amigos.

Después de unos minutos volvieron con nuestras cosas un tanto mojados del cabello y los pantalones. Se quitaron los impermeables y los zapatos, y los dejaron en la entrada.

— es el segundo y último par de zapatos que mojo el día de hoy...— Matt suspiró y colocó mi mochila, sin la bolsa de plástico, en uno de los sillones de la pequeña sala

COLOREA MI CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora